“Soy utilera, no artista fallera”
Los técnicos de los teatros estatales protestaron este sábado ante el Teatro de la Zarzuela porque las oposiciones convocadas para consolidar sus puestos no aceptan su formación especializada
“Función Pública señor, quién mató mi profesión” y “Soy utilera, no artista fallera” son algunos de los gritos de protesta que se escucharon este sábado delante del Teatro de la Zarzuela, en Madrid, durante la gala de entrega de los Premios Ópera XXI. Regidores, iluminadores, maquinistas, utileros, profesionales del teatro a los que el público habitualmente no ve, se hicieron ayer visibles para protestar por las condiciones de las oposiciones convocadas para acceder a esos puestos en los teatros públicos.
En la oferta de empleo público lanzada por el Gobierno el pasado 31 de julio se convocaron 57 plazas para el personal técnico de los teatros, pero muchos de los que ocupan esos puestos de forma interina desde hace años, encadenando contratos temporales, no podrán presentarse por no tener la titulación de FP exigida en las bases, pues la mayoría se formaron en centros especializados en esos oficios y obtuvieron títulos que no se les reconoce, a pesar de estar más cualificados.
Rocío Gil, licenciada en Comunicación audiovisual, con un máster en Escenografía por la Facultad de Bellas Artes de la Complutense y formada en maquinista escénica por el Centro de Tecnología del Espectáculo (CTE, dependiente del Ministerio de Cultura), tiene 11 años de experiencia y no podrá participar de las oposiciones: “Es una situación absurda e incomprensible, están impidiendo el acceso a los profesionales con experiencia que llevan años cubriendo estos puestos de trabajo. En mi caso, piden el título de FP de artista fallero, pero son cosas muy distintas. Yo me dedico a montar decorados y a moverlos, no a hacer fallas”, lamentaba este sábado ante las puertas del Teatro de la Zarzuela.
A los regidores se les exige la FP de Realización Audiovisual, formación dirigida para profesionales de la televisión. Margarita Sánchez González, regidora de espectáculos, señala que “trabajar como regidor es completamente diferente de hacer una realización, para mi actividad estos conocimientos no sirven para nada”. Con más de 20 años en el sector, González tiene diversas formaciones específicas de regiduría y tampoco va a poder presentarse a las nuevas oposiciones. “Esto es frustrante. Yo no me niego a tener esa FP, pero me tienen que dar tiempo para adaptarme. Yo tengo hijos, trabajo, para mí es imposible sacar esto en tan poco tiempo”, cuenta.
Para los técnicos de iluminación de espectáculos en vivo se exige la titulación de Técnico Superior en Iluminación. Libertad Calvo Costa, que es licenciada en Comunicación Audiovisual, hizo diversos cursos de especialización en el CTE y trabaja como técnica de iluminación hace 13 años, asegura que se presentará a las oposiciones aunque su formación no sea válida. “Voy a presentarme a la convocatoria y presentaré un contencioso-administrativo, creo que puede haber alguna cosa que no se ajuste a la normativa. La carga horaria de clases de iluminación de esta FP no se ajusta a la referencia que tiene esa cualificación profesional. Voy a seguir peleando para que eso se solucione de alguna forma”.
Los sindicatos venían negociando para que esto no sucediera desde que se firmó el IV Convenio Único en 2019, creado para ajustarse a los requisitos europeos del Plan Bolonia. CC OO propuso permitir que otras titulaciones superiores fuesen válidas, pero esta postura no fue respaldada por los sindicatos UGT y CSIF. El propio Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) trabó una negociación a fin de lograr una moratoria para que los profesionales afectados tuvieran más tiempo para sacar la FP. Tampoco se les concedió. Lo que se aprobó fue un periodo transitorio para los técnicos de maquinaria, sastrería, utilería y producción, pero han quedado de fuera otros solicitados, como los de regiduría, los técnicos de iluminación y producción, puestos que no hay titulaciones de FP que puedan ser correspondientes.
El mayor problema del sistema educativo español para las profesiones teatrales es que no existe un título superior de FP de artes escénicas. Cultura creó el Centro de Tecnología del Espectáculo para ofrecer una formación integral y de calidad para los profesionales de las escénicas, pero no lo homologó. Tampoco las prestigiosas formaciones del Institut del Teatre en Catalunya y la Escuela de Cine y Artes Escénicas de Sevilla tienen valor alguno para trabajar como funcionario público. No importan las licenciaturas o grados superiores, los másteres, los años de experiencia; se exige una FP, que en muchos casos no es adecuada para la formación de determinados profesionales.
Los técnicos de los teatros reclaman la homologación de las formaciones del CTE, que se reconozca la experiencia laboral y que concedan una moratoria para que los trabajadores tengan tiempo de adaptarse a la nueva demanda. Han creado la Plataforma de Afectados por la OEP 2021 y plantean una huelga que podría paralizar el arranque de la nueva temporada de instituciones como el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Teatro de la Zarzuela. “La huelga es siempre el último recurso, no queremos parar el estreno de funciones, pero si no nos dan una moratoria, lo haremos”, sentencia la regidora González. En opinión de la técnica de iluminación Costa, “la mejor solución a largo plazo sería crear la formación profesional específica de artes escénicas. Porque todas estas secciones que no tienen titulación específica asociada, podrían meterse allí. Y tendríamos una buena formación para los futuros profesionales de estos oficios. Pero no. Han empezado la casa por el tejado”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.