‘Prisioneros de Ghostland’: un infumable disparate con Nicolas Cage al mando
Extravagante, caótica, excesiva… La película de Sion Sono es todo eso y nada

Extravagante, disparatada, caótica, excesiva… sí, Prisioneros de Ghostland es todo eso y nada. Una distopía cuyo paródico pastiche de referencias y géneros es tan exagerado que ni un actor-fetiche del reino del desmadre como Nicolas Cage puede sostener la broma.
El multirreferencial director japonés Sion Sono dirige en inglés una tarantinada pasada por Mad Max donde todo vale. Un cruce de guiños para cinéfilos de fanzine donde el espagueti wéstern se da la mano con el cine de yakuzas y el de samuráis. Prisioneros de Ghostland es un cómic tan autoconsciente que su buscada enajenación solo esconde la mano del más plasta y redicho de la clase. Aunque quizá lo más irritante de todo esto es el ahínco con el que se persigue ese latiguillo del “relájate y disfruta” que, en el fondo, solo trata al espectador como a un perfecto idiota. El absurdo por el absurdo y todo lo que ya sabemos sin gracia.
La cosa es más o menos así: después de un atraco a un banco que acaba en trauma y masacre, el atormentado antihéroe-Cage recibe el encargo de un mafioso de traje blanco, El Gobernador, para que rescate a su nieta, Berenice, una concubina que en su huida ha caído en una tierra desértica y alucinógena presidida por un reloj gigante y un coro de sombras que parecen samuráis infiltrados en un espectáculo de La Fura y rumbo al asalto del Capitolio. Para evitar que Cage se escape en su misión, la condena la lleva encima en forma de un traje-bomba que, de entrada, le apunta directo a los testículos.
Quizá esta fantasía post apocalíptica atraiga al extenso club de fans del desatado actor, quienes sumados a los de un cineasta de supuesto culto como Sono (Suicide Club, Love Exposure, Why Don’t You Play in Hell?), conseguirán entretenerse con esta delirante aventura que para el resto de los mortales solo es un infumable disparate.
Prisioneros de Ghostland
Dirección: Sion Sono.
Intérpretes: Nicolas Cage, Sofia Boutella, Ed Skrein, Nick Cassavetes, Narisa Suzuki, Bill Moseley, Takato Yonemoto.
Género: acción, Japón 2021.
Duración: 103 minutos.
Estreno: 28 de enero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
El Supremo confirma las condenas de entre 20 y 24 años de prisión para los tres autores del asesinato de Samuel Luiz
Mueren dos personas y una resulta herida grave tras la caída de un alud en Panticosa (Huesca)
Los barceloneses tendrán un descuento del 50% para visitar la Sagrada Familia en el 2026
La jueza de la dana admite que Feijóo testifique de forma telemática y le ofrece que entregue sus mensajes con Mazón
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura































































