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Rammstein actúa en Madrid marcado por las acusaciones de abusos sexuales de su líder

La banda de metal ha llenado el Estadio Cívitas Metropolitano con 50.000 entradas vendidas, aunque horas antes algunos de sus fans se planteaban si ir al concierto y las redes se han llenado de reventas

Unos asistentes a la entrada del concierto de Rammstein en Estadio Cívitas Metropolitano (Madrid) este viernes.
Unos asistentes a la entrada del concierto de Rammstein en Estadio Cívitas Metropolitano (Madrid) este viernes.Patricia Casas
Patricia Casas

Los fuegos artificiales y las letras provocadoras de la banda alemana de metal Rammstein vuelven a España, exactamente al Estadio Cívitas Metropolitano (Madrid). Pero con todo su espectáculo también aterriza la polémica que envuelve estos días la figura de su cantante, Till Lindemann. El vocalista ha sido denunciado por abusar sexualmente de varias fans durante las fiestas que hacía antes y después de sus conciertos. En la capital, el grupo ha vendido las 50.000 localidades del estadio del Atlético de Madrid.

El escándalo de los supuestos abusos sexuales y de poder estalló a principio de mes cuando los medios alemanes se hicieron eco del testimonio de una mujer irlandesa que denunció en comisaria que había sido drogada en una fiesta posterior al concierto que dio el grupo en Vilnius (Lituania) en mayo. Pero para entonces las redes ya se habían convertido en el canal principal donde decenas de mujeres denunciaron abusos del mismo tipo. Lindemann ha negado las acusaciones y sus abogados las han tildado de “falsas, sin excepción”.

Un grupo de fans de Rammstein con una camiseta de la banda en Madrid este viernes.
Un grupo de fans de Rammstein con una camiseta de la banda en Madrid este viernes.Patricia Casas

Como consecuencia de estas denuncias, la Fiscalía de Berlín ha abierto una investigación contra el cantante de Rammstein por abusos sexuales. Un proceso que todavía no ha terminado y que no ha impedido al grupo seguir con su gira de este año. La banda ha vendido más de 50 millones de discos y llena estadios por todo el mundo.

Alba Sierra (42 años) ha ido al concierto de esta tarde con cuatro amigos más a celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Ha sido el cumpleañero el que les ha regalado las entradas al resto, Sierra tiene claro que, si el dinero fuera suyo, no hubiera acudido. “No hay que endiosar a los artistas, hay que ir siempre con la víctima”, explica a este periódico. “Sé que voy a tenerlo en la cabeza y que no voy a poder disfrutar del concierto”, ha afirmado. Es la segunda vez que le ocurre esta situación: este año fue al concierto de Arcade Fire, un grupo cuyo cantante también ha sido acusado de abuso sexual. “Es agotador”, se ha resignado. Les ha costado 70 euros cada entrada y este motivo también les ha empujado a ir. Sierra espera no ser la única que ha tenido este debate interno.

Horas antes del evento, algunos de sus fans escribían por Twitter que seguramente este iba a ser el último de sus conciertos. “Si las entradas hubieran salido a la venta ahora, no habría comprado. Me va a costar quitármelo de la cabeza y disfrutar del show”, afirmaba el usuario Julio C. Sánchez que cuenta con la respuesta de otro perfil en la misma situación. Además, en los resultados que ofrece la aplicación a la búsqueda de Rammstein, aparecen decenas de personas que venden las entradas en España, incluso siendo nominativas, por lo que el vendedor debe acompañar al comprador a la entrada del recinto y enseñar su DNI. Pero esta fiebre por vender las entradas está pasando en muchas de las ciudades donde la gira tiene fecha.

Hace unos días, en Berna (Suiza), un grupo de 150 manifestantes —convocados por diferentes organizaciones juveniles socialistas y feministas— se presentó en la puerta del Estadio Wankdorf para protestar contra la celebración de uno de sus conciertos. Nicola Siegrist, presidente de las juventudes socialistas suizas, explicaba en su discurso: “El hecho de que este concierto se haga es una bofetada para todos los afectados por la violencia sexual. Los intereses económicos vuelven a primar sobre la responsabilidad con la sociedad y los afectados por la violencia”.

Almudena (30 años) les sigue desde que tenía 15 y desde 2011 está esperando volver a verlos. “Es difícil mantener una posición neutral porque siendo fan desde hace tanto tiempo, nunca esperas esto, pero no quieres hacer de menos las declaraciones de las víctimas”, ha explicado. La misma sensación que ha transmitido el batería de Rammstein, Christoph Schneider. El músico ha querido desvincular a la banda de las acusaciones: “Se han llevado a cabo ciertas estructuras que van más allá de los límites y valores del resto de los miembros del grupo”. Y añadía en el mensaje que dejó en redes: “Todo lo que sé sobre las fiestas de Till es que personas adultas hacían juntos una fiesta. Y, en cualquier caso, parece que sucedieron cosas que, aunque no sean ilegales, personalmente considero que no están bien”.

El supuesto modus operandi del cantante, según cuentan las víctimas, consistía en invitar a mujeres jóvenes a la fila cero de sus conciertos, la más pegada al escenario reservada para invitados, a las que ofrecían bebidas alcohólicas durante el concierto. Estas mujeres eran escogidas por Alena Makeeva, una directora de casting —o así se presenta en Twitter— del equipo de Lindemann. La mujer las invitaba a fiestas privadas antes y después de los shows en las que las fans conocían al cantante, tomaban alcohol y se les retiraban los teléfonos para mantener la privacidad. La primera mujer que denunció asegura que, pese a tomarse solo dos copas, no recuerda todo con claridad, un hecho que la hace sospechar de que alguien pudo introducir droga en su copa. El resto de las mujeres que han inundado las redes con sus testimonios relatan episodios parecidos, algunas de ellas cuentan que se sintieron presionadas para mantener relaciones sexuales.

Los promotores del Estadio Olímpico de Múnich, el primer concierto que se celebró tras conocer las denuncias, eliminaron la fila cero y las fiestas tras el espectáculo. En el caso de España, la promotora se ha mostrado reticente a contestar las preguntas de este periódico. Con la noticia, editoriales y discográficas también han roto contratos con el grupo como Kiepenheuer & Witsch, que ha publicado antologías de poemas escritos por Lindemann —en uno de ellos fantaseaba con abusar de una mujer—. Universal Music ya no promocionará más el último disco del grupo, Zeit (2022). “Tenemos el mayor respeto por las mujeres que hablaron con tanta valentía en este caso”, han dicho en un comunicado.

Victoria, otra asistente, ha dicho que no es nada nuevo lo que ocurre con Rammstein: “Es lo que pasa cuando hay gente famosa con dinero, que hace lo que le da la gana”. Ella no se ha planteado en ningún momento no acudir porque cree que hay que separar la música del artista.

Para Victoria ha pasado poco tiempo para notar un descenso de fans —las entradas se vendieron el año pasado y las acusaciones se han conocido a principios de este mes—, pero creen que habrá gente en las próximas giras que demuestren su descontento no comprando entradas. Bea y Andrea, fans desde hace los 12 años, son unas de sus seguidoras que después de la polémica se plantean no acudir a la siguiente gira.

La mayoría de hombres entrevistados han apelado a la presunción de inocencia. Pere ha acudido desde Barcelona con su mujer y su hija, que es la verdadera fan de Rammstein, y dice que en caso de demostrarse por un juzgado tendrá pocas ganas de escuchar al grupo, pero que por ahora mantiene su apoyo. Su mujer, en cambio, le ha parado los pies alguna vez y ha dejado claro que ella, por lo menos, sí tuvo dudas de ir al concierto.

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