La escritora Brigitte Giraud gana por sorpresa el Premio Goncourt con ‘Vivir rápido’
La novela es el relato del duelo por la muerte en accidente de moto del compañero de la narradora y la exploración de las casualidades que determinan nuestros destinos
Saltó la sorpresa en el Goncourt. El premio más prestigioso de las letras francesas ha recaído en Vivre vite (Vivir rápido, publicada en francés por Flammarion), de Brigitte Giraud. Se trata de una novela sobre el duelo, sobre las casualidades que determinan nuestros destinos, y sobre unos años y una generación: la que se instaló en la edad adulta en los noventa, entre el rocanrol de la juventud y los sueños de una vida burguesa.
Ha sido una de las votaciones más reñidas que se recuerdan en el restaurante Drouant de París, donde se reúne la Academia Goncourt, el jurado de 10 miembros, todos escritores, que consagran reputaciones, disparan carreras y propulsan las ventas. Giraud es la decimotercera mujer que, desde su creación en 1903, recibe un premio que resume más de un siglo de historia de la literatura francesa y que cuenta en su palmarés con autores como Marcel Proust, André Malraux, Marguerite Duras, Patrick Modiano o Michel Houellebecq.
La novela de Giraud se impuso a la favorita, El mago del Kremlin, del italosuizo Giuliano da Empoli, fenómeno literario del año en Francia que Seix Barral publicará en castellano en abril y Edicions 62 en catalán. La editorial Contraseña ha publicado en español dos novelas de Giraud: Ahora y Tener un cuerpo. Quienes se oponían a Da Empoli hacían valer que, con más de 100.000 ejemplares vendidos y la aclamación de crítica, su novela no necesitaba el Goncourt. Otro argumento era que la semana pasada ya recibió el Gran Premio de la novela de la Academia francesa.
La Academia Goncourt se partió en esta ocasión por la mitad: cinco a favor de Giraud y cinco de Da Empoli. Votaron 13 veces. El desempate no llegaba. La tensión iba en aumento. “Se intercambiaron argumentos, pero era imposible de desbloquear”, resumía minutos después en chez Drouant uno de los miembros del jurado, el escritor Pierre Assouline.
Según el reglamento, en la ronda decimocuarta el voto del presidente del jurado, Didier Decoin, vale doble. Así se desempató. Y el simbólico cheque de 10 euros con el que se remunera este premio a la mejor novela publicada en el año fue a Giraud, autora de una decena de novelas. “No es glorioso, porque jamás deberíamos llegar a esto”, comentó Assouline, quien votó a Da Empoli. “Pero no había otra elección”.
“No me lo esperaba, estoy de verdad feliz, emocionada”, ha declarado a EL PAÍS Giraud, sentada en la mesa de Drouant, minutos antes de comenzar el almuerzo con el jurado. “Es un libro íntimo, que toca un acontecimiento muy personal, pues se trata de la muerte de mi compañero en un accidente de moto hace más de veinte años. Pero esta parte íntima me interesa porque está ligada a lo colectivo, a la sociedad, a una época, es un retrato del mundo en un momento dado”.
Vivre vite es la historia en primera persona de una mujer que pierde a su pareja en un accidente de moto en los años noventa, justo cuando acababan de comprarse una casa con jardín en Lyon y estaban a punto de cumplir el sueño de una vida feliz de clase media. Años después, cuando la narradora se dispone a vender la casa, regresa al accidente y reconstruye los días y minutos previos planteándose la pregunta: “¿Y si...?”.
Cada capítulo en la parte central del libro es un “y sí”. Es decir, las posibilidades de que el accidente no hubiese ocurrido si algunas circunstancias hubiesen sido distintas. Qué habría ocurrido si no hubiesen vendido el apartamento y hubiesen comprado la nueva casa. Qué hubiese pasado si el hermano de la narradora no les hubiese encargado que guardasen su moto en un garaje. Qué si, en vez de escuchar, antes de subirse a la fatídica moto, una canción larga (Dirge, de Death in Vegas), hubiese escuchado una más breve (Don’t Panic, de Coldplay). Y así, en una reconstrucción obsesiva y minuciosa de todos los caminos que la vida puedo tomar y no tomó. Todo, con la banda sonora de una época, los años ochenta y noventa.
“Hay mucha música en este libro, muchos músicos, porque Claude era periodista musical, sobre todo para Le Monde”, dice Giraud. “El rock era parte integral de su mundo y de nuestro mundo, y daba este impulso, esta pulsión de vida”.
Los finalistas de este año, además de El mago del Kremlin de Da Empoli, fueron Cloé Korman, con Les Presque Soeurs (Las casi hermanas) y Makenzy Orcel con Une somme humaine (Una suma humana). Componen la Academia Goncourt su presidente, Didier Decoin y Tahar Ben Jelloun, Camille Laurens, Pierre Assouline, Patrick Bruckner, Françoise Chandernagor, Patrick Rambaud, Paule Constant, Philippe Claudel y Eric-Emmanuel Schmitt.
Simon Liberati recibió el Premio Renaudot, que se entrega en el mismo restaurante y el mismo día, por la novela Performance, publicada por la editorial Grasset.
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