Japón, valiente y responsable
Debemos agradecerle el enorme esfuerzo que ha hecho para organizar estos Juegos, con toda la incertidumbre actual. Ha sido un evento seguro y hemos vuelto a sentir el deporte
Los Juegos Olímpicos han llegado a su fin y dejan un vacío inmenso en todos los aficionados al deporte. Su legado nos inspirará con preciosos recuerdos y la ilusión por encontrarnos con la siguiente cita.
En primer lugar, hay que agradecer a Japón el enorme esfuerzo para organizar este evento. Tras verse obligados a aplazar su celebración, con toda la incertidumbre de este tiempo, han tomado la valiente y necesaria decisión de organizar unos Juegos sin público de forma responsable. Ha sido un evento seguro en el que hemos vuelto a sentir la emoción por el deporte.
La espera fue larga, pero mereció la pena.
También hay que agradecer a todos los deportistas y sus equipos técnicos por todo el esfuerzo realizado durante estos cinco años. Es un trabajo que normalmente no se ve, marcado por la constancia y la ilusión, para rendir en la competición. Independientemente del resultado, hemos visto muchos ejemplos de deportistas que nunca bajaron los brazos. No hay mejor representación del espíritu olímpico.
Me gustaría brindar un pequeño homenaje a todos los deportistas españoles que lograron el gran sueño de darle una medalla al país. Ustedes serán los que sientan un mayor orgullo por lo logrado. Pero créanme, nosotros hemos llorado de alegría viviendo sus triunfos como propios.
Adriana Cerezo (plata en taekwondo): nunca pierdas esa sonrisa fuera del tatami. Dentro, sigue con esa agresividad, trabajando duro. Ese talento te dará muchas más alegrías.
David Valero (bronce en ciclismo MTB): gracias por esa fe y por no rendirte nunca. Posiblemente lo soñaste, y los sueños se terminan cumpliendo. Disfrútalo.
Maialen Chourraut (plata en aguas bravas): ejemplo de compromiso, esfuerzo y constancia. Sumaste una medalla más a tu palmarés, con la dificultad que ello tiene. Eres leyenda.
Alberto Fernández/Fátima Gálvez (oro en tiro olímpico mixto): qué velocidad de ojo, qué puntería y qué compenetración. Una vez más fueron los mejores, una medalla más a un palmarés impecable.
Pablo Carreño (bronce en tenis): recompensa a tantos años de esfuerzo. Rompiste barreras, venciste al do del mundo y remataste ganándole al uno número uno para llevarte una medalla que jamás olvidarás. Cumpliste uno de tus sueños. Enorme.
Rayderley Zapata (plata en gimnasia artística-suelo): una actuación para la historia. Te esforzaste durante toda una vida, te preparaste para estas citas durante cinco años hasta conseguir tu sueño. Los sueños no tienen límites. Te lo mereciste.
Ana Peleteiro (bronce en triple salto): llegaste con las ideas claras, con ese desparpajo que te caracteriza e hiciste el mejor salto donde debías. Competiste a la altura de las mejores y conseguiste el récord. La medalla es tuya. Sueño cumplido.
Teresa Portela (plata en piragüismo K-1 200m): Has participado en 6 Juegos Olímpicos. Quien la sigue la consigue y nadie mejor que tú lo sabe. Sumando esta medalla que faltaba en tu palmarés redondeas tu historia en nuestro deporte. Leyenda.
Joan Cardona (bronce en vela-Finn): muchas horas de trabajo que concluyen con una imagen y un momento único para ti. Medallista olímpico y sueño cumplido.
Jordi Xammar/Nicolás Rodríguez (bronce en vela-470m): como dijeron al terminar, un sueño que llevaban toda la vida persiguiendo, cinco años de esfuerzo y compromiso que les hacen cumplir el sueño de sus vidas. Enormes.
Sandra Sánchez (oro en karate-kata): tu deporte se estrenaba en la modalidad olímpica y no podías hacerlo de mejor manera. Qué profesionalidad y qué perfección. Esa alegría y ese optimismo te llevaron a ser la número uno. A disfrutarlo.
Alberto Ginés (oro en escalada): qué facilidad, qué velocidad y qué barbaridad lo que has conseguido. Eres el primer campeón olímpico de la historia de la escalada. Eres historia, eres leyenda. Qué locura.
Damián Quintero (plata en karate-kata): qué poderío, qué concentración y cuántos años de esfuerzo para colgarte una medalla que nunca olvidarás. Referente.
Craviotto/Walz/Arévalo/Germade (plata en piragüismo-k4-500): la carrera perfecta en el momento perfecto, trabajo en equipo y ejemplo de compenetración. A compartirla y disfrutarla, que esa medalla es de ustedes.
Waterpolo femenino (plata): si hay algo que defiende lo que es el compromiso y el compañerismo es este equipo, todo un orgullo. Una medalla más a un palmarés que pocos equipos tienen. A celebrarlo.
Balonmano masculino (bronce): nos han enseñado a no bajar los brazos y a dar la cara por los que tienen a su lado, compañerismo y amistad por encima de todo. Un bronce que llevan persiguiendo mucho tiempo. Ya es de ustedes. Grandiosos.
Fútbol masculino (plata): una generación que nos ha hecho soñar y una generación que se merecía esta medalla. El futuro de uno de los grandes deportes de nuestro país está en buenas manos. Sabiendo anteponerse a momentos difíciles y luchando hasta el final. Bravo.
Por supuesto, no quería despedirme de estos Juegos sin poner en valor al resto de deportistas españoles, por su profesionalidad y por el esfuerzo que han hecho para llegar a una cita tan especial. Nos fuimos sin medallas, pero dejando Tokio en lo más alto del podio en cuanto a superaciones personales. Enhorabuena a todos, estar allí ya es todo un éxito. Algunos no volveremos a los siguientes, pero estoy segura de que algo no cambiará en quienes acudan a París 2024: dejarse la piel seguirá siendo la manera más honesta de intentar alcanzar los objetivos.
¡Gracias, España!
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