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Fallece bell hooks, escritora afroamericana e icono del feminismo

La poeta y ensayista dedicó buena parte de su carrera a explicar que la lucha de la mujer no podía desligarse de la lucha contra el racismo y el capitalismo. La autora pedía escribir su nombre en minúscula para resaltar sus ideas sobre su persona

Camila Osorio
La escritora afroamericana bell hooks
La escritora afroamericana bell hooks, fotografiada en diciembre de 1996 en Nueva York.Karjean Levine (Getty Images)

El miércoles falleció una de las feministas más importantes de Estados Unidos, la afroamericana Gloria Jean Watkins, que prefería ser identificada por su nombre artístico: bell hooks, el nombre de su bisabuela materna, y que hooks pedía escribir siempre en minúscula porque no quería llamar la atención sobre su persona sino sobre sus ideas. Y lo logró: con más de 30 libros publicados y traducidos a 15 idiomas, las ideas de hooks transformaron la historia del feminismo en EE UU y fuera de su país.

“El feminismo negro está de luto”, dijo una académica brasileña al enterarse de la noticia. “La teoría crítica está de luto. La filosofía está de luto. La educación está de luto. Todos aquellos que creen en una sociedad sin barreras deberían estar de luto”. La noticia fue anunciada en Twitter por la sobrina de hooks, Ebony Motley. “La familia de bell hooks tristemente anuncia que ha fallecido nuestra hermana, tía, tía abuela”, dice su mensaje. “La autora, profesora, crítica y feminista falleció temprano esta mañana en su casa, rodeada de sus familiares y amigos”. No hay detalles aún sobre la razón de su fallecimiento, que ocurre a sus 69 años en el Estado de Kentucky, donde nació en 1952.

“Las mujeres estadounidenses, sin excepciones, son socializadas para ser racistas, clasistas y sexistas, en varios grados, y el llamarnos a nosotras feministas no cambia el hecho de que debemos trabajar de forma consciente para deshacernos de ese legado”, escribió hooks en ¿Acaso no soy yo una mujer?, uno de sus libros más importantes, de 1981. El título es una cita de Sojourner Truth, una mujer negra esclavizada en el siglo XIX, pionera de la lucha feminista negra en Estados Unidos, que denunció el trato discriminado y explotador hacia las mujeres afrodescendientes comparado con el que se daba a las blancas.

Influenciada tanto por las palabras de Truth como de sus contemporáneas Angela Davis y Audre Lorde, lo que logró hooks fue narrar en ensayos y libros la importancia de lo que hoy se conoce como feminismo interseccional, aquel que reconoce que las opresiones a las mujeres son múltiples y las soluciones más complejas que las que proponía el feminismo burgués y blanco de la segunda mitad del siglo XX. hooks escribe sobre cómo la lucha de la mujer negra debe ser visible dentro del feminismo porque sus experiencias no solo requieren acabar con el machismo, sino con la explotación capitalista y la discriminación racial que las había dejado discriminadas y en absoluta pobreza por siglos.

“Obviamente, muchas mujeres se han apropiado del feminismo para que sirva solo a sus fines, especialmente las mujeres blancas”, dice el libro. “En vez de resignarme a esa apropiación, yo decido reapropiarme del término feminismo, y enfocarme en el hecho de que ser feminista de forma auténtica es querer que todas las personas, mujeres y hombres, se liberen de los roles sexistas de dominación y opresión”.

hooks nació cuando las leyes racistas de segregación aún permeaban toda la vida social de Estados Unidos, y de pequeña fue a una escuela segregada solo para niños afroamericanos. Pero luego logró estudiar su licenciatura en la universidad de Stanford (California), su maestría en la Universidad de Wisconsin y su doctorado en Literatura en la Universidad de California en Santa Cruz. Fue profesora casi toda su vida, enseñando en Stanford, Yale o la Universidad de la Ciudad de Nueva York (Cuny), y en sus últimos años regresó a enseñar en una universidad del Estado donde nació, Kentucky, donde ha fallecido. “Si uno ha elegido vivir conscientemente, entonces elegir un lugar para morir es tan vital como elegir dónde y cómo vivir”, escribió en Kentucky es mi destino de su libro Belonging.

La escritora bell hooks posa para una fotografía en Nueva York, en diciembre de 1996.
La escritora bell hooks posa para una fotografía en Nueva York, en diciembre de 1996.Karjean Levine (Getty Images)

hooks no era el tipo de académica que hablaba aislada en una universidad lejana, sino que disfrutaba de participar en el debate público. Escribió varios ensayos sobre música y arte, uno famoso en 2016 sobre la cantante Beyoncé, icono femenino musical afroamericano, que acababa de publicar su disco Lemonade. “Es puro negocio capitalista”, escribió hooks en un ensayo publicado en The Guardian sobre el nuevo disco. Allí la escritora revela parte de lo que cultivó durante años en sus otros trabajos: la respuesta al patriarcado no debe ser que las mujeres jueguen con las reglas del patriarcado, como lo quisiera el capitalismo. “Los hombres deben hacer el trabajo de transformarse interna y externamente para que la violencia emocional contra las mujeres negras llegue a su fin”, pide el ensayo. “Y no vemos pistas de [este mensaje] en Lemonade. Si el cambio no es mutuo, entonces el dolor de las mujeres negras puede ser expresado, pero la realidad en la que los hombres generan ese dolor emocional va a continuar”.

La construcción de la masculinidad fue otro de los puntos centrales de su carrera como escritora feminista, reflexiones que dejó en libros como La voluntad de cambiar (The Will to Change), de 2004. “Nosotras podemos guiar, instruir, observar, compartir información y habilidades, pero no podemos hacer por los niños y hombres lo que deben hacer por ellos mismos”, dice en el primer capítulo. Los hombres deben involucrarse en entender qué es el sistema llamado patriarcado, un sistema cultural que no solo discrimina a las mujeres sino uno en el que la identidad masculina ha sido fracturada porque la vulnerabilidad es imperdonable y la dominación es el único camino que encuentran para ser amados. “En las culturas patriarcales a los hombres no se les permite ser quienes son y proteger su identidad. Su valor estará siempre determinado por lo que hacen. En una cultura antipatriarcal, los hombres no tienen que probar su valor. Sabrán desde que nacen que solo ser les da valor, el derecho a ser apreciados y amados”, escribió.

bell hooks fue el tipo de académica feminista que logró tener la empatía suficiente en sus escritos para decir que en la lucha por la igualdad que busca el feminismo no se trata de hablar solo de unos machos malos contra unas mujeres víctimas. El sistema está roto y, por ende, sus jugadores también. El feminismo, argumentaba, es un proceso de aprendizaje para todos.

En La voluntad de cambiar, hooks también escribe sobre su padre, un hombre que luchó en la Segunda Guerra Mundial, boxeador y jugador de baloncesto, y figura amenazante en su familia cuando ella crecía. Un símbolo de la violencia patriarcal que tanto estudió. “Mujeres y niños del mundo quieren que hombres mueran para que ellos puedan vivir”, dice al principio del libro, cuando reflexiona sobre el miedo que tienen familiares a padres como el suyo, que aprendieron a relacionarse con violencia y rabia. “Esa es la verdad más dolorosa de la dominación masculina”.

Una de las últimas grandes obras de bell hooks, sin embargo, es casi como un flotador entre tanto dolor y violencia. Se llama All About Love (Todo sobre el amor), un libro de 2001 que discute sobre la dificultad de amar tras siglos de machismo, explotación y segregación, pero con la esperanza aún de que el amor —el comunitario, el de pareja, el del trabajo— reforme los sistemas que han roto a la sociedad. El libro arranca con la foto de un grafiti que hooks guardaba en su cocina. “La búsqueda por el amor continúa incluso frente a grandes obstáculos”, dice el mensaje. hooks se acababa de separar de quien fue pareja durante 15 años, y del amor no quería saber mucho, pero el mensaje la animaba. “Todos los días, cuando bebo agua o tomo un plato del armario, me paro frente a ese recordatorio de que todos añoramos el amor —lo buscamos— incluso cuando hemos perdido la esperanza de que puede ser realmente encontrado”. El amor, dice hooks, no es un sustantivo, sino un verbo. Al igual que el feminismo, no es un rótulo inamovible, requiere constante compromiso, cuidado y empatía para salvar ese sistema social que lastima a diario.

En un hermoso poema que escribió en 2012, Appalachian Elegy, hooks escribe de quienes se fueron antes que ella: “Escúchalos llorar / aquellos que murieron hace mucho / los que se fueron hace mucho/ nos hablan / más allá de la tumba / nos guían / para que podamos aprender / todas las formas / en las que podemos cuidar esta tierra”. bell hooks se fue el miércoles tras 69 años de vida, dejando muchas pistas para aprender a cuidarla.

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Sobre la firma

Camila Osorio
Corresponsal de cultura en EL PAÍS América y escribe desde Bogotá. Ha trabajado en el diario 'La Silla Vacía' (Bogotá) y la revista 'The New Yorker', y ha sido freelancer en Colombia, Sudáfrica y Estados Unidos.

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