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Facturas en vez de contratos y bajas en fin de semana: Trabajo sanciona a la Orquesta Filarmónica de Málaga

La inspección detecta 50 músicos sin alta en la Seguridad Social entre 2021 y 2024 y el comité de empresa denuncia conciertos con vacantes sin cubrir

Imagen de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) tomada el 26 de abril de 2024.
Imagen de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) tomada el 26 de abril de 2024.García-Santos

El compositor Felix Mendelssohn escribió los primeros compases de su sinfonía escocesa durante un viaje a Escocia en 1829. La estrenó más de una década después en Alemania y, casi dos siglos más tarde, la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) la llevaba en el programa número 11 que interpretó el jueves 18 y viernes 19 de abril en el Teatro Cervantes de la ciudad andaluza. Lo hizo con tres violoncellos en vez de ocho, entre las 19 ausencias en la sección de cuerdas, según relatan desde el comité de empresa. “Arrastramos un grave problema laboral”, explica Carlos González, presidente del comité, quien asegura que la palabra estabilidad suena muy lejana en esta plantilla. Ahora, tras detectar a 50 músicos sin alta en la Seguridad Social entre 2021 y 2024, la Inspección de Trabajo ha sancionado al Consorcio Orquesta Ciudad de Málaga, empresa formada por el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía al 50% que gestiona el conjunto. También la ha castigado por dar de baja a los artistas en sus días de descanso. A preguntas de EL PAÍS, fuentes de la empresa que dirige la orquesta explican que acatan la decisión, pero que la recurrirán “debido a las características y peculiaridades de los puestos de trabajo que deben cubrir” los músicos.

La OFM nació en 1991 como respuesta “a la convicción de que una ciudad como Málaga debía contar con una gran orquesta sinfónica”, según recoge su página web. Dirigida por José María Moreno, al frente también han estado directores como Aldo Ceccato o Edmon Colomer. Tiene numerosos reconocimientos, pero los problemas laborales han sido también una de sus constantes. Ya en 2019 la compañía llegó a suspender un concierto para que, según denunció entonces Comisiones Obreras, los músicos no pudieran ejercer su derecho a la huelga en una etapa de movilizaciones. “Siempre hemos tenido problemas por una cosa u otra”, señala uno de los músicos, que prefiere guardar su anonimato y cree que lo que ha destapado la Inspección de Trabajo “no es nuevo” y que se ha hecho durante otras muchas temporadas. La Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas (AMPOS) ha solicitado el “cese inmediato” del gerente de la orquesta, Juan Carlos Rodríguez Aguilar, por las irregularidades en contratación de personal, pero también por el “incumplimiento sistemático del convenio colectivo” o la “obstrucción al comité de emprensa”.

La estructura de la OFM malagueña recoge 92 puestos estructurales, pero en la orquesta hay hoy 24 vacantes sin cubrir según el comité, 15 según la empresa. “Tenemos una plantilla permanentemente en cuadro”, dice González. Por ello necesitan personal de refuerzo para los conciertos, que se celebran una media de cuatro días al mes de septiembre a junio en el Teatro Cervantes. Es lo que ocurre generalmente con el piano y en otros momentos con la percusión o las cuerdas, según relatan los músicos. Explican que es como si un restaurante arrancara cada semana con camareros y cocineros diferentes o si el Real Madrid jugara los domingos con un once inicial donde cuatro o cinco jugadores hayan sido fichados esa semana. “Así una orquesta no puede estar conjuntada”, subrayan, al tiempo que aseguran que a esos refuerzos se les exigía firmar una factura en vez de firmar un contrato laboral. “De esa manera cobraban la mitad que la plantilla”, explican las mismas fuentes. En otras ocasiones sí tenían contrato, pero si por ejemplo el músico era requerido para un mes, firmaba solo de lunes a viernes en la primera semana para volver a hacerlo de lunes a viernes en las siguientes. Cada sábado y domingo se les daba de baja.

Consultadas sobre estas irregularidades, fuentes de la empresa pública que gestiona la orquesta aseguran que la sanción de la Inspección de Trabajo se basa en la consideración de que la OFM no puede emplear para cubrir las vacantes la vía de contratación por servicios. Pero que la recurrirán porque “debido a las características y peculiaridades de los puestos de trabajo que deben cubrir, necesitan mayor agilidad en las contrataciones de los músicos” ya que las “contrataciones laborales temporales están sujetas a unos plazos que les impide contratar al personal necesario en caso de bajas inesperadas o sustituciones de última hora”. Desde la OFM explican, además, “que se debe distinguir y contemplar en la Ley de Contratación las características de los puestos a cubrir y tener en cuenta que, en caso de la baja de uno de los músicos, el concierto programado debe celebrarse y si no sustituyen la plaza, obligaría a cancelar el evento”. E insisten que se está “agilizando” la bolsa de trabajo y que las ofertas de empleo público se actualizan diariamente en su web.

Avisos previos

El comité de empresa asegura que ya había avisado a la gerencia de la ilegalidad porque consideraban que era una situación de falsos autónomos. “No tiene sentido que una persona con contrato laboral tenga sentada al lado otra que hace lo mismo pero con relación laboral distinta y más precaria”, subraya Carlos González. El 11 de noviembre del año pasado un representante de la Inspección de Trabajo se presentó en el local del ensayo —ubicado en la barriada de Carranque— y detectó que entre enero de 2021 y 2024 hubo 50 músicos “sin alta en la Seguridad Social por cuenta de la empresa empleadora denunciada” como recoge el escrito del organismo al que ha tenido acceso EL PAÍS. Por ello, procedió a tramitar las altas y bajas de oficio, así como extender un acta de infracción a la empresa responsable. No hay cifras, pero el comité calcula que la multa puede rondar entre un mínimo de 225.000 euros y un máximo de 750.000 euros.

El comité también denunció “abuso de contratación” por los contratos que se extendían de lunes a viernes, se extinguían sábado y domingo y volvían a firmarse de nuevo los días laborables. La Inspección también les ha dado la razón, procediendo a dar de alta de oficio a quienes habían encadenado contratos de esa manera. Los trabajadores podrán ahora reclamar a la empresa que les pague esos días de trabajo. “Lo de los falsos autónomos ha parado por ahora, pero con lo segundo vuelven a hacerlo mal: ahora contratan también de lunes a viernes, pero incluyen como días de descanso el lunes y la tarde del martes. Es decir, faltan a un día de ensayo, trabajan el martes por la mañana, faltan a otro ensayo y el jueves y viernes tienen concierto”, señalan desde el comité, que creen que todas estas fórmulas se utilizan para ahorrar dinero “a pesar de que el consorcio tiene un remanente de dos millones de euros porque en los últimos años ha ido sobrando”. El presupuesto anual ronda los seis millones de euros.


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