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Muere el pintor Javier de Villota, que dedicó su obra a los derechos humanos

Con su arte denunció crímenes de guerra, genocidios, fundamentalismos y la violencia sexista

Javier de Villota, en el Station Museum of Contemporary Art de Houston en 2009, en una imagen cedida por la familia.
Javier de Villota, en el Station Museum of Contemporary Art de Houston en 2009, en una imagen cedida por la familia.

El pintor español Javier de Villota, que en su trayectoria artística de más de cuatro décadas destacó por su tratamiento de los derechos humanos, ha fallecido en Madrid a los 82 años, han informado a EFE fuentes familiares. Sobrino nieto del pintor y escritor español José Gutiérrez Solana (1886-1945), su formación pictórica fue autodidacta y empezó a pintar a los 13 años, aunque en realidad se formó como arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, donde también ejerció como titular de Análisis de Formas.

En 1972 es premiado en la categoría de pintura en la Exposición Nacional de Bellas Artes y el Estado adquirió la obra, que a día de hoy se encuentra en la colección permanente Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En esa misma década realiza sus primeras exposiciones individuales en España y en el extranjero donde se relaciona con el movimiento de Nueva Figuración. A partir de 1978 decide abandonar la docencia para dedicarse plenamente a la escultura y la pintura, investigando el diálogo entre la abstracción y la figuración, y desde la década de los ochenta vive a caballo entre España y Estados Unidos.

Entre las series que ha desarrollado en los últimos 40 años cabe destacar Biafra, Los Grises, Inquisición, La España del 98, Líbano, Kingston Hospital, Mercado de la Muerte, ETA, Lesbos o Ecos en la deshumanización. Especial relevancia tuvo la exhibición en Madrid, en 2013, de la retrospectiva Ecos en la deshumanización, después de su paso por el Station Museum de Houston (EE UU), que resumía la “fase definitiva” de su trayectoria tras viajar por toda América para imbuir su “enfoque de pintor europeo” de la pátina latinoamericana.

Javier de Villota, en su estudio madrileño con su obra 'Velázquez 2000' en 1999.
Javier de Villota, en su estudio madrileño con su obra 'Velázquez 2000' en 1999.EFE

La Inquisición, los crímenes de guerra, los genocidios, las limpiezas étnicas apoyadas en fundamentalismos, la violencia sexista o la experiencia del dolor y la enfermedad son los temas sobre los que Villota volcó su creatividad, y en los que, según se definía en aquella retrospectiva, “la pintura se derrama como la sangre, generando una atmósfera de desasosiego, bañada en ocasiones por una luz diáfana”. El de los derechos humanos es el gran tema que le perseguía desde que en 1994 instalase en las calles de Madrid 40 figuras de poliéster a tamaño natural que representaban los cadáveres de una masacre de civiles ocurrida un año antes durante la guerra de los Balcanes.

En la última década de su trayectoria destaca a nivel internacional la inclusión de su obra en la exposición colectiva Turning Points, en 2014, organizada por en el Museo de Bellas Artes de Hungría en Budapest, así como su exposiciones individuales en México Líneas de la NO Libertad, celebrada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, de la UNAM en Ciudad de México. Abstracción y Urgencia, expuesta el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguerez de Zacatecas, también se pudo ver en una adaptación en el Museo de las Américas de Washington en 2018, que fue la última aparición pública de su obra.

Javier de Villota era desde 2015 académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga y un apasionado de los coches, como su hermano Emilio, uno de los primeros españoles que compitió en la Fórmula Uno en España. Javier era tío de la malograda piloto de la categoría reina del automovilismo María de Villota. Su obra ha entrado a formar parte de las colecciones permanentes de entidades como el Museo Nacional de Bellas de Santiago, el Museo Nacional de Arte de La Paz o Centro de Arte Contemporáneo de Quito.

Javier de Villota, en el Station Museum of Contemporary Art de Houston, en 2009. Imagen cedida por la familia.
Javier de Villota, en el Station Museum of Contemporary Art de Houston, en 2009. Imagen cedida por la familia.

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