“Ha vuelto el Marcelo de siempre”
El brasileño, máximo asistente del equipo, recupera brillo y presencia en ataque y vuelve a medirse a Dani Alves después de Cardiff
Desde las cabinas de comentaristas del Santiago Bernabéu, siempre hay alguien que mira con especial interés y admiración a Marcelo. Su ídolo Roberto Carlos, el que le abrió las puertas del vestuario y de su casa cuando el joven de 18 años llegó al Madrid en el mercado de invierno de 2006. El alumno, dice siempre que puede Roberto Carlos, ha superado al maestro: “es mucho mejor lateral que yo”. El sábado, durante el descanso del partido contra la Real Sociedad, mientras se hacía selfies con todo aquel que se lo pidiera, el exlateral del Madrid analizaba el buen estado de forma de Marcelo que ha recuperado su mejor versión después de varias semanas en las que se le vio lento en defensa y apagado en ataque.
“Está bien, ha tenido una fase de recuperación después de la lesión que no le dejaba sentirse a gusto. La gente a veces habla sin saber, pero el mínimo dolor te bloquea. Ahora ataca, defiende, salta, regatea, ha vuelto el Marcelo de siempre y va a ser fundamental para el partido contra el PSG del miércoles”, explicaba Roberto Carlos. La lesión –una rotura muscular en la parte posterior del bíceps de la pierna izquierda- le mantuvo de baja tres semanas entre finales de septiembre y mediados de octubre.
"Yo me preocupo por mejorar, no por las críticas de alguien que esté sentado en una silla opinando", declaró el brasileño en una entrevista a Esporte Interativo. Marcelo, que la temporada pasada lideró, junto a Carvajal, el ranking de los defensas con más asistencias en Liga y Champions (20 entre los dos), ha tardado en arrancar, igual que todo el equipo, esta temporada. Pero de las seis asistencias que lleva esta campaña (la anterior la cerró con 14), la mitad las ha dado en las últimas tres semanas. Una señal más de su presencia en ataque. Es, además, el máximo asistente del equipo junto a Isco y Lucas. Después de Kroos es el jugador con más centros que acaban en remates (52 el alemán, 34 el brasileño).
“Sabemos el jugador que es, ofensivamente nos aporta muchísimo”, le piropeaba Zidane el sábado después de la victoria contra la Real Sociedad. Para el técnico francés los laterales son uno de los pilares más importantes de su juego. Son los que dan profundidad al equipo con sus incorporaciones, los que abren campo y desequilibran, los que tienen capacidad de sorpresa y desborde cuando las cosas se atascan. No es casual que en la pasada edición de la Champions Marcelo fuera el defensa con más regates llevados a cabo (29 de 39 intentados).
El miércoles contra el PSG todo el peso del ataque recaerá en el segundo capitán del equipo porque Carvajal está sancionado. Zidane dice que a Nacho –el que muy previsiblemente ocupe el carril derecho- le pedirá lo mismo que le pide a Carvajal porque dice, la idea es la misma y no depende de quien juegue sino de lo que quiera hacer el equipo. Nacho, el defensa con más minutos de la plantilla que ha sacado de más de un apuro al técnico este año porque es el único que nunca se lesiona, no tiene, sin embargo, el desborde de Carvajal (y bastante tendrá con tener que frenar a Neymar).
Desborde es lo que Marcelo tiene de sobra. Su habilidad en el uno contra uno, velocidad y precisión en el pase, su chispa y capacidad de jugar por fuera pero también de meterse por dentro serán fundamentales este miércoles contra el PSG. Y las ayudas de los centrocampistas para cubrir su banda cuando se incorpore al ataque, también.
Enfrente volverá a tener a Dani Alves –—que de sus 43 enfrentamientos contra el Madrid ha ganado 22—, como en la final de Cardiff. Allí se impuso, cual martillo, Marcelo. En el vestuario destacan su energía positiva y el capitán, Sergio Ramos, dice que desde que llegó a Chamartín, la prioridad de Marcelo siempre fue la sonrisa. Antes de cada partido, es Marcelo el que junta a todos sus compañeros en una piña en el vestuario y arranca el grito de guerra que tiene el equipo antes de salir al terreno de juego. Y por las noches siempre pelotea en casa con su hijo mayor que no quiere acostarse antes de echar un partido con su padre.
El brasileño debe ser de los pocos futbolistas que, una vez en Chamartín, se atrevió a decir que él de pequeño no era del Madrid. “Yo antes sólo lo veía por la tele. Desde que llegué, cuando pierde sufro como un aficionado. Imagínate a un aficionado jugando en el Bernabéu, imagínatelo metiendo un pase de gol y celebrarlo. Es lo más grande”, se sinceró el día de su renovación.
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