‘Tras los balcones’, la obra teatral que revive las sensaciones más íntimas del confinamiento
El montaje, dirigido por Adolfo Simón, reúne textos de 25 autores que se representan en 16 espacios del Fernán Gómez de Madrid
Decenas de muñecos y muñecas sentados frente a un enorme teclado de ordenador escuchan en la pantalla una reflexión sobre el poder de la incertidumbre. Muy cerca de este escenario, un hombre en pijama, rodeado de libros, lee unas premonitorias palabras: “Edipo, como tú mismo puedes ver, la ciudad sufre de un mal terrible y no puede levantar su cabeza”. Atrás ha quedado un bailarín que, en un rincón, ha recitado con su cuerpo y su voz un poema del dramaturgo Juan Mayorga: “Quiero abrir la ventana y ver Venecia… Quiero pasear París junto a Walter Benjamin... Quiero nadar a mariposa… Quiero hablar latín en la intimidad… Quiero la República”. Y un poco más allá, dos chicos jóvenes danzan todos los días a las 20.00 cada uno en su casa, recordando aquella cita amorosa que se hizo imposible por el confinamiento de la pandemia. Son solo cuatro de los 16 espacios esparcidos por todo el Teatro Fernán Gómez de Madrid en los que se desarrolla el espectáculo itinerante e inmersivo Tras los balcones, que pretende ser una mirada luminosa y resiliente sobre lo que vivió el mundo durante el aislamiento por la covid y que permitirá a los espectadores transitar por rincones habitualmente no abiertos al público.
Adolfo Simón es el director y dramaturgo de Tras los balcones, montaje realizado a partir de textos escritos por 25 autores de la talla de Mayorga, Guillermo Heras, Diana de Paco, Juan Luis Iborra, Raquel Camacho o Gracia Morales, entre otros. Los escribieron incitados por Simón, en plena pandemia, para que plasmaran sus sueños o pensamientos. Son todos inéditos, alejados de hospitales, residencias y morgues y centrados en experiencias y sensaciones muy personales, en todo aquello que se vivió tras los balcones, las terrazas y las ventanas de cada una de las viviendas, interpretados por nueve actores y actrices. A lo largo de tres días, viernes, sábado y domingo de esta semana, en doble horario, los espectadores (30 por sesión) asistirán a dos recorridos diferentes, que se iniciarán y terminarán en lo que han llamado La verbena de las mascarillas. Los espectadores, al comprar la entrada, no podrán elegir cuál de los dos recorridos van a realizar.
“Durante el tiempo de aislamiento”, explica Simón en el recorrido por los distintos lugares del teatro elegidos (pasillos, camerinos, escaleras y también el escenario y el patio de butacas), “se escribieron historias, se creó música, se bailó en la intimidad, se dibujó, se pintó en las paredes de las casas, se pensaron e imaginaron otros mundos, soñados durante aquel encierro obligado”. Bajo esta filosofía, el director invitó a distintos artistas, en marzo de 2020, a participar en esta experiencia colectiva con unas limitaciones específicas: brevedad en los textos, imaginados para un espacio no convencional, alejados del clásico escenario a la italiana y que se centraran en experiencias o reflexiones personales, huyendo de los lugares más dolorosos.
En ese recorrido, todo un puzle dramatúrgico de textos, poemas, vídeos e instalaciones audiovisuales, hecho como un traje a medida del Fernán Gómez, conviven multitud de libros, películas en DVD, discos de música, bicicletas estáticas, pantallas de ordenador y, cómo no, una enorme cocina, todos ellos elementos presentes y obsesivos en el largo aislamiento sufrido en el mundo entero. Ni un hospital, ni una residencia, ni una morgue. Simón lo resume: “No hemos querido meter el dedo en la herida de la pandemia. Intentamos una mirada con distancia, resiliente, para que, de alguna forma, el aislamiento que sufrimos y que nos transformó a todos nos abriera una puerta a la esperanza. Buscamos colocar a la pandemia en otro lugar y que el público se vaya con una sonrisa después de esta experiencia por lugares y situaciones que, de alguna manera, hemos vivido todos”.
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