Un nuevo giro cuestiona todo lo que sabíamos de ‘Una noche sin ti’, la icónica balada de Burning
La publicación de un álbum perdido de Toño Martín, cantante original del grupo madrileño, pone en duda la autoría de varios temas míticos de la banda
Si algo necesita la rica historia del rock español son testimonios que completen las múltiples lagunas que jalonan seis décadas de música, ya que la bibliografía no es abundante. Estos días sale a la luz un episodio que permanecía en una nebulosa de conjeturas: la posible existencia de una grabación de Toño Martín (1954-1991), el original y carismático cantante de Burning. Y efectivamente existe: la historia de este disco perdido y póstumo la contó al detalle este periódico a mediados de agosto. El álbum que se ha publicado de lo recogido en esa legendaria maqueta (grabación casera) se llama Muerde la bala (editado por Subterfuge Records), y ha agotado en una semana la primera tirada de vinilos. Ahora se fabrica otra remesa. Pero como de un gran relato siempre surgen bifurcaciones, aquí se despliega una de lo más llamativa. Cualquier aficionado al rock español y a Burning se caerá de espaldas al escuchar las canciones rescatadas de Martín: guardan un poderoso parecido con temas de Burning que se grabaron cuando el cantante ya no estaba en el grupo. Hablamos de temas clásicos de Burning como Una noche sin ti (balada icónica del rock español) o Esto es un atraco. Y aquí es cuando surge la duda: ¿cuáles se compusieron primero? Porque si las que se desvelan ahora son los originales, es inevitable concluir que se ha cometido una injusticia con Toño Martín durante los últimos 40 años. Y si fue así, surge la cuestión más inquietante: por qué.
Vayamos primero con los parecidos en unas composiciones donde se repite este patrón: misma música, pero diferente letra. En primer lugar, ponemos la canción del disco ahora descubierto de Toño Martín y en segundo la de Burning que llevan los seguidores cantando cuatro décadas: Fría de un pálido azul es Una noche sin ti; Ángel caído es Cristina; Mala chica es Esto es un atraco; No tengo nada es Y no lo sabrás, Demasiado orgulloso para pedir perdón es No pares de gritar… La mayoría de los temas similares se incluyen en Noches de rock and roll, el disco de Burning de 1984, justo el primero del grupo donde ya no aparece Toño Martín, y están firmadas e interpretadas por Pepe Risi (guitarra y voz) y Johnny Cifuentes (teclados y voz). Cuando se formó Burning, a medidos de los setenta, los dos jefes del grupo madrileños eran Toño Martín (voz) y Pepe Risi. Entre ambos componían la mayoría de los temas, clásicos del rock español como Qué hace una chica como tú en un sitio como este o Mueve tus caderas.
Los dos tuvieron una adicción a la heroína y murieron jóvenes el mismo día (ya es casualidad: 9 de mayo), pero de distinto año: Martín en 1991, con 37 años, y Risi en 1997, con 41. Seguir el hilo de la historia de esta banda fundamental del rock español no es nada sencillo. Hablamos de finales de los años setenta, de una industria musical española precaria, de una actitud de supervivencia, de un reparto de dividendos sin taquígrafos, de unos jóvenes que vivían al día y algunos esclavos de las drogas duras. Sin Martín y Risi para testificar, aún quedan músicos que lo vivieron de primera mano para encarar la laberíntica misión de saber quién compuso realmente esos clásicos.
El testigo más obvio es Johnny Cifuentes, que vivió las pérdidas de Martín y Risi y todavía hoy continúa al frente del grupo. Este periódico se ha puesto en contacto con él y el músico no ha querido hablar. Otro de los músicos que formaron Burning en los ochenta fue el bajista Manuel Fernández. Le localizamos en Galicia, metido en un estudio que posee en su casa y tocando un teclado. “Un músico siempre tiene que estar estudiando, aunque ya vaya a cumplir los 70″, saluda por teléfono riéndose. “Yo fui el bajista de esa maqueta [lo que ahora es el disco Muerde la bala]”, afirma, contundente, Fernández. Y arroja detalles: “Al final de los ensayos de Burning lo dedicábamos a tocar algunos temas nuevos que estábamos preparando para el siguiente disco. Paco Palacios era nuestro ingeniero, y luego guitarrista, y era un fanático de los aparatos de grabación. Así que siempre grababa. Las canciones de Muerde la bala pertenecen a uno de esos ensayos en nuestro local de Madrid, temas donde Toño [Martín] y Pepe [Risi] componían la mayor parte y las retocábamos entre todos en el local”.
Según el testimonio de Fernández, aquí se saca la primera conclusión: eran temas encaminados al quinto trabajo de Burning, con Martín de cantante y “compuestos y grabados antes del disco Noches de rock and roll”. Pero semanas después de aquel ensayo la banda se rompió. Johnny Cifuentes ha relatado durante estos últimos años las circunstancias: su enfrentamiento con Toño Martín y la intención de este último de montar, según su versión que se puede escuchar en el podcast Pioneros (RNE), “Burning en Bilbao”. “Toño dijo: ‘Pepe [Risi], te vienes conmigo a Bilbao ¿no?’. Pepe respondió: ‘Tengo que pensarlo’. No sé si Pepe luego se arrepintió de no haberse ido, el caso es que decidió quedarse conmigo y seguir la historia. Después de esa discusión, fui al Registro Mercantil y registré el nombre de ‘Burning’, que no lo tenía nadie, a mi nombre, Juan Antonio Cifuentes [Johnny]”. Así, Johnny y Pepe se quedaron como Burning y grabaron Noches de rock and roll (1984), donde firmaron todos los temas. Ni una mención a Toño Martín.
Fernández, el exbajista de Burning, apunta hoy: “Ni Toño ni yo queríamos irnos de Burning. Nos dimos un tiempo, pero Johnny registró el nombre y en ese momento estábamos fuera de Burning. Fue un golpe de Estado. Toño sufrió mucho, porque fue el gran perjudicado. Él era el alma de Burning. Ponía la cara, la voz. Y el sentirte fuera de tu historia de años tuvo que ser un mazazo muy grande”. Y añade: “Piensa una cosa que es de pura lógica: dos personas que están enganchadas [él y Toño] y tienen una fuente de ingresos como Burning no la dejan. Teníamos unas actuaciones al mes que nos daban para pagar lo que necesitábamos. No queríamos cortar con esa fuente de ingresos. Eso es de cajón”.
Eduardo Pinilla ha estado como guitarrista de Burning de 1992 a 2019. Durante ese tiempo compartió escenario con Johnny Cifuentes y también con Pepe Risi, hasta que este falleció en 1997. “Llevaba tocando esas canciones casi 30 años y no tenía ni idea de que había una maqueta con esos temas. Parece claro que esas canciones las había parido Toño con Pepe para grabarlas con Burning, pero Johnny registró el nombre por su cuenta y se quedaron ahí. Es un poco desagradable comprobar ahora que esos temas eran en buena parte de Toño”. Si esto fue así, surgen dos nuevas incógnitas: por qué Toño no lo denunció y por qué Risi, amigo del alma del cantante, no acreditó al que llamaba “su hermano”. “Hablamos de pocos meses después de que Risi decidiera no ir a Bilbao con Toño. Lo que intuyo es que en ese momento estaban distanciados”, apunta Ricardo Moyano, juez de profesión y autor del prolijo libro Burning. Veneno del rock. La hija de Toño Martín, Penélope, aporta más datos: “En 1984 hay un concierto de Burning en Briviesca [municipio de Burgos donde se fue a vivir Martín con su pareja, Esther, y su hija Penélope]. En un momento dado, Pepe llama desde el escenario a mi padre [que ya no estaba en el grupo], que había ido al local con mi madre: ‘Toño, sube al escenario a cantar. Este es tu grupo’. Pero mi padre se marcha a casa, decepcionado. Él ya sabe que se ha armado otro disco con el esqueleto de sus canciones. Y no quiere participar en esa farsa. Pepe luego se arrepintió. Le escribió cartas a mi padre pidiéndole perdón, y retomaron la amistad”. Los tiempos del distanciamiento y posterior reconciliación entre Risi y Martín se puede seguir en dos canciones que grabó Risi con Burning: Y no lo sabrás (1984), donde achaca a su colega: “Qué te ocurre amigo mío que ya no te veo. / No será que un día dejaste de crecer. / Piensa que tú un día fuiste bastante importante”; y la rendida y conciliadora Te quiero tanto (1993), donde Risi se deshace cantando: “Si te miro tú sonríes y me esperas sin dolor. / En la eternidad yo te encontraré. / Y allá donde estés yo sonreiré. / Te quiero tanto...”. Toño ya había fallecido cuando Risi la escribió.
Otro biógrafo del grupo, Alfred Crespo, autor de Burning. Madrid y codirector de la revista Ruta 66, cuenta por teléfono su versión: “La ausencia de datos en los créditos de Muerde la bala añade más leña al fuego de la confusión en este tema. ¿Qué músico aporta en cada canción? ¿Eran composiciones que contaron con la participación activa de Martín? En caso afirmativo, ¿por qué no reclamó su autoría? Además, cualquier conocedor de su carrera y su sonido puede distinguir perfectamente en esa maqueta el peculiar modo de tocar de Johnny. Si él estuvo presente en las sesiones, lo más lógico es plantearse seriamente que las grabaciones ahora publicadas surgen de ensayos de la banda. Y es evidente que las partes vocales se añadieron posteriormente, con unas letras radicalmente alejadas de la certera prosa mostrada por Toño en sus tres primeros discos. Quien disponga de la información necesaria para despejar incógnitas, debería hablar ahora. O callar para siempre, que es otra opción…”.
Al final de esta trabada historia queda lo que verdaderamente importa, las bellas canciones, se llame Una noche sin ti o Fría de un pálido azul.
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