“Yo a Hamlet le pararía los pies”
La intérprete encarna a Ofelia en la nueva producción en Barcelona de la obra de Shakespeare dirigida `por Oriol Broggi
Qué sucede entre Hamlet y Ofelia es uno de los grandes enigmas de la gran obra de Shakespeare, rica en ellos. Cuenta en sus memorias Laurence Olivier que, a la pregunta de si Hamlet y Ofelia se acuestan, un empresario teatral, director y actor principal contestó: “En mi compañía, siempre”. La actriz y cantante Elena Tarrats (Badalona, Barcelona, a punto de cumplir 28 años) ha debido plantearse la identidad y qué mueve a quien parecía destinada a ser princesa de Dinamarca al encarnar a Ofelia en un nuevo montaje de Hamlet que el director Oriol Broggi y su compañía LaPerla29 representan en Barcelona.
Pregunta. Tiene usted un aire muy prerrafaelita.
Respuesta. ¿Muy qué?
P. Los pintores, la hermandad... Con ese cabello y esos ojos azul oscuro podría ser una modelo de Dante Gabriel Rossetti, Millais...
R. Ah, sí, conozco el cuadro de Ofelia ahogada. Todas esas imágenes bellas, esas explicaciones románticas y simbólicas. No sé si eso la empoderaría. Prefiero verla de otra forma, una semibruja que conoce los efectos de las plantas y las recoge y que se convierte en árbol, en flores, en tierra. Se transforma en la naturaleza. De alguna forma se empodera. Es una manera inspiradora de verlo. No la puedes ver solo como la víctima pasiva de la historia, y menos hoy.
P. ¿Qué le pasa a Ofelia?
R. Uno de los temazos es que no puede vivir su vida. Sus pulsiones están regidas por lo que la gente piensa que debe ser. No puede satisfacer su deseo real. Es algo que te hace perder el equilibrio, la salud mental. Y si además tu novio mata a tu padre... ese es el gran desencadenante, el superbrote psicótico. Va perdiendo a los que quiere, su padre, Hamlet, el hermano Laertes que se marcha, y se pierde ella misma. Su locura, sin embargo, tiene algo de liberador. Es muy complejo; hay tesis doctorales sobre Ofelia.
P. Por ir al grano: ¿se acuesta con Hamlet? Ofelia quiero decir...
R. Para mí, por supuesto, De virgen no tiene nada. Soy una mujer del siglo XXI y me molesta que se corte nuestra parte salvaje, que haya aún tabúes sobre nuestra sexualidad y deseos vitales. Y ¿sabe qué le digo? Ofelia está embarazada; tiene más chicha pensarlo, da más juego. Hay indicios en la obra: la mención a la ruda en sus manos, una planta abortiva. Shakespeare sabía mucho de plantas; no hay nada casual en Shakespeare. Pensar en esas cosas te hace dar una Ofelia más pasional, no tan etérea. Es también una criatura carnal.
P. ¿Qué piensa Ofelia de Hamlet?
R. Que se le ha ido la pinza, a su amante, su amigo, que se ha ido. Hace cosas raras, y ella quiere ayudarle. Es buena persona, no naíf ni tonta ni inocente pero buena. No es superwoman y se siente culpable cuando gente como su padre interpretan que Hamlet ha enloquecido de amor por ella. Es lo de siempre: la culpa la tiene tu minifalda.
P. ¿Abusa Hamlet de Ofelia?
R. Sí. Hamlet tiene actitudes misóginas. Maltrata a las mujeres: a Ofelia, a su madre.
P. ¿Qué opina de las acusaciones de abusos lanzadas contra Lluís Pasqual y Joan Ollé?
R. No queremos abusadores en la profesión. No hay que aceptar abusos en nombre de la genialidad y la autoridad. En esta profesión no hace falta sufrir.
P. ¿Se enamoraría de Hamlet?
R. Hostia, no lo sé. Yo a Hamlet le pararía los pies. Tiene que trabajarse mucho. Hoy iría al psicólogo. Ese orgullo, la filosofía... Si Hamlet no se trabaja, es peligroso.
P. Ofelia se ahoga.
R. Es un suicidio; lo disimulan para poder enterrarla más o menos bien. El suicidio no es una cosa de débiles. Hay que hablar con mucha prudencia del suicidio juvenil, pero afrontar que algo huele a podrido también en nuestro mundo como en Elsinor, y que los jóvenes hoy tienen muchos problemas. El mundo es una orquesta desafinada que hay que afinar.
P. ¿Le robó la cartera Shakespeare a Ofelia al dar su muerte fuera de escena?
R. La verdad, agradezco no tener que ahogarme en el escenario. No lo echo en falta.
Babelia
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