Paul Pen: “Los sucesos atraen porque la gente quiere ver hasta dónde llega el ser humano”
El escritor acaba de publicar ‘A un lado de la carretera’, un nuevo thriller ubicado en un hotel de una carretera secundaria
En 2011, el periodista Paul Pen irrumpió en el panorama literario con El Aviso, una obra que se desarrollaba en Villanueva de la Cañada (Madrid), donde residía entonces. Licenciado en comunicación audiovisual, trabajó durante ocho años en revistas de entretenimiento y luego en guiones de televisión de no ficción. Sin embargo, este autor de 44 años nacido en Madrid dejó esas actividades y se centró en la literatura, en concreto en los thrillers. Ha publicado otros cinco libros más. El que acaba de ver la luz y llegar a las librerías es A un lado de la carretera (Harper Collins), que se desarrolla en un motel de una carretera secundaria en la provincia de Alicante. Sus obras se han traducido al inglés, alemán, italiano, ruso, y turco y dos de ellas han pegado el salto a la pantalla: El Aviso, de Daniel Calparsoro, con Belén Rueda y Raúl Arévalo, y La casa entre los cactus, de Carlota González-Adrio, con Daniel Grao y Ariadna Gil, además de guion del propio Pen. “Soy muy crítico, le doy muchas vueltas. Como muchos autores, suelo tener muchas dudas y borro bastante hasta que me gusta”, reconoce en un hotel temático dedicado al cine en Madrid.
Pregunta. ¿Cómo ha cambiado el escritor de Villanueva de la Cañada hasta llegar a este libro?
Respuesta. Ha cambiado bastante. Cuando salió mi primera novela, con 31 años, yo pensaba que era ya ese escritor, con una forma de escribir y sabiendo cómo van a ser mis personajes y para mí lo más importantes de una novela es esto. Ahora, seis novelas después, ha habido una evolución y ahora sí siento que estoy en control de mis capacidades como escritor y de lo que quiero escribir. Ahora siento una seguridad de que escribo lo que realmente quiero escribir.
P. ¿Por qué siempre esos finales tan inesperados?
R. No me planteo si el final es inesperado o no. Más bien, la historia me lleva hacia ello. Nunca empiezo a escribir una novela hasta que no tengo el final. Hasta que no tengo un final que me satisface y que le va a dar a la novela el final que yo considero adecuado no me pongo a escribir. A veces incluso me sorprende lo inesperado que resulta para los lectores. En este caso, en A un lado de la carretera hay un giro y yo sabía que iba a ser sorpresivo.
P. ¿Dónde está el hotel restaurante Plácido?
R. No está en ninguna parte, porque es una mezcla de varios. El que más se parece está en la provincia de Alicante, que es algo que no digo pero que el lector deduce gracias a pistas como que sale la empresa de transporte Alitrans. Y algún me ha dicho que lo ha reconocido por cómo se describe la carretera, el club de alterne y que esté la costa cerca.
P. El protagonista tiene muchos rasgos de Paul Pen.
R. No era mi intención que fuera mi alter ego, pero al final, como él está escribiendo la misma historia que yo, muchos de los dilemas que plantea en su novela sobre tratar una tragedia ajena y cómo se tratan los sucesos también se me plantean a mí. Lucas entra más en la realidad de las personas que se ven afectadas por un crimen así.
P. ¿Lee noticias de sucesos? ¿Se inspira en la realidad?
R. No, no leo tantos sucesos cuando están ocurriendo, pero sí veo los documentales de true crime, cuando ya te cuentan toda la historia y ya puedes saber lo que pasó y cómo acabó la cosa, donde ya te hacen un análisis de quién era el autor y las motivaciones y sus antecedentes. Eso, salvo que sea uno de esos sucesos que enganchan desde el principio.
P. ¿Cuánto tiempo tarda en escribir una novela como esta última?
R. Le dedico un año, desde que me pongo a escribir. De esfuerzo, mucho porque intento meterme mucho y concentrarme. Quiero que todos mis personajes sean muy creíbles y que todos signifiquen algo en la historia y tengan un poso emocional importante. Ante todo, que sean personajes con profundidad y no meras herramientas para generar como un rompecabezas que se acaba resolviendo. Deben tener profundidad.
P. ¿Es disciplinado a la hora de escribir?
R. Sí, bastante. Soy un privilegiado que puedo dedicarme solo a escribir. Me he planteado que es mi trabajo y tengo mi horario. Eso sí, hay días que no sale, que no se puede escribir porque la cabeza no está en el punto y no te gustan las historias que salen.
P. ¿Tiene algún escritor u obra que sean su referencia?
R. Hay una novela que se menciona en A un lado de la carretera, que para mí es un referente absoluto, porque es una de mis obras favoritas, que es A sangre fría, de Truman Capote. Cuando la leí por primera vez, me parecía algo increíble la manera en la que te metes en ese pueblo y cómo llegas a conocer a toda su gente, más allá del propio crimen. Aquí está homenajeada y Lucas la menciona en varias ocasiones.
P. ¿Ya hay algún proyecto de lo que va a hacer más adelante?
R. Sí. De hecho, yo la novela la acabé hace tiempo y, tras el proceso editorial, pasa un periodo. Yo ahora mismo tengo otros personajes y otra historia en la cabeza que estoy deseando que llegue su momento para escribirla. Siempre estoy escribiendo una novela.
P. ¿También será un thriller?
R. Sí, pero un thriller emocional. Me gusta destacar el lado humano y emocional. La nueva obra la veremos por ahí.
P. ¿Veremos A un lado de la carretera en el cine?
R. Ojalá. La verdad es que las adaptaciones cinematográficas siempre me han llamado la atención, me han interesado porque es algo que hace que tus historias sean más grandes y lleguen a más público aunque sean de formas diferentes. Ahora tengo ya dos adaptaciones. Le veo mucho potencial pero tiene algo de ambientación, como el hotel de carretera secundaria, que no está explotado en nuestro cine como sí ha ocurrido en Estados Unidos con el motel de carreteras. Veo más una miniserie de cuatro capítulos.
P. ¿Por qué cree que atraen tanto los sucesos?
R. Es una de las preguntas que me hago a mí mismo. Creo que hay algo de ver lo terrible que puede llegar a ser la persona. Por alguna razón nos interesa antropológicamente el horror, hasta dónde es capaz de llegar el ser humano y lo que es capaz de hacer a los demás. Hay algo ahí que nos engancha.
Babelia
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