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CONCIERTOS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Residente reivindica la América que no es Estados Unidos en su regreso a Madrid

El rapero boricua encandila a los 17.000 asistentes en el cierre del Festival Río Babel con un repaso a clásicos de su antigua banda, Calle 13

Residente Festival Rio Babel
Residente, en un momento de su concierto en el Festival Río Babel, el sábado en Madrid.JUAN BARBOSA

Media hora antes del arranque del concierto, que anoche, sábado, se celebraba al aire libre en el recinto de La Caja Mágica en un barrio al sur de la capital, entre el público ya se notaba mucho movimiento: la primera fila estaba copada y tocaba encontrar huecos en los laterales de cara a tener una buena visión del espectáculo. “Es uno de esos artistas que se implica con la gente”, dice Otto Otero, 25 años, colombiano de Cali que lleva cuatro viviendo en España y que ayer vivió su primer concierto de René Pérez Joglar, Residente (San Juan, Puerto Rico, 44 años). “Fíjate en las banderas que lleva la gente: México, Ecuador, Colombia, Paraguay… Eso es porque representa un sentir popular de toda Latinoamérica”, añadía.

Precisamente, Latinoamérica da nombre a una de las canciones más conocidas del puertorriqueño, uno de esos himnos que hiciera popular con su antigua banda, Calle 13, y que anoche sonó justo a la mitad de un concierto generoso en sencillos y en actitud, con un sonido grueso y poco dado a los matices. Hablamos de un artista con una legión de fieles acumulados a lo largo de casi dos décadas de carrera, primero con Calle 13; luego, desde 2015, en solitario, con la misma tensión entre lo popular y el síndrome del enemigo externo (el pueblo contra el opresor; Residente contra todos), en una eficaz narrativa con ritmos urbanos, o lo que él mismo ha bautizado como “canción social”, que le ha llevado a cosechar 31 premios Grammy.

“Me fui por cada país a escribir un verso; quería escribir mirando y sintiendo el aroma de cada lugar”, reveló a su público justo antes de que sonaran los primeros acordes de un tema con 12 años de vida y amargos versos que no han perdido ni un ápice de su sentido. “Soy América Latina, un pueblo sin piernas, pero que camina”, cuenta uno de ellos, y que cientos de asistentes entonaron bajo un calor sofocante. Marina Albadalejo, 31 años, es una de esas personas que demuestra saberse esta letra al dedillo. “Soy española, pero he vivido en Colombia y sé lo que significa la canción”, compartía. “Residente es reivindicativo, pero con respeto hacia el otro”.

La velada, en cualquier caso, ya prometía intensidad desde el minuto uno. Eran las nueve y cuarto pasadas cuando por los altavoces se escuchó un silbido con la melodía de la tiradera (nombre con el que se conoce en la escena al enfrentamiento entre cantantes a través de afilados versos) que se ha hecho viral en YouTube en las últimas semanas —acumula más de 110 millones de visitas en tres meses—, y en la que Residente junto al productor y DJ argentino Bizarrap insulta al colombiano J Balvin, entre otros motivos, porque “una cosa es ser artista, otra cosa es ser famoso”. Es Residente, que desde algún lugar de detrás del escenario está silbando el estribillo de la sesión 49 de Bizarrap, mientras los asistentes ponen la letra —”esto lo hago pa divertirme”—, con la banda al completo sobre el escenario y la vocalista Kiani Medina, que anoche dio toda una lección de entrega y voz.

Público asistente al concierto de Residente, el sábado en Madrid.
Público asistente al concierto de Residente, el sábado en Madrid.JUAN BARBOSA

Así pues, silbando y saltando desde una esquina hacía su aparición Residente, gorra negra con la R al frente y camiseta de tirantes ceñida, dejando al aire tatuajes y músculos, en un reencuentro con el público madrileño y de más allá que se ha hecho esperar cuatro años. “Vivo en Canarias, pero he venido a verle porque es un icono latino”, contaba Alan Saucedo, 23 años, con una bandera de Paraguay a los hombros. “Sobre el beef [pique] con J Balvin tampoco tengo mucha opinión, creo que cada uno hace lo que puede con lo que tiene”, dirá este reflexivo fan. Tiene sentido arrancar con un tema del momento, del ya, para poder ubicar el espectáculo en el presente del artista, dado que Residente no ha sacado mucho material nuevo y que el grueso de sus bolos se basa en temas de Calle 13 (esta vez, 13 de los 16 temas). Mientras suena la segunda canción de la noche, Chulin Culin Chunfly, tema que popularizara con el reguetonero Voltio en 2016, en la lejanía algunos cientos de rezagados continúan acercándose al escenario grande de Río Babel, en el tercer y último día de un festival que, según cifras oficiales, ha congregado a 62.000 personas.

Atrévete-te-te, probablemente su canción más grande, con 268 millones de escuchas en Spotify, suena potente y seca. No hay metales en la banda, algo que sí caracterizaba los conciertos de Calle 13: la apuesta es por las guitarras y por las percusiones, todo orquestado por un René agitado y directo, cuyo lenguaje corporal se convertía en la representación visual de sus aguerridos versos, acompañado de unos visuales cuidados en rojo, azul y blanco, la bandera de Puerto Rico.

En Cumbia de los aburridos nos acercamos a la hora bruja (cielos rosáceos, aviones atravesando las alturas cada poco), siempre manteniendo la electricidad y la potencia. “Estamos vivos y respirando”, suelta René, que tira una botella de agua hacia las primeras filas, “para que os refresquéis”. Los teclados en El baile de los pobres enriquecen el show, cosido con un bombardeo constante de versos y con el bombo-caja de batería y percusiones como elementos de enganche entre tema y tema. La letra, una de las más brillantes de René, relata la desigualdad que causa el sistema a pie de calle, hasta en los vínculos afectivos. Puerto Rico tiene una de las brechas sociales más altas del mundo, incrementada por las consecuencias de varios huracanes, terremotos y la pandemia del coronavirus.

El músico puertorriqueño Residente, durante su actuación en el Festival Río Babel, en Madrid.
El músico puertorriqueño Residente, durante su actuación en el Festival Río Babel, en Madrid.JUAN BARBOSA

El momento más emocionante, sin embargo, llega cuando habla de su hijo de 7 años, también presente. “Como padre, hay una responsabilidad. Invito a manifestaros y salir a las calles para apoyar a los inmigrantes que sufren”, dice. Es el turno de This is not America, su más reciente composición, que ha merecido ser destacada por la revista Rolling Stone por su contenido antiimperialista americano, que aquí suena diferente en el contexto peculiar de la cumbre de la OTAN apenas cerrada. “La novedad con respecto a su último gran éxito es que no se enfoca en otros artistas o en lo que él ve como fracasos de la industria de la música; en cambio, canaliza su ira hacia la violencia y la arrogancia representada por la palabra América”, publicó la revista. “Más de cien años de tortura, la Nova Trova cantando en plena dictadura. Somos la sangre que sopla la presión atmosférica, Gambino, mi hermano, esto si es América”, en referencia con cierta sorna al tema This is America del artista californiano Childish Gambino. Se trata de una temática que no es nueva en la música de Residente, que defiende la independencia de su país para la toma de decisiones —Puerto Rico es Estado libre asociado de Estados Unidos y un caladero de arte latino universal, con nombres como Bad Bunny, Luis Fonsi, Daddy Yankee, Ricky Martin o Don Omar.

“El futuro es nuestro”, grita desde el escenario este icono del sentir latino y el público entra en éxtasis. Los versos románticos de Nadie como tú y el desparrame de ritmo y energía que es Vamo’ a portarnos mal rematan una intensa noche donde, al menos por hora y media, diversión y conciencia fueron uno.

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