La llegada de un nuevo Gobierno laborista al Reino Unido reaviva la posible devolución a Grecia de los mármoles del Partenón
El Museo Británico avanza en las negociaciones con Atenas para alcanzar un “acuerdo cultural estratégico” que permita el regreso de las esculturas a la Acrópolis
La diferencia está en los gestos políticos, y aunque el primer ministro británico, Keir Starmer, acostumbra a mostrarse tan hierático como una estatua griega ante asuntos potencialmente polémicos, la ambigüedad calculada con que responde a la potencial devolución a Grecia de los llamados “mármoles del Partenón” hace pensar que un acuerdo histórico es posible bajo un Gobierno laborista en el Reino Unido.
Fuentes del Ejecutivo griego han asegurado que “ha habido progresos por ambas partes para la devolución de los mármoles del Partenón”. Por eso, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, se reúne hoy con el primer ministro británico”, ha asegurado un portavoz del Gobierno en Atenas. “Nada se está ocultando”. Mitsotakis ha hecho de la futura devolución de las estatuas y relieves de los frisos, metopas y frontones del Partenón una cuestión prioritaria de su Gobierno. El Partido Laborista británico prometió, antes de ganar las elecciones el pasado julio, que no interferiría en las posibles negociaciones del Museo Británico con Atenas, aunque tampoco cambiaría la legislación actual para renunciar a la propiedad británica de los mármoles.
“Nuestra posición respecto a los mármoles no ha cambiado. Sigue siendo un asunto que concierne en primer lugar al Museo Británico, y el Gobierno no va a modificar la ley para permitir un traslado definitivo de las esculturas del Partenón”, ha dicho un portavoz de Downing Street antes de la reunión que ambos mandatarios han mantenido este martes en Londres. El Gobierno británico ha insistido en asegurar que la devolución de los mármoles no formaba parte de la agenda de un encuentro en el que Starmer deseaba hablar de Ucrania y un posible alto el fuego en Gaza.
La llegada al poder de un nuevo Gobierno laborista ha cambiado el ritmo de las conversaciones entre el museo y Atenas. El actual presidente del patronato, el exministro de Economía del Gobierno conservador de David Cameron, George Osborne, agilizó durante dos años los contactos discretos con el Ejecutivo heleno, en busca de una solución que satisficiera a ambas partes.
Atenas nunca va a reconocer la propiedad británica de las estatuas —algo que estaría implícito en un posible préstamo de las obras— y el Reino Unido se resiste a reconocer la presunta ilegalidad de la adquisición de las estatuas a principios del siglo XIX por parte de Thomas Bruce Elgin, el embajador británico ante el Imperio Turco-Otomano. Lord Elgin ordenó la extracción de gran parte de las piezas del Partenón y maniobró más tarde en el Parlamento británico para lograr venderlas al museo.
Osborne ya negoció con el Gobierno de Mitsotakis un posible intercambio de piezas de arte entre el Museo Británico y el Museo de la Acrópolis que camuflara el regreso, al menos temporal, de las esculturas a Atenas. Sin embargo, el Gobierno conservador de Rishi Sunak frenó en seco la maniobra, e incluso llegó a cancelar un encuentro en Londres entre el primer ministro tory y su homólogo griego para esquivar el asunto.
La profesora de Derecho de la Universidad de Nicosia, Irini Stamatoudi, que ha ejercido como asesora del Gobierno griego durante las conversaciones, ha asegurado a la BBC que “la posibilidad de un acuerdo está muy próxima”, sin llegar a precisar una fecha. Atenas, ha contado la jurista, ha propuesto ”una alianza cultural estratégica” entre ambos países que plantearía el intercambio de obras de arte.
No obstante, el asunto de los mármoles ha quedado oscurecido en los últimos meses, después de que el Museo Británico tuviera que hacer frente al escándalo del robo de miles de piezas guardadas con poco rigor en sus depósitos. El asunto acabó con la dimisión del director de la institución, el alemán Hartwig Fischer. Su sucesor, Nicholas Cullinan, ha prometido abrir un nuevo capítulo en la institución cultural, sin ideas preconcebidas.
El hecho de que el espacio dedicado a exponer la colección del Partenón vaya a permanecer cerrado al menos durante dos años para llevar a cabo obras de rehabilitación sería la ocasión perfecta para enviar a Atenas las estatuas, aunque la polémica apasionada que sigue desatando el asunto, tanto en Grecia como en Londres, invita a la precaución, antes de celebrar anticipadamente una devolución que sería histórica. Atenas ha reclamado la vuelta de los mármoles desde la vuelta del país a la democracia, en 1974, y son muchas las figuras de la cultura británica que también defienden el retorno de las estatuas.
Babelia
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