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El ‘Diccionario Biográfico electrónico’ se presenta en Nueva York

Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia, critica la reforma de los planes de estudio en secundaria y reclama el aprendizaje cronológico de la materia

La reina Sofía, este miércoles en la presentación del Diccionario Biográfico electrónico en Nueva York.
La reina Sofía, este miércoles en la presentación del Diccionario Biográfico electrónico en Nueva York.SARAH YENESEL (EFE)
María Antonia Sánchez-Vallejo

El Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia cruzó este miércoles el charco para presentarse en Nueva York, en su puesta de largo en América. La edición electrónica de esta obra recoge 2.700 años de historia, a través de la vida de 50.000 personajes, muchos de ellos biografiados por primera vez. En un acto presidido por la reina Sofía, que este jueves entregará los premios que otorga el Queen Sofía Spanish Institute, el Diccionario fue presentado por Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia (RAH); Richard L. Kagan, profesor emérito de la Universidad John Hopkins, y Jaime Olmedo, director técnico de la RAH.

Tras la publicación de las dos primeras entregas de la obra, en 2011 y 2013, en 2018 vio la luz la edición electrónica (Diccionario Biográfico electrónico, DB-e), una joya para cualquier aficionado a la materia por el versátil motor de búsqueda y a la vez una herramienta de precisión para los investigadores. “Tenemos 10 millones de usuarios al mes, procedentes de 194 países”, explicó Iglesias. La obra, con una notable presencia de mujeres, es el fruto del trabajo de 5.000 historiadores y de la colaboración de más de 500 instituciones y fundaciones nacionales y extranjeras.

“La Academia ha sabido evolucionar con el tiempo, como demuestra el Diccionario Biográfico, una herramienta universal a un lado y otro del Atlántico y, por definición, una obra inacabada, inacabable y abierta”, explicó. En los próximos meses se añadirán 20.000 nombres, y los usuarios —la obra es de acceso gratuito en la web www.rah.es— pueden sugerir incorporaciones o cuestionar algunas informaciones tras presentar documentación.

De entre todos los personajes, conocidos la mayoría, punteros en sus respectivos ámbitos ―se recogen 2.000 actividades, de la poesía a la ingeniería o la política―, pero también figuras casi olvidadas, Kagan entresacó unos cuantos nombres ligados a Nueva York. Como La Carmencita, una bailaora flamenca que fue una celebridad a finales del XIX e imagen de una marca de cigarros y otra de pianos. O el filólogo e historiador Federico de Onís, discípulo de Unamuno y Ortega e impulsor del primer departamento de Español de la Universidad de Columbia, referente mundial del hispanismo y un imán que atrajo a los grandes nombres de la cultura hispana de la época: Lorca, Dalí, Gabriela Mistral, Uslar Pietri... O los célebres arquitectos Guastavino, padre e hijo, que dejaron su impronta en decenas de construcciones a lo largo de EE UU.

El diccionario no solo incluye a personajes circunscritos a España, sino a cuantos nacieron o vivieron en las antiguas posesiones españolas, en América, Países Bajos o Filipinas, más Portugal.

Iglesias, que recibe este jueves uno de los premios Queen Sofía Institute, se pronunció al final del acto, a preguntas de los periodistas, sobre la polémica generada por los nuevos planes de estudio del Gobierno y, en concreto, sobre la enseñanza de la historia. La académica se mostró crítica con la reforma, en línea con las alegaciones presentadas por la institución que dirige, y lamentó los planes de arrancar el estudio de la historia en secundaria “a partir de 1808, sin conocer lo anterior”. “Entonces eso no es historia, es manipulación. El alumno debe saber lo que ha pasado antes, la cultura de Occidente está basada en Grecia y Roma, más el cristianismo, y hay que saber eso”, explicó, recalcando la importancia de la enseñanza cronológica de la materia.

Iglesias, primera mujer que dirige la RAH, reivindicó la inclusión del descubrimiento de América en los planes de estudio, al ser “la primera globalización, algo que hay que contar” y una fecha que conllevó cuatro siglos de influencia española en el mundo, subrayó. Al contrario, consideró que la fecha de 1808 supuso para España “lo peor que nos ha pasado en nuestra historia, pues entramos en la contemporaneidad con un trauma, una invasión y una guerra, más unos aliados que parecían nuestros enemigos”.

La directora de la RAH se manifestó contraria a enseñar la historia por áreas temáticas: “No se pueden hacer grandes bloques unificando cosas que no se pueden unificar. Cada periodo tiene unos valores, unos límites mentales y materiales”, añadió. “No saber historia sin una cultura de base te convierte en alguien manipulable”.

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