Del salón de casa a la caja de caudales: historia de un cuadro que nadie sabía que era de Van Dyck
El Museo de Bellas Artes de Sevilla muestra interés en un lienzo del pintor flamenco que una familia tuvo en su vivienda durante varias generaciones ajena a su autoría y su valor
El cuadro La presentación del niño Jesús a Santa Bárbara, del pintor flamenco Anton van Dyck, permanece a buen recaudo en una caja de caudales de una entidad aseguradora de Sevilla a la espera de conocer cuál será su próximo destino. Durante varias generaciones este lienzo, de 130 x 92 cm, ha estado colgado en la zona más noble de la vivienda de una familia de Jaén. Ellos siempre lo contemplaban con admiración, pero nunca fueron conscientes de que cada día comían frente a una joya de arte de tal dimensión.
El año pasado una empresa madrileña de arte autentificó, entre el asombro e incredulidad de la familia, que el cuadro era de Anton van Dyck (Amberes, 1599-Londres, 1641), considerado, junto a Rubens, el más importante de los pintores flamencos. El heredero de este legado familiar, que no para de recibir ofertas de las más importantes casas de subastas, tiene como primera opción de venta al Museo de Bellas Artes de Sevilla, que gestiona la Junta de Andalucía, que ya ha mostrado su interés en que este cuadro se integre en su colección de arte.
La Consejería de Cultura andaluza ha confirmado a EL PAÍS que la familia les escribió en julio para informarles de la existencia del lienzo, pero ahora están a la espera de retomar los contactos para profundizar en el asunto. “Si como parece se trata de un Van Dyck, todo lo que sea enriquecer la colección del Museo de Bellas Artes nos interesa, por supuesto que sí”, indica un interlocutor de la Consejería. El cuadro está guardado bajo llave y el dueño, de momento, no permite que se le hagan fotos.
“El propietario del cuadro no tiene ningún ánimo de especular, pero sí un interés especial en que se quede en Sevilla, la ciudad en la que vive ahora la familia y con la que tiene una especial vinculación”, indica Luis Baena, el abogado que representa al dueño del lienzo, que de momento prefiere omitir su identidad. Van Dyck es un pintor clave en el desarrollo del barroco sevillano por la influencia que tuvo entre los pintores en el siglo XVII.
Se piensa que el cuadro pudo haber llegado hasta el domicilio de esta familia en Jaén a través de Sevilla (donde vivía parte de la familia) en el siglo XVII, que fue cuando se asentaron en la ciudad andaluza más de un centenar de familias flamencas, principalmente comerciantes y banqueros. Tras certificarse su autoría, el lienzo, que presentaba evidentes signos de deterioro al tratarse de un cuadro del primer tercio del siglo XVII, fue restaurado por un taller de reputados profesionales andaluces.
De momento, La presentación del niño Jesús a Santa Bárbara no tiene una tasación oficial, aunque sus propietarios ya anticipan que van a exigir “un precio justo y razonable”. En todo caso, ya se sabe que, tras haber salido a la luz pública, esta obra de arte se va a revalorizar sensiblemente. Este mismo año el coleccionista de arte Albert B. Roberts compró por 600 euros, en un cobertizo en el norte del estado de Nueva York, un boceto al óleo de San Jerónimo con un ángel. Tras ofrecer la obra a la casa de subasta Sotheby´s, la vendió por más de tres millones de dólares. Parte de esas ganancias fueron a parar a la Fundación Albert B. Roberts, que brinda apoyo financiero a artistas y a varias organizaciones benéficas.
“Es muy difícil concretar un valor aproximado de este tipo de obras de arte. Cada cuadro tiene sus propias características”, señala Consuelo Durán, que gestiona la casa de subastas Durán. En todo caso, por las obras de Anton van Dyck han llegado a pagarse hasta más de nueve millones de euros. Esa fue la cantidad que en 2009 abonaron Alfred Bader y Philip Mould en una subasta en Sotheby´s en Londres, que estableció un récord para las obras del pintor flamenco.
Un caso similar al ocurrido con la familia andaluza tuvo lugar en 2014 en el Reino Unido. Un sacerdote del condado de Cheshire compró un retrato por 400 libras sin conocer que se trataba de un boceto de uno de los magistrados que el artista holandés retrató en 1634, una pintura que decoró las paredes del ayuntamiento de la capital belga hasta que fue destruido en un ataque de Francia a la ciudad 61 años después.
Anton Van Dyck llegó a ser el primer pintor de corte en Inglaterra tras una larga estancia en Italia. Es universalmente conocido por sus retratos de la nobleza genovesa y de Carlos I, rey de Inglaterra y Escocia, de los miembros de su familia y de su corte. Además de retratos, por los cuales fue bastante apreciado, se ocupó también de temas bíblicos y mitológicos, introduciendo algunas notables innovaciones pictóricas.
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