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Ken Follett: “A Julio Verne le habría encantado Google Earth”

El autor británico aborda en su nuevo libro el estallido de una tercera guerra mundial. Y cree que es una posibilidad real

El escritor galés Ken Follet posa en Kelvedon Hatch, un refugio nuclear secreto en Essex, Reino Unido, el día 16 de noviembre.
El escritor galés Ken Follet posa en Kelvedon Hatch, un refugio nuclear secreto en Essex, Reino Unido, el día 16 de noviembre.Carmen Valiño
Berna González Harbour

Como un Julio Verne de nuestra era, Ken Follett ha recorrido el mundo a través de sus novelas, ha viajado a tiempos medievales o a la II Guerra Mundial para servirnos historias envolventes con las que ha entretenido a decenas de millones de lectores, pero esta vez se estrena en el presente, en el aquí y ahora, para lanzarnos a la cara los peligros y desastres que se ciernen sobre la humanidad. Nacido en Cardiff (Reino Unido) hace 72 años, nos explica las herramientas que ha usado en Nunca (Plaza y Janés), que ya habría querido para sí el legendario autor francés.

Pregunta. Ha escrito libros basados en la Segunda Guerra Mundial, en tiempos medievales, y ahora salta al presente. ¿Ha sido más estimulante?

Respuesta. Lo estimulante es siempre hacer algo nuevo, tener desafíos y es una de las razones por las que lo hice. Nunca había hecho nada igual y lo he disfrutado.

P. El miedo al desastre atraviesa toda su novela. ¿Está personalmente atemorizado?

R. Sí. Estamos en unos tiempos que dan miedo. Yo nací en 1949 y toda mi vida tuvimos a los rusos pero aprendimos a acostumbrarnos a ellos. A los chinos sin embargo no nos acostumbramos, no sabemos qué piensan ni qué van a hacer. Son más peligrosos de lo que fueron nunca los rusos y además hay más peligros aparte de la guerra. Podemos morir en una pandemia o destruir el planeta con el cambio climático. La vida nunca ha sido tan peligrosa como ahora.

P. ¿La tercera guerra mundial es entonces una posibilidad real?

R. Sí es una posibilidad real y solo espero que nunca la veamos. Me he asegurado de que todo lo que ocurre en Nunca fuera creíble porque quería que la gente sintiera que no es una fantasía, es una historia realista.

P. ¿Diría que estamos en una nueva Guerra Fría con nuevos enemigos?

R. Por supuesto. Esto es muy parecido a la Guerra Fría. El gobierno chino quiere extender su poder económico y no podemos quejarnos porque todos lo queremos, forma parte del capitalismo, pero es el poder político y militar lo que asusta. Si se contentaran con su país no habría problema, pero no les basta.

P. El libro arranca en EEUU, luego recorre África, Corea del Norte, China... ¿Ha estado allí?

R. No pude viajar mientras lo escribía por el confinamiento, pero he estado en todos esos lugares salvo Chad y Corea del Norte. Hablé con gente de allí, vi películas de allí y ahora hay una gran fuente para los escritores llamada Google Earth. Puedes ver fotos de satélite de cualquier sitio en el mundo, es muy útil.

R. ¿Imagina a Julio Verne con Google Earth?

P. Le habría encantado. ¡Es sorprendente que no lo inventara él!

P. ¿Cómo se documenta? ¿Cómo escribe?

R. Empiezo entrevistando a gente que sabe y en este caso les pregunté: si la chispa de la Primera Guerra Mundial fue un asesinato en Sarajevo. ¿Qué chispas podrían causar esta vez una tercera guerra mundial? Y me dieron muchas ideas porque por desgracia hay muchos puntos de inflamación: Irán, Cachemira, Taiwan, Corea del Norte y muchos otros lugares. También leo muchos libros y cuando son particularmente claros y llenos de información escribo a los autores y les pido que me asesores. Les pago por leer mi primer borrador y sugerir correcciones. Me lleva de seis meses a un año la investigación y el plan del libro. Luego escribo el primer borrador, se lo enseño a mucha gente y lo reescribo.

P. ¿Escribe por placer? ¿Disfruta escribiendo?

R. La palabra “placer” se queda corta. Me absorbe completamente. Sí es un placer, lo disfruto, pero es mucho más. Uso todos mis recursos, pongo todo lo que he aprendido sobre la humanidad en mis libros y por ello es tan absorbente.

P. Eligió a una inmigrante como una de las protagonistas principales. ¿Cómo estamos gestionando la inmigración?

R. Ahora Reino Unido no tiene los suficientes. Desde que dejamos la UE se han ido porque la mayoría de la gente lo quiso así. Pero ahora se encuentran con que la vida sin inmigrantes es difícil. Muchos dirán: mejor. Yo no siento eso. Y el problema no es que vengan, es lo que está pasando en sus países para que se vayan de allí. No se puede construir un muro, ni siquiera Trump lo logró, lo que hay que hacer es mejorar la vida de esos países.

P. ¿Qué tipo de sociedad saldrá del Brexit?

R. De momento, una sociedad de miras estrechas, pero no creo que esto dure. Llegará el momento en que la gente se dará cuenta del terrible error y se pedirá el regreso a la UE. La prosperidad británica siempre ha dependido del comercio, siempre. Y ahora lo hemos dificultado, esto nos hará más pobres y toda la gente de negocios y políticos lo saben, esto permeará en la sociedad y se reconocerá el error.

P. ¿Nuestra civilización puede desaparecer?

R. Por supuesto. A largo plazo es una certeza porque los imperios nacen y caen, pero esperemos que la caída no sea muy drástica, que no destruyamos nuestro planeta, que haya una caída suave ¿no sería mejor? (ríe).

P. Los Pilares de la Tierra es su libro más vendido. ¿Eso le satisface o siente que no haya sido otro de sus libros el más exitoso?

R. Cada libro que he escrito quería que fuera un éxito, pero es verdad, es el más exitoso y está bien. Estoy orgulloso de ese libro y de la reacción de la gente, especialmente porque muchos no querían que lo escribiera, me decían que no lo hiciera, un editor le pidió a mi esposa que me parara porque iba a arruinar mi carrera (grandes risas). Porque no era un thriller y temían que fuera aburrido abordar la construcción de una iglesia. Entiendo por qué los editores estaban nerviosos, la vida de los editores es tremendamente incierta y les gusta la gente como yo porque escribimos un best seller cada vez. Y pensaron que no lo sería, que no sería popular y se equivocaron. ¿Quién sabe? Tal vez Nunca será aún más popular. Nunca se sabe.

P. Era periodista antes que escritor. ¿Lo echa de menos?

R. No, lo dejé porque no me gustaba. No me gustan los periódicos, sino las novelas y cuando dejé el periodismo después de cinco años tuve que aprender a escribir en otro estilo y fue difícil, pero llevo 40 años haciendo lo que me gusta, adoro lo que hago. Y eso es felicidad. ¿O no?

P. Su mujer es diputada laborista. ¿Aún cree en la política?

R. Oh, sí, la política es la forma de cambiar cosas de verdad. Yo apoyo un montón de obras de caridad y son geniales, pero no cambian el mundo. Es la política la que cambia el mundo. A veces los jóvenes reniegan porque creen que no cambia nada. Y yo les digo: mira el pasado, el voto de las mujeres o la batalla por la libertad religiosa que costó miles de vidas en el siglo XVI, y son logros que ya damos por hecho. Se puede ganar. Merece la pena librar batallas políticas y los que dicen que no merece la pena es porque no han vivido mucho.

P. ¿Teme como autor de best seller que sus novelas no perduren?

R. No lo sé. Algunos escritores que yo disfrutaba tanto en mi juventud son ahora desconocidos. Harold Robbins era el más popular del mundo en los sesenta. Vendía millones, decía que era el mejor del mundo y nadie lee ahora sus libros. Por fortuna, yo no estaré vivo entonces, así que no lo sabré.

Follett ríe. Con casi 200 millones de lectores en el mundo, se ha ganado el derecho a hacerlo.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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