‘El árbol de las mariposas doradas’: un debut cargado de belleza y misterio
La ópera prima del vietnamita Pham Thien An es una ‘road movie’ honda y contemplativa que sigue los pasos y los sueños de un joven en busca de su hermano
Inside the Yellow Cocoon Shell (traducida en España como El árbol de las mariposas doradas) es una road movie cargada de belleza y misterio en la que un hombre joven regresa a su pueblo natal para enterrar a su cuñada y hacerse cargo de su sobrino mientras busca al padre, su hermano, desaparecido hace años. Escrita y dirigida por el vietnamita Pham Thien An, una de las revelaciones del último festival de Cannes —donde esta ópera prima logró la Cámara de Oro, que premia al mejor debut—, la película evoca un paisaje enmarcado entre los rituales de la comunidad católica vietnamita, minoría a la que pertenecen los personajes y el propio director.
La manera en que Pham Thien An compone los cuadros de su ópera prima, cómo logra navegar entre el tiempo presente y el pasado, la naturaleza y los sueños, la ciudad y el campo, el viaje exterior y el interior de su protagonista, responde a ese cine contemplativo explorado por otros cineastas asiáticos, ya sea el tailandés Apichatpong Weerasethakul, el chino-malayo Tsai Ming-Liang o el chino Bi Gan.
La película arranca con el plano secuencia de un bullicioso restaurante callejero de Saigón. Es de noche y entre farolillos y el paso de los vendedores ambulantes se juega un partido de fútbol real y otro retransmitido. En una de las mesas, tres amigos discuten sobre lo terrenal y lo divino, de la falta de fe a la vida eterna. Thien, el protagonista, que no de forma casual comparte nombre con el propio director, dice, mientras brinda con cerveza, que lleva años perdido. Una fuerte ráfaga de viento y el sonido de un impacto que llega desde la vía cortan la conversación. La cámara se desliza hacia el lugar del suceso: la vida, eso que ocurre entre golpe y golpe, acaba de interrumpirse. O quizá acaba de empezar.
A partir de ese momento se inicia el viaje. Del hospital donde Thien debe hacerse cargo de su pequeño sobrino al coche fúnebre y la moto que los llevará de regreso a sus raíces: una ruta rural hecha de largos planos, planificados muchos de ellos de forma emocionante, en los que el espectador irá descubriendo a través de ventanas veladas y situaciones imprevistas el paisaje oculto del personaje, quizá el camino que un día perdió. Pham Thien An nos presenta así a un joven solitario y sin rumbo, que edita en su ordenador videos para una empresa de ceremonias hasta que un día el canto de un pajarito atraviesa su rutina. En El árbol de las mariposas doradas las aves sobrevuelan las tres horas del metraje: robustos gallos negros y alborotados pollos amarillos, el pajarito muerto enterrado con las manos en tierra húmeda, otro enjaulado… los sonidos de los animales, como la lluvia que cala tantos planos o el viento, funcionan como llamadas contra la vida en fuga de Thien.
Pero el centro de la película, que poco a poco se va revelando, es la búsqueda misma, un nuevo camino que se va abriendo ante el espectador. Las palabras de un amigo, de una exnovia monja, de un viejo que conoció la guerra o de una sabia anciana conducen a otra realidad, la del alma, la del espíritu, la de la fe. Pham Thien An nos la ofrece conectada a su sugerente imaginación, también a su sentido de la carnalidad, de una belleza por momentos arrebatada.
El árbol de las mariposas doradas
Dirección: Pham Thien An.
Intérpretes: Vu Le Pong, Thinh Nguyen, Manh Vu Ngoc, Thi Truc Quynh Nguyen.
Género: drama.
Duración: 179 minutos. Vietnam, 2023.
Plataforma: Filmin.
Estreno: 5 de abril.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.