Juan Antonio Simarro, compositor: “La forma de compartir la música se debe actualizar”
El músico es autor de los himnos del Comité Olímpico Español y de la Unesco
Al entrar en la vivienda de Juan Antonio Simarro (Santa Cruz de Tenerife, 50 años) llama la atención un piano negro situado frente a una enorme pantalla y un ordenador. Lo rodean instrumentos de diversos tamaños. En el sótano, otros dos pianos completan el conjunto. Y es que este músico ya sabía desde los ocho años que iba a terminar como compositor. De hecho, sus profesores ya les dijeron a sus padres que le metieran en el conservatorio para desarrollar ese don. Desde entonces ha compuesto todo tipo de música. Además, es director de orquesta y pianista. Para televisión, ha hecho la sintonía del 50 aniversario de TVE; 12 meses, 12 causas o alguna obra para Gran Hermano, además de para anuncios de publicidad. Ha tocado con el Dúo Dinámico, Manu Tenorio, Nena Daconte e incluso Julio Iglesias, pero al final se decantó por la composición. Dice que cambió las sintonías por las sinfonías. Ahora tiene dos grandes obras que se oirán a nivel internacional: el himno del Comité Olímpico Español (COE) y el de la Unesco. El primero se tocará, si no hay cambios, en los Juegos Olímpicos de París este año.
Pregunta. ¿Cómo surgió el himno del COE?
Respuesta. Desde hace cinco años, toco para la gala de los premios de la prensa deportiva y en el último, su presidente, Alejandro Blanco, me propuso hacerlo y comencé a componerlo. Como me considero un músico artesano, como los de toda la vida, escribo desde el primer flautín hasta el último contrabajo. Le he metido mi sello.
P. ¿Qué transmite el himno?
R. Ante todo, fuerza, esperanza, energía, emoción y los sonidos de toda España para que todos los gustos estén presentes. Incluye desde guitarra al cajón flamenco, las palmas o compases de sardanas.
P. ¿Y el de la Unesco?
R. Se interpretó en el 75º aniversario de la Unesco en España, organizado por la Federación Española de Asociaciones y Clubes para la Unesco (FECU). Federico Mayor Zaragoza lo está apoyando y la música ya está en la sede de París, donde haremos un concierto especial. Se ha creado para conmemorar los 75º aniversario de su creación y ha sido un encargo directo de Federico Mayor Zaragoza. Está preparado para poder ser interpretado dentro de cualquier concierto en el mundo. Se llama Sinfonía por un mundo mejor, es muy melódico y lo he creado con un lenguaje del siglo XXI. La forman la Obertura por los derechos humanos; Homenaje, que es para la gente que sufre en el mundo; Desarrollo sostenible y Un mundo mejor, que es muy enérgica. La idea es que cada movimiento pueda funcionar por separado.
P. Y su hija es en parte culpable de ese himno, ¿no?
R. Un día estaba tocando en el piano una música que se me había ocurrido, pero no le di más importancia. Entonces entró mi hija y me dijo: “Papi, eso me gusta”. La dejé ahí y ahora la he retomado para la Unesco. Tiene el sello Simarro, que mucha gente ya identifica.
P. Destaque algunos autores que le han influido en su carrera.
R. Desde luego, Bach me resulta increíble y Chaikovski, más de lo mismo. Contemporáneos hay bastantes y muchos son amigos. Destacar uno sobre el resto podría ser difícil.
P. ¿Por qué cree que la música clásica no llega al público en general?
R. Todos valoramos más lo que previamente hemos intentado. Y la música en España se podría potenciar, de forma creativa. La forma de compartir la música se debe actualizar, como todo, porque recibimos las cosas de forma diferente. Incluir a compositores vivos y cercanos sería un paso. Muchas veces ocurre por educación o por carencias. También es bueno que la música se actualice, que se haga por compositores cercanos.
P. ¿Le gusta el reguetón?
R. Se trata de una música urbana y como tal cumple una función. Aunque parezca raro, el ritmo durante dos compases es mucho más rico internamente que otras composiciones y resulta más armónico. Eso sí, otras cosa son las letras, que en general son muy pobres. Es una música para bailar lo que no se puede hacer por ejemplo con Wagner. Algo parecido ocurre con el rap, que tiene unos contenidos increíbles.
P, ¿Deja de componer en algún momento del día o lleva la música metida en la cabeza de continuo?
R. [Sonríe] Tengo el teléfono lleno de melodías. Desde que me levanto hasta que me acuesto. He llegado a componer música hasta de los sonidos que hace el coche.
P. ¿Es cierto eso de que se necesitan diez años para aprender a tocar bien el piano?
R. Realmente, si se quiere tocar bien el piano, se está toda la vida aprendiendo. En ese aspecto es muy exigente, pero merece la pena.
Babelia
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