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Cine español
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las cosas no son así. Así no son las cosas

El director de ‘Historias lamentables’, que se estrenó en Prime Video hace seis meses, reflexiona sobre lo difícil que ha sido cumplir su promesa de llevar su película ahora a los cines

Javier Fesser, en el rodaje de 'Historias lamentables'. En el vídeo, tráiler de la película.

“Las cosas no son así. Así no son las cosas”. Esta es la frase que define a Bermejo, uno de los protagonistas de Historias lamentables, que cree, a pies juntillas, que las cosas, como mejor están, es como han estado toda la santa vida. Me encanta dar vida a personajes que, como en este caso, tienen su pensamiento en las antípodas del mío. Lo que más me gusta de lo que se ha escrito sobre Historias lamentables es que es una comedia tan “imprevisible como imposible de clasificar”. Me gusta porque me lleva a pensar que, una vez más, se lo hemos puesto difícil a los clasificadores de películas y que lo que hemos hecho no se parece en exceso a lo que otros ofrecen. También he leído que, en Historias lamentables, “el espectador lo pasa mal mientras no para de reírse a carcajada limpia”. Y esto también me provoca enorme regustillo porque me hago la ilusión de que, además de hacer reír, la película consigue tocar el corazoncito de los espectadores.

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En cualquier caso, estas apreciaciones vienen a confirmar la idea de que los Pendelton [la productora del autor], para bien o para mal, nos hemos inventado nuestro propio camino y que nunca nos hemos subido al tren de las normas preestablecidas. Nada nos motiva más que escuchar la frase “esto no se puede” o el clásico “las cosas se tienen que hacer así porque así llevan haciéndose toda la vida”. Ni siquiera repetimos en ninguna película los esquemas o protocolos que nosotros mismos hemos diseñado para producciones anteriores, por muy bien que nos hayan funcionado.

Y no es para no aburrirnos, que también, sino porque somos conscientes de que los cineastas retratamos y documentamos un mundo que está vivo, en constante evolución, que muda de gustos, hábitos y maneras de pensar a una velocidad cada vez más cercana a la de la luz. Veintitrés años después de nuestro debut en el cine largo con El milagro de P. Tinto, el panorama ha cambiado, y mucho. Aquí y en el mundo entero. Las películas se fabrican de forma distinta, pero, sobre todo, se disfrutan de manera diferente, en otros lugares y en otros momentos. Historias lamentables fue escrita, encuadrada, interpretada y sonorizada para su disfrute en pantalla grande. Eso es así. Como muchos saben, su estreno estaba previsto para el 30 de abril del pasado año y su puesta de largo iba a haber tenido lugar en el festival de Málaga. El confinamiento se llevó por delante ese estreno y toda una campaña de promoción que los productores, entusiasmados, ya habíamos puesto en marcha. Las nuevas fechas que nos ayudaba a barajar la cruda realidad saltaban al año siguiente. Y, aparte de que nosotros nos estábamos “estrenando encima”, notando que la película estaba en su momento, pidiendo salir a la luz, tengo que confesar, con toda honestidad, que dejarla un año en el cajón era una decisión que financieramente no podíamos ni plantearnos. Ojalá. Bastante teníamos con seguir pagando hasta 2025 la deuda que nos generó en 2008 nuestra película Camino. Esa de la que tan orgullosos estamos y que la mayoría de los exhibidores, que aman el cine por encima de todo, retiraron de su cartelera a los pocos días de su estreno porque con ella no llenaban sus salas lo suficiente.


Tengo que confesar que dejar la película un año en el cajón era una decisión que financieramente no podíamos ni plantearnos

En esa difícil circunstancia, en la que por supuesto no éramos los únicos, Amazon Prime Video, uno de nuestros socios originales, que ya había entrado en la producción para asegurarse los derechos de difusión de la película en su plataforma de pago tras su paso por los cines, nos puso en bandeja la posibilidad de dar la vuelta a la tortilla, de hacer las cosas como no se habían hecho nunca. El tagline del asunto no podía ser más prometedor: inventar algo nuevo. Lo que más nos atraía del plan con Amazon es que todos a nuestro alrededor nos advertían de los graves riesgos de tan insolente locura: estrenar en noviembre en su plataforma para sus suscriptores de todo el mundo para, seis meses más tarde, saltar a las salas de cine y ofrecérsela al público general y en pantalla grande. O sea, invertir las ventanas, subvertir el orden establecido, poner todo patas arriba, tocar las pelotas, cambiar las cosas que están como están porque así ha sido siempre. “De locos, eso no puede funcionar, os vais a dar un batacazo”, esa era la opinión generalizada.

Seis meses más tarde

En Películas Pendelton y en Morena Films vimos en esta propuesta, sin embargo, una magnífica oportunidad para explorar una nueva vía de comercialización, para abrir camino en este momento tan complicado pero a la vez tan apasionante. Un momento decisivo en el que nosotros pensamos que todo puede mejorar y en el que todos tendremos cabida. Probar una fórmula nueva para todos en vez de quedarnos parados esperando a ver por dónde nos sopla el viento. Trabajar para demostrar que las plataformas y las salas no solo pueden convivir, sino que pueden complementarse, potenciarse, hacerse grandes las unas a las otras, explorando nuevos escenarios en lugar de tratar de recuperar a toda costa lo que funcionó en el pasado, aunque difícilmente volverá a reproducirse por mucho que se lo pidamos al niño Jesús en nuestras oraciones.

Ahora, que ha llegado ese momento al que acceden poniendo un rótulo de “Seis meses más tarde…” tengo que reconocer que colocar Historias lamentables en la cartelera no ha sido precisamente fácil. Pero lo hemos conseguido y nos hace muy felices poder cumplir nuestra palabra de ofrecer la película en cines, en una sala a oscuras, con la única luz que rebota mágicamente de la pantalla y que envolverá a los espectadores en nuestras locuras, músicas, emociones y conmociones. Y cumplimos nuestra promesa gracias a quienes han entendido que su negocio evolucionará, crecerá y mejorará desde la colaboración y la búsqueda de nuevos escenarios y por ello les estamos enormemente agradecidos. Porque los distribuidores y exhibidores que no se apean de la nostalgia, y que tristemente se han cerrado en banda a proyectar Historias lamentables, están admitiendo con ello que ver una película en el sillón de casa equivale a verla en uno de sus cines. Y están en un error porque una película, ese artefacto provocador de risas y emociones compartidas, como en una sala no se verá nunca en ningún lugar. ¡Viva el cine!

Javier Fesser es director y guionista de Historias lamentables, que se estrena el 11 de junio en Madrid, Barcelona, Alicante, Granada y Alcira en los cines Kinépolis; en Barcelona en los cines Full y en Zaragoza en los cines Palafox.

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