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Parinoush Saniee, escritora iraní en el exilio: “El camino en mi país es duro y se necesitará mucho más tiempo”

La novelista persa presenta en español ‘Los que se van y los que se quedan’, una novela sobre el trauma de una familia separada por la Revolución que se reúne después de tres décadas

Parinoush Saniee
La escritora iraní Parinoush Saniee, el martes en la Casa de Asia de Madrid.Claudio Álvarez
Andrea Aguilar

Socióloga y psicóloga, además de novelista de éxito, Parinoush Saniee (Teherán, 73 años) recorrió las calles de la capital de Irán con los manifestantes cuando arrancaron las protestas hace unas semanas. Desde hace cinco años vive en Estados Unidos, pero estaba pasando un mes en su país cuando la muerte de la joven Mahsa Amini —tres días después de ser detenida por la policía de la moral el 13 de septiembre por no llevar bien puesto el velo— sacó a las mujeres a las calles. Se pusieron “en primera línea” para reclamar libertad y manifestarse contra las autoridades. “Los hombres a estas alturas de alguna manera habían desistido, se daban por vencidos. El régimen surgido de la Revolución de 1979 ha sido muy duro con todos los grupos sociales, pero su presión sobre las mujeres ha sido aún mayor y ahora son ellas quienes levantan la bandera de la lucha”, explica Saniee en la Casa de Asia de Madrid, acompañada por un traductor de farsi, el martes. Viste una blusa de seda verde, lleva botines de ante con tacón, se muestra expresiva y elegante, sin atisbo de cansancio, después de dos días atendiendo a la prensa: el jueves publica en español su novela Los que se van y los que se quedan (Alianza).

¿Cómo interpreta lo que está pasando en su país? “La nueva generación es más rebelde y valiente. La población en general, y las mujeres en particular, lleva 43 años soportando el régimen. En las casas se vive en absoluta libertad, nada que ver con lo que ocurre en la calle. Visten como quieren y se relacionan como quieren dentro de sus hogares, pero en la calle una mujer no puede hablar con ningún hombre que no sea de su familia porque la policía de la moral la amonestará. Muchos otros y yo animábamos a nuestras hijas a verse con otros jóvenes en las casas. Las mujeres en Irán han vivido en esa duplicidad, como si encarnaran dos personajes. Pero ahora las jóvenes, que no conocieron los días anteriores a la Revolución, quieren llevar la vida que tienen en sus casas a las calles”. Hace 10 días que la escritora salió de Teherán y ya acusa la distancia —”veía a los heridos, veía la protesta en la calle, y ahora es imposible tener las mismas sensaciones”—.

La hija de Saniee también vive en la Costa Oeste de EE UU, y muchos de sus viejos amigos. “Allí no necesito prácticamente hablar inglés, estoy rodeada de farsi”, comentaba con una amplia sonrisa. Lo que la unía a Irán ya no existe, asegura. “Si mi madre siguiera viva, no me plantearía vivir fuera; mi esposo también falleció y los amigos están dispersos. Irán es un lugar lleno de recuerdos, pero la soledad en tu propio país es más dura que sentirse sola fuera”, reflexiona.

En las casas se vive en absoluta libertad, nada que ver con lo que ocurre en la calle

La tensión del exilio, la brecha que separa a una familia partida desde 1979, es el nudo central de su nueva novela, la tercera de sus obras de ficción, que llega tras la publicación de Una voz escondida y El libro de mi destino (ambas en Salamandra). En un pueblo en la costa de Turquía, una familia separada desde hace 30 años por la Revolución en Irán se reúne por primera vez en torno a la matriarca para pasar 10 días. Ahí afloran todos los malentendidos, rencores e incomprensión que llevan décadas cocinándose, y de los que nadie se salva; ni la abuela ni sus nietos crecidos dentro y fuera ni, por supuesto, sus hijos adultos. “Los asuntos sociales, sus problemas y soluciones son temas que llevo estudiando toda mi vida”, apunta Saniee.

Manifestación en Teherán por la muerte de Mahsa Amini
Manifestación de protesta por la muerte de Mahsa Amini, el día 21 de septiembre en Teherán.EFE

La novela El libro de mi destino, su mayor éxito internacional y también en Irán, donde ha sido prohibido en determinados momentos, fue fruto de los muchos estudios que en su doble condición de socióloga y psicóloga tenía a su alcance. “Pensé en escribir un artículo académico, pero quería llegar a más gente, así que lo metí en una novela, tenía miles de ejemplos de niñas de entre 13 y 17 años que eran forzadas a casarse y a dejar los estudios”, recordaba. “Y así ha seguido siendo en todos mis libros: los personajes son inventados, pero las realidades que los rodean son tal cual”.

Los que se van y los que se quedan aborda una historia multigeneracional y el trauma que atraviesa a todos los miembros del clan. “Uno de los mayores daños de la Revolución es la descomposición de las familias. Cualquier tipo de separación prolongada en el tiempo genera ese tipo de incomunicación y problemas, desde vivir en distintos husos horarios hasta acabar perdiendo las palabras comunes. Las cosas hoy son distintas, pero hace 20 años era muy complicado comunicarse desde fuera con Irán”.

Irán es para mí un lugar lleno de recuerdos, pero la soledad en tu propio país es más dura que sentirse sola fuera

La Revolución de 1979 sorprendió a Saniee en EE UU, donde cursaba estudios, pero en aquella ocasión decidió volver a Irán y salir a protestar a las calles con los universitarios. “Lo que está ocurriendo hoy me hace evocar lo que vivimos entonces, pero las protestas ahora son mucho más violentas, están disparando directamente contra la población”, afirmaba. “En mi generación pensábamos en salir fuera para estudiar y formarnos, pasar temporadas en el exterior, pero no contemplamos instalarnos fuera hasta 1979″. La publicación de sus libros en el extranjero fue lo que acabó de impulsarla a salir de Irán y fijar su residencia en el extranjero, para poder así firmar contratos y abrir una cuenta bancaria.

No ha escuchado el encendido discurso del ayatolá Jamenei del lunes, en el que culpaba a Israel y EE UU de las protestas, pero no le sorprende en absoluto. “No me costaba imaginar lo que iba a decir, porque cualquier cosa siempre es una conspiración de fuera, nunca reconocen los problemas. Hay ocho millones de iraníes en el exilio que luchamos por nuestro país y no vemos ese supuesto enemigo”, zanjaba. “Tengo esperanza y deseo que esto llegue a buen fin, pero el camino es duro y se necesitará mucho más tiempo”.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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