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Leonor Bonilla, soprano: “Cuando llega la menopausia el cambio hormonal es tan grande que afecta a la voz”

La cantante sevillana debuta a fines de septiembre en el Real Alcázar de su ciudad natal para personificar a Zetulbé en ‘It califfo de Bagdad’

La soprano sevillana Leonor Bonilla, en el teatro de La Maestranza, en Sevilla.
Amalia Bulnes

Leonor Bonilla (Sevilla, 38 años) debutó en 2014 con La clemenza di Tito, en 2020 fue reconocida con el Premio Ópera 21 a la mejor cantante revelación y, a partir de ahí, su ascensión ha sido meteórica en la escarpada carrera de la lírica internacional, gracias principalmente a su aclamada técnica vocal que trabaja con una disciplina de deportista de élite. “Ya no quedan divas”, asegura. A Sevilla ha regresado estos días con dos grandes maletas y una bolsa que casi deja olvidada al terminar la entrevista: “Es la comida que me ha preparado mi suegra”, explica con una espontaneidad que enamora. El 26 de septiembre debuta en el Real Alcázar de la capital andaluza con el rol de Zetulbé en Il califfo de Bagdad (1813), una ópera casi inédita del compositor también sevillano Manuel García.

Pregunta. La primera Zetulbé de la historia fue la gran diva Isabella Colbran, musa y esposa de Rossini. ¿Le impone?

Respuesta. Sin duda, es una de las grandes dificultades. A la hora de estudiar esta obra, por ser tan poco representada y no haber casi ninguna grabación discográfica de referencia, todo está por descubrir. Más que pensar cómo la cantaría Isabella Colbran, me esfuerzo en proponer cadencias, variaciones, lo cual es sin duda más interesante.

P. Pensando en Colbran, con su azarosa vida de película, y viendo cómo se entrenan ahora los cantantes líricos, con esa disciplina tan férrea, ¿siente que ha cambiado demasiado el perfil de una prima donna?

R. He leído sobre ellas, pero no sé cómo sería la vida de Isabella Colbran, o de María Malibrán, o de Pauline Viardot. No sé si todo lo que nos llega es leyenda o la romantización de lo que era entonces la ópera. Fueron las grandes estrellas del momento, auténticas divas. Ahora nos hemos quedado un poco a la cola, detrás de todo lo audiovisual y de las grandes estrellas del pop. Somos simplemente trabajadores de la música y yo estoy contenta con eso, la verdad.

La soprano sevillana Leonor Bonilla en el teatro de La Maestranza, Sevilla.

P. A usted llevan llamándola joven promesa ya una década. ¿Qué vida media tiene una soprano? Muchas veces las mujeres pasamos directamente de ser demasiado jóvenes a estar acabadas. Parece que nunca estamos en el punto de cocción perfecto.

R. Me alegra que me lo preguntes porque es un tema del que se habla poco. Está condicionado porque la voz de la mujer se desarrolla antes que la del hombre y también envejece peor. La voz del hombre madura o envejece más a largo plazo. A nosotras, cuando llega la menopausia el cambio hormonal es tan grande que afecta a la voz. Antes, todo lo que sean embarazos, pospartos, incluso el ciclo menstrual, son hándicaps con los que tenemos que lidiar. Y luego, aparte de lo fisiológico, hay otro condicionante: se nos exige estar más en forma, más guapas, más jóvenes. Y en el momento en que dejamos de serlo se nos agotan las posibilidades.

P. Viene de una temporada increíble, pero le espera una aún mejor.

R. Vengo de hacer La tabernera del puerto, la zarzuela ha sido muy importante en mi carrera. Después del debut de Zetulbé, tengo que ir a Turín con El rapto del Serrallo, una ópera que ya he hecho pero que es muy importante porque es un teatro al que tenía muchas ganas de ir. Y después tengo la cita en el Liceu de Barcelona con Werther de Massenett…

P. Siendo joven, con aptitudes vocales, formación en danza y un físico arrollador, ¿no le han tentado con otros géneros musicales?

R. Pues tentarme no, pero para mí haber hecho musicales es mi sueño frustrado. Tengo una hermana que acaba de terminar su segunda temporada en Gran Vía en el musical de Mamma Mía. A mí me hubiera hecho muy feliz poder cantarlo.

P. ¿Y por qué no se lanza?

R. La manera de cantar, la técnica es completamente distinta. Y bueno, yo estudié y me especialicé en la mía. No he sido capaz de cantarlo todo.

P. ¿Entonces qué canta en la ducha?

R. Me encanta el flamenco y escucho también mucha salsa y bailo bachata, e incluso puedo escuchar Bad Bunny. Todo es posible en esta vida y no se contradice.

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