Geetanjali Shree, escritora india: “Desde el principio estaba lista para el fracaso”
La autora de ‘Tomb of Sand’ ganó en 2022 el Premio Booker Internacional con una obra que habla de ser madre, hija y mujer
En 2022, el codiciado Premio Booker Internacional recayó en la autora india Geetanjali Shree por Tomb of Sand, la traducción de su libro Ret Samadhi, originalmente escrito en hindi. Daisy Rockwell, la traductora, compartió este premio, que se concede cada año a la traducción inglesa de una obra de ficción publicada en el Reino Unido o Irlanda.
Ambientada en el norte de la India, Ret Samadhi es una saga familiar que arroja luz sobre la vida de una mujer de 80 años que viaja a Pakistán para revivir y resolver el trauma emocional de la partición de India en 1947. En el proceso, el lector puede observar cómo la anciana reexamina sus diversos roles, descubriendo nuevos significados en el hecho de ser madre, hija y mujer al mismo tiempo.
En la reciente Feria Internacional del Libro de Calcuta, en la que España era el país invitado, el Instituto Cervantes organizó una conversación con Geetanjali Shree, la autora e ilustradora Olga de Dios y la hispanista y traductora Maneesha Taneja. Estos son los extractos de esa entrevista que la escritora dio a Taneja y Òscar Pujol para EL PAÍS:
Pregunta. ¿Se ha calmado ya el frenesí tras el galardón? Ha mencionado que echaba de menos la privacidad y la soledad de la escritura.
Respuesta. Sí, el entusiasmo ha disminuido, pues ha pasado un tiempo, pero no ha muerto del todo. Recuerdo que, al volver de Londres, recién entregado el premio, la prensa quería entrevistarme nada más llegar al aeropuerto, pero me negué. No quería, tras un largo viaje, aterrizar en una conferencia de prensa. Dije que no iba a volver con un trofeo deportivo, un mundial o algo así. Esto es literatura y debería ser tratado con un poco más de sobriedad, pero fue una locura. Mi teléfono no paraba de sonar. Todos y desde todas las partes del mundo esperaban declaraciones. Una semana después, cuando pude darme un respiro, revisé mis mensajes, volví a contactar con un periódico de Australia que quería entrevistarme, pero dijeron que lo sentían, que ya era una noticia vieja. Me quedé impactada y enojada. Este es el respeto real por la literatura. Hoy en día todo es bombo y platillo. Es el mundo que nos ha tocado vivir. El interés que persiste ahora, sí me parece genuino porque está sostenido en el tiempo y eso me gusta. Me hace feliz. Ciertamente, todavía no he podido volver a la soledad de la escritura.
P. ¿Previó la respuesta a Ret Samadhi? ¿Creía que encontraría tanto eco más allá de las fronteras?
R. En realidad, no. No sé cuántos escritores piensan, antes de escribir, sobre cómo será recibido su libro. No soy de las que está todo el rato pensando hasta dónde llegará el éxito. Tampoco tengo en mente quiénes serán mis lectores. Encuentro nuevos lectores tras la publicación del libro. Naturalmente, siempre hay un círculo cercano e íntimo que comenta, pero ya sabes lo que dirán. En todo caso, no puedes adaptar tu escritura a un lector imaginario que se encuentra allende los siete mares. ¿Quién sabe lo que querrán esos lectores? Como escritor estás resolviendo algo en ti mismo. Es una actividad extraordinariamente privada, no la considero un esfuerzo o una lucha, más bien una forma de meditación que te lleva a lo más profundo de ti mismo. Debe hacerse con sinceridad y así he tratado de hacerlo.
P. Desde su primera novela, Maai, que tuvo gran éxito, hasta Ret Samadhi, ¿cuál ha sido su viaje como escritora?
R. Esta pregunta me resulta difícil de responder porque no veo la trayectoria como un camino lineal. Sé que debe haber conexiones entre ellas, pero operan en un sentido diferente. Para mí, cada novela es el inicio de un nuevo viaje, que no está relacionado con el anterior. Cada obra es una nueva búsqueda, un nuevo descubrimiento y una nueva dirección. Echando la vista atrás encontraría conexiones entre ellas, como hacen los lectores, pero eso no es lo que siento cuando escribo. El viaje desde la primera novela hasta ahora ha transcurrido en múltiples direcciones.
P. ¿La escritura se ha vuelto más fácil con el paso de los años?
R. No diría que se haya vuelto más fácil, pero sin duda alguna se ha convertido en un modo de respirar, en una parte de mí. Ha sido mi propia pequeña lucha. Desde el principio estaba lista para el fracaso. Si estás mentalizada para el fracaso, el miedo desaparece y puedes escribir sin sentirte cohibida. Estaba convencida de que no iba a escribir de un modo convencional. Dicho esto, la práctica perfecciona el oficio y aprendes a tambalearte sin perder el equilibrio.
P. La novela combina folclore y magia y en cierto modo recuerda la atmósfera de Cien años de soledad, aunque es más experimental en su lenguaje.
R. Realmente nunca consigo hacer algo ex profeso. Voy encontrando mi voz y mi expresión a lo largo de mi viaje literario. Surge orgánicamente mientras escribo. En cuanto a las lenguas, estas se enriquecen cuando no cierran sus fronteras. De lo contrario, se vuelven artificiales y no pueden crecer. He intentado proyectar el espíritu y la vitalidad inherentes al hindi. Vengo de una tradición repleta de folclore. El Mahābhārata y el Rāmāyaṇa, todos nuestros textos antiguos, contienen una amplia gama de historias de lo fácil a lo difícil. Hay que seguir la cadencia de nuestra lengua, pues la tradición oral tiene una gran importancia en nuestra literatura. Es parte de nuestra educación. En nuestra formación la oralidad es muy importante. Hay muchos libros que no hemos leído página a página, pero sí hemos escuchado sus historias, hemos visto representaciones de esos textos y esa literatura está en nuestra sangre. Han influido mucho en mi expresión y, por supuesto, también ha habido otras influencias de todas partes del mundo.
P. La memoria juega un papel importante en su novela y en la literatura española también es un tema predominante. ¿Cómo se relaciona la memoria con su trabajo?
R. Memoria es una palabra muy común, pero su concepto es abismal y hoy en día está suscitando un gran interés académico. Para mí, como escritora y ser humano, todo lo que decimos y hacemos tiene que ver con la memoria. Cuando dices algo y te respondo, primero se convierte en mi memoria y luego en una expresión. Por lo tanto, por supuesto hay lugar para la tergiversación. El recuerdo juega todo tipo juegos con nosotros y también nosotros jugamos todo tipo de juegos con la memoria. No sabemos cuándo estamos tergiversando y cuándo estamos absorbiendo la realidad. No sabemos lo que dejamos fuera, pero luego expresamos como recuerdos. La memoria es lo que hace aflorar la literatura.
P. Antes de decidir ser escritora, era una estudiante de Historia y tiene un doctorado en esta disciplina. ¿Cuál es su opinión del debate entre historia y memoria?
R. He sido una estudiante de Historia un tanto recia. La cursé, pero nunca me sentí hecha para eso, aunque aprendí mucho. La historia y la memoria están relacionadas. La historia trata de aprender de la memoria, pero la pregunta importante es, ¿lo hace? Es trágico que la gente cometa los mismos errores una y otra vez. En los últimos tiempos, la pandemia nos ha ofrecido varias lecciones. Vivimos tragedias familiares, perdimos seres queridos, pero también observamos el descanso de la naturaleza. Los cielos despejados en un Delhi habitualmente muy contaminado. Pensamos que íbamos a recordar esas lecciones, pero la pandemia ni siquiera ha terminado, cuando ya lo hemos olvidado todo y hemos vuelto alegremente a nuestras viejas formas, propias de la ignorancia, mientras nos consideramos educados y progresistas.
P. ¿Ha leído literatura española?
R. Sí, por supuesto, pero en inglés. He leído el Quijote y en la universidad leíamos a Lorca, Neruda y Unamuno. Qué gran escritor Unamuno. Me gustaría conocer más escritores españoles como él. Luego, naturalmente, he leído a García Márquez. Me encanta Del amor y otros demonios. ¡Qué libro tan tierno!
P. En tus novelas Maai y Ret Samadhi se aprecia una similitud temática con Almudena Grandes. Ambas novelas giran en torno a la relación madre-hija, al igual que muchas historias de Modelos de Mujer de Grandes. ¿De dónde viene eso en tus novelas?
R. Los escritores tienen la capacidad de ver cosas que el resto de la gente no ve. Por lo tanto, es natural que surjan cuestiones, que hasta ahora no han estado allí, especialmente a medida que más y más mujeres empiezan a escribir. Están esas historias de mujeres, de madres “invisibles”, encerradas entre cuatro paredes. Esas son las historias que quieres contar. Madres que todos consideran débiles, subordinadas, escondidas tras el telón. Historias que los hijos quieren contar, pues quedan en el olvido. Estas realidades de madres e hijas han llegado a mi vida de forma espontánea como les ocurre a muchas escritoras contemporáneas. En este sentido recuerdo a Alice Walker y su novela In my Mother’s Garden. La protagonista de Ret Samadhi parece débil, pero en realidad a lo largo del libro te da la oportunidad de salir al mundo y te enseña a cuestionar la percepción binaria del mismo.
P. ¿La mujer es una metáfora en su novela? En Ret Samadhi la protagonista da la espalda durante mucho tiempo. Parece pasiva y luego es ella quien lleva la historia hacia adelante a través de un discurso civilizatorio, como muestran sus comentarios sobre la religión y las relaciones entre India y Pakistán.
R. Desconozco esta terminología y no sabría decir si la mujer es una metáfora o no. Como escritora solo miro a los seres humanos y no lo que simbolizan. Si me obligas a darte una respuesta, te diría que ¿acaso no representamos todos algo más de lo que somos? ¿No simbolizamos todos ciertas fuerzas más grandes, no representamos alguna otra verdad, alguna metáfora? En esa medida, la mujer es una metáfora en la novela. Pero dicho esto, hay cosas que uno hace sin ser consciente de los mensajes que da. ¡Corresponde a los lectores perspicaces detectarlos y decirles a los escritores lo que han hecho!
P. ¿Tiene planes de visitar España próximamente?
R. ¡A la primera oportunidad que se presente!
P. ¿Hay una traducción de Ret Samadhi al español a la vista?
R. Realmente espero que sí. Me encantaría tener una buena traducción al español, descubrir nuevos lectores e interactuar con ellos.
Babelia
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