Ultrasonidos para proteger a Rafael de las palomas

El papa León X le encargó en 1514 a Rafael realizar, a escala natural, los cartones de 10 tapices que, durante las ceremonias más solemnes, vestirían la parte baja de la Capilla Sixtina. El resultado de su trabajo fue un compendio de inéditas composiciones, de paisajes y arquitecturas grandiosas elaboradas según los principios renacentistas de la perspectiva y la geometría, y de figuras humanas a escala natural con un perfecto conocimiento de la anatomía, la escultura clásica y la expresión de estados de ánimo. Pero ahora las palomas de Madrid amenazan aquellos deseos papales. Al estar expuestos al aire libre nueve de los tapices que ansiaba el papa en la galería del Palacio Real de Madrid, las deposiciones de las tórtolas que se acercan a ellos los hacen peligrar. De momento, no se han producido daños, pero Patrimonio Nacional confirma que va a tomar medidas instalando un sistema de ultrasonidos para expulsar a las aves. Se acercan demasiado.

Las monarquías de toda Europa rivalizaron durante el siglo XVI por conseguir reediciones de los tapices de Rafael, conscientes del prestigio que otorgaban. Casi cinco siglos después, Patrimonio Nacional conserva nueve de esas réplicas. Una se adquirió durante el reinado de Felipe III (1578-1621). Y la segunda, y más antigua, es la que adquirió Felipe II, y la que protagoniza esta exposición temporal en la Galería Principal del Palacio Real de Madrid. Pero ahora, todo está amenazado por las palomas que, a consecuencia de la covid, sobrevuelan la galería donde se exponen libremente. No obstante, fuentes de Patrimonio Nacional niegan de forma vehemente que ninguno de los tapices haya sido dañado.

“No es cierto que las deposiciones de las palomas hayan caído sobre los tapices. Es cierto que una esquina se ha encontrado una deposición, pero no ha afectado a estas obras de arte”, explican fuentes de Patrimonio sobre una información que avanzó Abc. Según este organismo público, la epidemia de la covid obliga a tener abierto todo y permite que las aves se acerquen a los valiosos tapices, “pero se han revisado todos y no hay ningún daño”.

Desde el servicio de Conservación de la institución se confirman estas palabras. “No hay ninguno afectado, pero hay que admitir que es un tema difícil. Hay que mantener abiertas las ventanas por ventilación por la covid y estamos preocupados. Se han sopesado diversas soluciones y la mejor parece los ultrasonidos para ahuyentarlas”. La exposición, que ha sido prolongada por su éxito, termina el próximo 4 de julio.