Muere a los 93 años la actriz Patricia Hitchcock, la única hija de Alfred Hitchcock
La intérprete apareció en ‘Extraños en un tren’, ‘Psicosis’ o ‘Los diez mandamientos’, y se retiró para cuidar de su familia
Durante décadas se quejó de que su padre no creyera en el nepotismo, pero la actriz Patricia Hitchcock, la hija del maestro del suspense y de la montadora y guionista Alma Reville, será sobre todo recordada por sus trabajos con su progenitor, como Extraños en un tren o Psicosis. El lunes, la intérprete falleció a los 93 años en Thousand Oaks (California), según anunció una de sus tres hijas, Katie O’Connell.
Hitchcock nació en 1928 en Londres, cuando su padre ya era un reputado cineasta y su madre había pasado de montadora a mano derecha del realizador. Creció en Los Ángeles, adonde la familia se mudó en 1939 y allí Patricia decidió convertirse en actriz, por lo que aún adolescente ya comenzó a trabajar en obras de teatro. Debutó en Broadway con la obra Violet, antes de que su padre decidiera que tenía que estudiar en Londres (Patricia prefería un college estadounidense). De vuelta a EE UU, empezó en televisión en 1949 con el telefilme The Case of Thomas Pyke. Su primer personaje en el cine llegó al año siguiente en una película de su padre, Pánico en la escena. A Patricia Hitchcock se le recordará sobre todo por su personaje de Barbara Morton, una chica divertida, dicharachera y con gafas, en Extraños en un tren (1951).
Acreditada como Pat Hitchcock, apareció en 10 episodios de la serie de televisión de su padre (ella misma decía que la llamaban cada vez que necesitaban “una criada con acento inglés”), y en otras series como Suspenso, Suspense, My Little Margie, Matinee Theatre o Viviendo con Riley. Además en 1956 encarnó a una cortesana en Los diez mandamientos, de Cecil B. DeMille. Todos esos trabajos los fue realizando tras casarse con Joseph O’Connell —a quien había conocido en un crucero junto a sus padres en Italia en 1950— en 1952 y ser madre de tres hijas, lo que la impulsó en 1960 a renunciar a la actuación y dedicarse a cuidar de ellas. Su último personaje de ese periodo fue el de la compañera de oficina de Marion (Janet Leigh), la que le ofrece compartir tranquilizantes, en Psicosis (1960).
Patricia Hitchcock volvería a actuar por placer, con sus hijas ya crecidas, en dos telefilmes, Ladies of the Corridor (1975) y Seis personajes en busca de autor (1976), adaptación de la obra de Pirandello trasladada al mundo de la televisión, y en la película Skateboard (Los super-stars del monopatín) (1978). En una entrevista en The Washington Post en los ochenta Pat Hitchcock contaba que su padre se oponía al nepotismo, y que por eso no trabajó en más filmes de su progenitor. Sí colaboró en la revista Alfred Hitchcock’s Mystery Magazine, y en 2003 coescribió junto a Laurent Bouzereau la biografía de su madre Alma Hitchcock: The Woman Behind the Man, en la que vindicaba a Alma Reville y subrayaba su influencia en las decisiones y en el trabajo de Alfred Hitchcock.
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