Miguel de Unamuno regresa a la Universidad de Salamanca con máximos honores
El exrector recibe el título póstumo de doctor ‘honoris causa’ un siglo después de su destierro a Fuerteventura durante la dictadura de Primo de Rivera
Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) ha conseguido, 88 años después de su muerte, el mayor reconocimiento de la universidad donde forjó su leyenda académica. El escritor y filósofo ha recibido a título póstumo el reconocimiento de doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca (USAL), un siglo después de que el dictador Miguel Primo de Rivera ordenara su destierro por las críticas vertidas en su contra. Unamuno se une a dos emblemas de la institución salmantina, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, hasta este miércoles únicas figuras reconocidas con tal reconocimiento póstumo. Varios descendientes del pensador y autoridades políticas y culturales se han citado en la USAL para ensalzar su figura y aplaudir el nombramiento. El acto llega poco después de que el presidente de Vox, Santiago Abascal, criticara a la entidad como “máquina de censura”, siendo su “irresponsable ignorancia” reprendida por el rector, Ricardo Rivero.
El acto comenzó con un desfile por los pasillos y espacios de la universidad de un coro musical. Además, se ha descubierto un “vítor conmemorativo”, que consiste en escribir con caligrafía clásica en los muros de Salamanca o su universidad el nombre de quienes se doctoran en la institución. “No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas”, reza el lema, acuñado por el autor, que ya está en el acceso al Paraninfo. Allí se ha celebrado la ceremonia con la presencia de tres nietos de Unamuno, otros familiares y el rector de la universidad, Ricardo Rivero, acompañado de dos charros: el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el alcalde, Carlos García Carbayo, ambos del PP.
Los asistentes han escuchado el inicio de la antología Mi Salamanca, donde se refería al destierro sufrido: “¡Ay que en estas negras noches, Salamanca, Salamanca, viene a visitarme en sueños la vida que di a mi España”. De Unamuno se ha ensalzado su antibelicismo, su anticolonialismo y su oposición al fascismo, así como su compromiso con el conocimiento, la persecución sufrida por sus críticas a los Borbones, particularmente a Alfonso XIII, y su posterior rechazo a la censura y a Primo de Rivera. Así, se ha proyectado un vídeo con declaraciones de expertos y docentes de la USAL y se han leído pasajes de sus obras y cartas, incidiendo en los 100 años cumplidos de su destierro a Fuerteventura por incomodar al régimen y evidenciar sus corruptelas. También se ha incorporado el testimonio del cineasta Alejandro Amenábar, director de Mientras dure la guerra, en la que relata la “valentía” del catedrático frente a sus persecuciones.
La conmemoración llega cuatro días antes de cumplirse el centenario de su llegada forzosa a Fuerteventura y apenas unos días después de que Rivero y el rectorado de la USAL respondieran a los comentarios del presidente de Vox en contra de la entidad educativa. Abascal, en un encuentro con líderes de extrema derecha en Estados Unidos, cargó contra el centro por ser una “máquina de censura, coacción, adoctrinamiento y antisemitismo”. El rector renegó de estos mensajes y defendió a “la primera Universidad española, la más antigua y constante en la reivindicación de los valores académicos: dedicación al saber, creación y transmisión de conocimiento y servicio a la sociedad”. Rivero ha reivindicado la pluralidad de la institución y ha incidido en los “valores” del homenajeado, “rector perpetuo con la máxima distinción académica”. El rector ha bromeado con la unanimidad del respeto a Unamuno, con sus paseos reflexivos por Salamanca y el “incontrovertible antiextremismo de don Miguel contra quienes negaran la tolerancia o la libertad de pensamiento y el amor a España por encima de imposturas, que incluye Bilbao y Salamanca, Cataluña y Castilla y también América”.
Pablo de Unamuno, nieto del ilustre, ha agradecido “los desvelos” de los académicos, familiares y estudiosos en cuanto a la obra y méritos de su abuelo, a quien ha recordado junto a otros nietos, Miguel y Salomé. La laudatio para acreditar el honoris causa ha servido para evocar su “españolismo” con citas de Niebla, alusiones a su obra San Manuel Bueno, mártir y su “defensa de las libertades sociales e individuales” desde su juventud en Bilbao hasta su vejez charra, envuelto en la “angustia vital” de algunos periodos de “trabajo incansable”. Así llegó a enfrentamientos en el claustro de una universidad “dormida, estancada y perezosa”.
También ha recorrido la obra de su abuelo y su implicación en la literatura, el medio rural o la Universidad, con menciones a cómo valoraba el periodismo “para estimular el libre pensamiento, con artículos que tienen una enorme actualidad; escribía de cualquier cosa que le llamara la atención y nunca por encargo”. Salomé de Unamuno ha recordado las “fotografías” de ella sentada en las rodillas de su abuelo, en 1934, guardadas “como un tesoro”, y su hermano Miguel ha agradecido este acto de darle a su abuelo “lo que es suyo desde hace un siglo”, con cariño también para Ana Chaguaceda, directora del Museo Unamuno de Salamanca y especialista en su figura.
Enrique Santos de Unamuno, biznieto del también alcalde honorífico de la ciudad que lo ha honrado este miércoles, no ha podido acudir por motivos laborales. Él valora la “recuperación simbólica” de su antepasado y destaca que “quienes merecen más reconocimiento también son los miles de personas asesinadas en las cunetas en la Guerra Civil”. El nombramiento ratifica el “símbolo” que representa Unamuno. Para Santos, resulta clave que los partidos políticos respeten la independencia de la institución.
Babelia
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