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Crítica | Descarrilados
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Descarrilados’, costumbrismo español contemporáneo

El guion de David Marqués establece una interesante reflexión sobre las amistades perdidas de la juventud, sobre las bromas de entonces y las tristezas de hoy, pero al final se queda en mero apunte

Desde la izquierda, Julián López, Arturo Valls y Ernesto Sevilla, en 'Descarrilados'. En el vídeo, tráiler de la película.
Javier Ocaña

Nadie puede decir que intérpretes como Alfredo Landa y José Sacristán no estuvieran perfectos en películas como ¡Vente a Alemania, Pepe!, París bien vale una moza y Lo verde empieza en los Pirineos. Nadie podrá decir tampoco que Julián López, Arturo Valls y Ernesto Sevilla no estén impecables en Descarrilados. Cómicos de raza, asumiendo con convicción unos papeles que parecen venirles a medida, elegidos a la perfección por unos productores con dignísimas ansias comerciales. Perfectos arquetipos del españolito de cada una de las épocas, en títulos que reflejaban y reflejan un país alicaído pero colorista. Y sin embargo, pese a Sacristán y Landa (y cía), siempre por encima del producto en sí, aquellas comedias de Pedro Lazaga y Vicente Escrivá no eran buenas. Como tampoco lo es Descarrilados, ópera prima de Fernando García-Ruiz. López, Valls y Sevilla son, en todo caso, los que (con dificultades) la salvan.

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Tres gañanes de 40 años, cada uno en su estilo y plenamente contemporáneos, es decir, adolescentes perpetuos, de viaje por Europa en Interraíl, reviviendo aquel que dos décadas antes no llegaron a disfrutar por un accidente. El guion de David Marqués establece una interesante reflexión sobre las amistades perdidas de la juventud, sobre las bromas de entonces y las tristezas de hoy, pero al final se queda en mero apunte. No son esas sus intenciones. Lo esencial es la risa floja (si llega). Y fácil.

El ritmo de García-Ruiz es bastante bueno y hay algún hallazgo cómico: el incendio de Notre Dame; la resolución final tras la detención. Pero también asuntos bastante chungos: la parte de Rumanía, de vergüenza ajena, y no tanto por lo social, estereotipado y ofensivo (que también), sino sobre todo porque no tiene gracia alguna. Y un continuo deus ex machina en el libreto, que hace avanzar el relato a golpe de capricho, hasta un final obvio en cuanto al personaje femenino de Dafne Fernández, quizá porque no ha acabado de trabajarse bien la relación con el rol de Valls. Costumbrismo: con posibilidades comerciales, pero siempre un tanto rancio; el de antes, y, salvando las distancias, también el de ahora.

DESCARRILADOS

Dirección: Fernando García-Ruiz.

Intérpretes: Julián López, Arturo Valls, Ernesto Sevilla, Dafne Fernández.

Género: comedia. España, 2021.

Duración: 98 minutos.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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