Elon Musk anuncia que rescatará pronto a los astronautas “atrapados en la ISS”, tras haber retrasado su regreso

Cuando parecía resuelto el culebrón espacial que vivieron los astronautas de la nave Starliner durante el pasado verano, Elon Musk y Donald Trump le han dado un nuevo giro de guion con el que la NASA no contaba. Suni Williams y Butch Wilmore llegaron en junio de 2024 a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) para una misión de solo una semana pero, ante los problemas mecánicos detectados en el viaje de ida, la cápsula tuvo que regresar vacía a la Tierra y ellos se quedaron trabajando en la estación orbital como dos tripulantes más.

Antes de aquel desenlace transcurrieron varios meses de pruebas y dudas; y ahora, de nuevo vuelve la incertidumbre sobre su fecha de regreso. Musk ha anunciado, en su red social X, que cumplirá el encargo de Trump de traer a la Tierra “lo antes posible a los dos astronautas atrapados en la estación espacial” y añadió: “Es terrible que la administración Biden los haya dejado ahí tanto tiempo”. Varias horas después, Trump lo confirmó en su propia red social Truth, cargando también contra su predecesor en el cargo de presidente de EE UU, a quien acusó de dejarlos “virtualmente abandonados en el espacio”.

Trump ha puesto a Musk en el papel de salvador de los astronautas: “Elon pronto estará en camino. Con suerte, todos estarán a salvo. ¡Buena suerte, Elon!”, manifestó en su publicación. Sin embargo, ni el presidente ni el magnate han mencionado que la NASA ya tenía, desde agosto de 2024, un plan para que Williams y Wilmore regresasen en febrero. Y hace un mes, su fecha de regreso se retrasó hasta abril porque una nave Dragon de la empresa espacial de Musk aún no está lista para despegar hacia la estación.

El sorprendente anuncio, que ignora y contradice esos hechos, llegó cuando los dos astronautas ultimaban sus preparativos para realizar un paseo espacial fuera de la ISS. Con esta actividad, que ha concluido con éxito este jueves tras seis horas y media de duración, Suni Williams se ha convertido en la mujer astronauta que ha pasado más tiempo en el espacio fuera de una nave, superando las 62 horas y batiendo el récord que ostentaba la también estadounidense Peggy Whitson. Este paseo espacial forma parte de las tareas de mantenimiento e investigación científica que realizan a diario Williams y Wilmore desde que el pasado verano se integraron en la tripulación de la estación.

El plan acordado entonces fue que ambos regresarían en una nave de SpaceX que llevó a otros dos astronautas a la estación en septiembre. La cápsula hizo el viaje de ida con dos asientos vacíos, reservados para Williams y Wilmore en el vuelo regreso, una vez acabada la estancia de los recién llegados. Desde que se reunieron, los cuatro forman la misión Crew-9, que la compañía de Musk opera para la NASA. Es parte de un servicio de transporte a la ISS de astronautas de esa y otras agencias espaciales, para formar parte de las tripulaciones que van rotando y pasan allí de media unos seis meses. Así, la estación ha estado ocupada permanentemente desde noviembre del año 2000.

La astronauta Suni Williams es, desde octubre, la comandante de la estación espacial. Dirige allí la Expedición 72, a la espera de su turno para regresar a tierra, en un vuelo que inicialmente estaba previsto para las próximas semanas. Sin embargo, su fecha de retorno se pospuso porque la compañía de Elon Musk pidió más tiempo para tener lista una nueva nave Dragon —recién fabricada y que nunca ha volado— con la que los cuatro astronautas de la misión Crew-10 subirán a la ISS para reemplazar a Williams, Wilmore y sus dos compañeros.

La NASA aceptó en diciembre la petición de SpaceX y ahora ese viaje está previsto para “no antes de finales de marzo”. Dado que la tripulación entrante y la saliente pasan por lo menos una semana juntas en órbita dándose el relevo en la estación espacial, con ese retraso no cabe esperar la vuelta de los dos astronautas de la Starliner antes de principios de abril; y eso, en el mejor de los casos, si no surgen problemas técnicos o condiciones meteorológicas que pospongan de nuevo la misión Crew-10.

Williams y Wilmore llevan siete meses en la ISS, frente a los cuatro meses de sus compañeros de la Crew-9. Son plazos normales en ese tipo de misiones, como también lo son los retrasos en las tripulaciones de reemplazo. Además, a la estación espacial han seguido llegando en los últimos meses naves con suministros para sus siete tripulantes actuales, que es su ocupación habitual. Por eso, en la comunidad espacial ha causado estupor el anuncio de Trump y Musk, que hablan en términos de rescate de unos astronautas a los que consideran “atrapados” e incluso “abandonados”.

Regreso inicialmente previsto en febrero

Sin desmentir directamente ni al presidente de EE UU ni al hombre más rico del mundo, la NASA ha reaccionado emitiendo un comunicado en el que descarta un regreso inminente y mantiene sus planes: “La NASA y SpaceX están trabajando expeditivamente para devolver de forma segura a los astronautas de la Crew-9, Suni Williams y Butch Wilmore, tan pronto como sea práctico [no dice tan pronto como sea posible]. Mientras tanto, se prepara el lanzamiento de la Crew-10 para completar un traspaso entre expediciones”, sostiene la agencia espacial.

Tras sus dos tuits, ni Musk ni Trump han dado más detalles sobre sus supuestos nuevos planes para el regreso inminente de Williams y Wilmore. Tampoco la Casa Blanca lo ha anunciado oficialmente. Una posibilidad sería que Trump y Musk hayan tomado la decisión de que los astronautas de la Crew-9 regresen a tierra antes de que los releven los de la Crew-10, pero eso dejaría durante semanas o meses a un único tripulante de la NASA a bordo, quien difícilmente podría cumplir él solo con todas las tareas de mantenimiento e investigación asignadas a la agencia. Y tampoco se podría hacer el traspaso de responsabilidades entre tripulaciones.

Otra posibilidad, con la que se especula en la comunidad espacial, sería que SpaceX haya renunciado a utilizar una nueva nave Dragon para la misión Crew-10, debido a nuevos problemas. Recurrir a una de las naves que ya están en servicio permitiría a SpaceX no incurrir en más retrasos y quizás realizar el lanzamiento en febrero, cumpliendo el plazo que había previsto inicialmente la NASA meses antes de que Donald Trump ganase las elecciones presidenciales de EE UU.