¿Desaparece la Filosofía de los institutos? No, pero cambia: así queda la asignatura a partir del curso que viene
El Gobierno no ha incluido la materia como optativa de oferta obligatoria en cuarto de la ESO. Las autonomías decidirán si la incluyen, y la gran mayoría ya ha dicho que sí. Al mismo tiempo, la materia se convierte en obligatoria en los dos cursos de bachillerato
La Filosofía ha protagonizado el debate más polémico en torno a las asignaturas que se estudiarán en los institutos a partir del curso que viene, cuando empiece a implantarse el nuevo currículo educativo. La aprobación definitiva del decreto de currículo de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) este martes en el Consejo de Ministros ha reavivado las críticas de los docentes de la materia y de un sector de la sociedad hacia la nueva regulación, cuyo eco ha llegado al pleno del Congreso. Los siguientes apartados resumen cómo queda la materia.
¿Desaparece la Filosofía de los institutos?
No. La nueva ley educativa, la Lomloe, y el currículo que la desarrolla, modifica la presencia de la materia en una doble dirección. Por un lado, no ha incluido a la Filosofía en la lista de optativas que los institutos están obligados a ofertar en cuarto de la ESO. Las comunidades autónomas (que fijan entre el 50% y el 60% del horario escolar, según tengan o no lengua cooficial) decidirán ahora si la incluyen o no como optativa en cuarto de la ESO. La mayoría de autonomías ha anunciado que sí lo harán (las únicas que todavía no lo han aclarado son Galicia, Canarias, Navarra y La Rioja, que representan juntas el 13,3% del alumnado de secundaria).
Al mismo tiempo, el nuevo currículo convierte la Filosofía en asignatura obligatoria en segundo de bachillerato, además de mantenerla en primero. La materia será así estudiada por todo el alumnado en los dos cursos de esta etapa (en segundo, con el nombre de Historia de la filosofía).
Además, la nueva regulación introduce en la ESO una nueva materia obligatoria relacionada con el área de Filosofía, llamada Educación en valores cívicos y éticos, que deberá estudiarse en alguno de los cuatro cursos de la etapa. Muchos docentes de Filosofía consideran, sin embargo, que en esta asignatura, que recupera en buena medida la materia de Educación para la Ciudadanía creada por el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2006 y suprimida después por el PP, el tiempo de estudio dedicado a la ética será reducido al impartirse junto a otros contenidos, como la igualdad y la sostenibilidad.
¿Cómo se regulaba antes la asignatura?
Para muchos profesores de Filosofía, la edad dorada de su área de estudio fue la que siguió a la aprobación de la LOE, la ley educativa aprobada por los socialistas en 2006. Entonces, en la ESO era obligatoria Educación para la Ciudadanía y los derechos humanos, que debía estudiarse en alguno de los tres primeros cursos. Y en cuarto, era obligatoria Educación Ético-cívica, que era en cierta medida una continuación de la materia anterior. En bachillerato la Filosofía era obligatoria tanto en primer curso (llamada Filosofía y Ciudadanía) como en segundo (Historia de la Filosofía).
¿Qué hizo el anterior currículo, elaborado por el PP?
El PP cambió la regulación educativa con la Lomce, en 2013, y el currículo que la desarrolló eliminó la condición de obligatoria de Filosofía en segundo de bachillerato (pasó a ser optativa). Y, en la ESO, suprimió la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (que debía estudiarse en algún curso entre primero y tercero) y la asignatura Educación Ético-cívica (que se estudiaba en cuarto). A cambio, su currículo mencionó como posible optativa en cuarto de la ESO la materia de Filosofía, aunque la normativa no establecía que debiera ofertarse de forma obligatoria por los institutos, sino que en última instancia también dejaba la decisión en manos de las comunidades autónomas.
El decreto aprobado por el PP la incluía en una lista de ocho materias (entre la que el alumnado debía elegir entre una y cuatro materias) que podrían estudiarse en cuarto de la ESO “en función de la regulación y de la programación de la oferta educativa que establezca cada Administración educativa [es decir, cada comunidad autónoma] y en su caso de la oferta de los centros docentes”.
¿A qué se comprometieron los partidos políticos?
En octubre de 2018, cuando el PSOE llevaba unos meses en el Gobierno después de la moción de censura contra Mariano Rajoy, el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una proposición no de ley en la que se manifestaba “la voluntad” de que la Filosofía se recuperase con carácter obligatorio en los dos cursos de bachillerato, como ha sucedido, y en cuarto de la ESO se introdujese, con carácter obligatorio, la materia de Ética, algo que no ha ocurrido.
En el tramo final de la aprobación de la actual ley educativa, Unidas Podemos trató de que se introdujese esa materia en cuarto de la ESO. El PP también presentó una moción al respecto. Pero como cada una de las formaciones votó por su propia resolución (que no contaban con el apoyo de los socialistas) y se negó a respaldar la otra, ninguna de las dos enmiendas lograron votos suficientes para salir adelante.
¿Qué consecuencia indirecta tiene que la religión deje de tener una asignatura espejo obligatoria?
Las reivindicaciones en torno a las asignaturas que se realizan durante la elaboración de los currículos tienen siempre una doble vertiente. Por una parte, educativa, en el sentido de que los profesores de Filosofía, Música, Latín, Dibujo o Economía (que son algunos de los que se han movilizado estos últimos años) consideran importante su disciplina para la formación del alumnado. El Ministerio de Educación ha argumentado al respecto, para defenderse de las críticas de los colectivos de profesores, que el número de horas es limitado (30 horas semanales o 33 en las autonomías con lengua cooficial) y que dar más tiempo a una disciplina obliga a reducirlo de otra.
La reivindicación también tiene, por otro lado, una vertiente laboral, en el sentido de que si un área de conocimiento pierde peso en el currículo se reduce el número de clases que imparte y, por tanto, la carga de trabajo del departamento afectado. En este caso, al malestar generado por el hecho de que no se haya recuperado la materia de Ética en cuarto de la ESO y Filosofía no haya sido incluido como optativa de oferta obligatoria en la misma etapa, se ha visto acrecentado indirectamente por la nueva regulación de Religión. Aunque muchos de los docentes están de acuerdo con el hecho de que la materia confesional no tenga una asignatura espejo que deban estudiar quienes no eligen Religión, ese cambio tiene consecuencias laborales. Porque con la regulación del PP, que dejará de aplicarse a partir de septiembre, quienes no escogían Religión debían estudiar Valores Éticos, y su desaparición supondrá una reducción de horas de trabajo para los departamentos de Filosofía.
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