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El vía crucis que puede dejar a Argentina sin Mundial

La albiceleste se juega el pase en los 2.850 metros de Quito tras una fase clasificatoria con tres presidentes en la AFA, tres entrenadores, la renuncia de Messi y 59 jugadores convocados

Los jugadores argentinos en la última práctica antes de viajar a Ecuador.
Los jugadores argentinos en la última práctica antes de viajar a Ecuador.Télam
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Un viejo refrán que se usa en Argentina y que hace referencia al esfuerzo advierte: “Al que quiere celeste, que le cueste”. Hoy habría que agregar que al que quiere celeste y blanco, que le cueste el doble. El camino de la selección argentina en las eliminatorias para el Mundial ha estado lleno de piedras, espinas y fango. Y ha desembocado en una última jornada de pesadilla para La Albiceleste.

Argentina es hoy sexta clasificada con 25 puntos, los mismos que la quinta, Perú, en una liguilla de 10 equipos de los que los cuatro primeros se clasifican directamente y el quinto jugará una repesca (en este caso contra Nueva Zelanda, el 6 y 14 de noviembre). Fuera ahora del Mundial, se juega el pase (20.30, hora local; 1.30 hora española, Tdp) en los 2.850 metros de altitud de Quito, ante una Ecuador ya eliminada. Lo que ha conducido a Argentina al borde del precipicio ha sido una secuencia que incluye tres presidentes de la AFA, tres entrenadores, una renuncia de Messi, un regreso y una sanción, un veto a la prensa y continuos cambios de fichas.

Los tres entrenadores contratados —Tata Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli— por la AFA durante este proceso han convocado a 59 jugadores diferentes y han utilizado a 42. Solo el portero Sergio Romero ha estado presente en todas las citas.

El resto de los equipos

A los dirigidos por Jorge Sampaoli solo les sirve ganar ante Ecuador, este martes en Quito, pero para eso deberá marcar al menos un gol, algo que se le ha puesto complicado en los últimos partidos. Así, se asegurarían un lugar en la repesca, aunque existen algunas combinaciones en las que le serviría un empate. Hasta perdiendo hay alguna chance de clasificar.

El resto de los equipos también la tiene difícil en este laberinto de combinaciones en que se ha convertido la clasificación. Brasil es el único que tiene un lugar asegurado en Rusia por Sudamérica, y ahí nomás está Uruguay. Chile, que enfrenta a Brasil, y Colombia, que se mide con Perú, tienen un punto más que Argentina, que suma 25 unidades, igual que los dirigidos por Gareca. Paraguay, con 24, también tiene chances.

De esta manera, las victorias de Chile y Colombia le permitirían a Argentina acceder a la repesca con sólo empatar, aunque para ello, Venezuela (el último de la tabla) debería sacarle al menos un empate a Paraguay. La victoria de Brasil haría que Chile dependa del partido entre Perú y Colombia. Una victoria de este último le allana el camino a Chile, que sólo necesitaría un empate y a Argentina, aunque solo en caso de que gane.

Si gana Perú, quedarían tres equipos en disputa de un pasaje directo y de la repesca: Argentina, Chile y Colombia. La diferencia de gol también es un elemento importante ya que define las posiciones en caso de igualdad de puntos entre dos o más equipos. Uruguay también se desprende de todos por su capacidad goleadora. Hoy tiene una diferencia de +10. Chile y Colombia tienen +2; Perú y Argentina +1 y Paraguay -5. Ecuador (rival de Argentina), Bolivia y Venezuela ya están eliminados de la copa del mundo.

La aventura comenzó el 8 de octubre de 2015. La selección venía de perder su segunda final consecutiva tras el mundial, ante Chile por la Copa América, dirigida por Sampaoli, y el equipo estaba ávido de revancha. Gerardo Martino, el entrenador por aquel entonces, dispuso una formación clásica, con cuatro defensas, para el debut ante Ecuador. Garay, Lavezzi, Mas y Carlos Tevez fueron algunos de los que formaron parte del once inicial, en el que no estuvo Messi por lesión. Se trata de nombres que nunca más vistieron la camiseta nacional, un símbolo de lo que se avecinaba.

El partido acabó con la victoria visitante (0-2) en un estadio Monumental con claros en las tribunas. Argentina no pudo ganar hasta la cuarta jornada, en Colombia. Y luego la clasificación entró en un paréntesis por la disputa de lo que acabó siendo otro golpe en el corazón argentino, la Copa América Centenario. Otra final perdida y el fin de Martino. Y no fue el único que dijo adiós. Messi anunció que se iba y la dimisión del 10 abrió un cisma en la casa madre del fútbol argentino.

La FIFA y la justicia argentina intervinieron a la AFA a pocos días de que comiencen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en los que Argentina decepcionó con un equipo armado con mucha improvisación y eliminado por Honduras en octavos de final. El presidente federativo, Luis Segura, fue destituido de su cargo para dar paso a una comisión normalizadora, con Armando Pérez a la cabeza. Meses más tarde, la AFA perdería su principal fuente de financiación, cuando el Gobierno Nacional terminó con el programa Fútbol Para Todos. Sin dinero, sin presidente y sin liderazgo.

El nuevo entrenador, Edgardo Bauza, y un operativo clamor del que participó hasta el presidente de la Nación, Mauricio Macri, devolvieron a Messi a la selección. Tres victorias, dos derrotas y dos empates fueron el saldo de un período que, a la postre, resultó ser el más estable para la celeste y blanca.

Una cámara de televisión volvió a dejar a Messi fuera del equipo al capturar un insulto del diez al juez de línea del partido que la selección le ganó a Chile por 1 a 0, con un penalti del barcelonista. La FIFA actuó de oficio y lo suspendió por cuatro partidos, aunque luego le levantó la sanción. Entre medias, derrota ante Bolivia. La caída dejó al equipo en zona de repesca y sin entrenador, tras el despido de Bauza firmado por Claudio Tapia, el primer presidente de AFA elegido democráticamente tras 35 años sin elecciones, pero el tercero desde la muerte de Grondona, el 30 de julio de 2014. Todo salpicado por un veto a la prensa tras la publicación de que Lavezzi había fumado porros en una concentración.

Aquel gol a Chile fue el último que marcó un jugador argentino. Desde entonces, solo un tanto a favor (en propia puerta) y 73 remates para nada. El 0 a 0 ante Uruguay fue el debut de Sampaoli, el noveno seleccionador del combinado nacional en 13 años. Este martes Argentina se la juega en la altura de Quito, pendiente también de lo que haga Chile (26 puntos) en su visita a Brasil, y Perú (25) en casa frente a Colombia (26). Hasta Paraguay (24) tiene opciones contra Venezuela.

Brasil, renacida de las cenizas bajo el mando de Tite en el banquillo, es el único con un lugar asegurado en Rusia. A Uruguay le vale con un empate en Montevideo ante Bolivia, porque además tiene la mejor diferencia goleadora entre los equipos en disputa. Toda América, en cualquier caso, mira a Argentina y a Messi. Más drama imposible.

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