Una explosión de ideas inunda el cómic de no ficción para retratar el mundo de la pandemia
Medio centenar de autores abordan el impacto social del coronavirus en una antología de investigaciones periodísticas planteada en formato de historietas y que se traduce ahora al español
Lilly Tsosie pertenecía a los navajos, la comunidad indígena más numerosa de Estados Unidos; era una abuela familiar y se entregaba a los demás en su empleo como técnica de extracciones de sangre. Falleció a los 65 años tras contagiarse en la planta de covid-19, donde acudió porque faltaba personal. Unos 30 coches la acompañaron durante tres horas desde el Centro Médico Regional San Juan, en Nuevo México ―donde había trabajado tres décadas― hasta su hogar en Farmington. Esta es una de las historias reales del libro Pandemia (Flow Press), que retrata los estragos del virus en Corea del Sur, Líbano, Brasil o EE UU a través de viñetas de 51 periodistas, editores y dibujantes. La publicación se enmarca en el proyecto The Nib, una editorial de no ficción surgida en EE UU en 2013 que ahora ha pasado de ser virtual al papel y que a finales de marzo ha editado por primera vez en español.
El relato de la sanitaria lo recoge la ilustradora californiana Arigon Starr, de 50 años. “El mayor reto es la investigación. Tuve que conseguir muchas fotografías de la familia y también conocer la zona. De hecho, yo misma viví en Nuevo México cuando era una niña, así que tuve suerte”, comenta la artista, que pertenece a la tribu Kickapoo de Oklahoma. “La gente se olvida de los nativos americanos. Somos una parte pequeña de la población, sin embargo, nuestras narraciones son grandes, nuestras vidas son grandes. Y me alegro mucho de que nos hayan incluido en esto”, expone con emoción. Starr asume que Tsosie se puso en último lugar: “Me identifico con ella, es algo que muchas mujeres hacemos. Trabajó hasta que falleció y causó un enorme dolor a su familia, pero también a su comunidad, que salió en masa cuando transportaron su cuerpo. Solo para decir adiós”.
Para el editor, Matt Bors (Ohio, 38 años), este formato puede ayudar a digerir la información, ya que mucha gente es “pensadora visual”. “Luego está la sátira. Los cómics son un medio estupendo para burlarse de los políticos y desmontar argumentos, ¡más entretenidos que un artículo en un blog!”, opina por correo. Bors, que estuvo nominado al Premio Pulitzer de Caricatura Editorial, participa con una ridiculización de Donald Trump y las noticias falsas.
Muchas de las tiras reflexionan sobre el confinamiento. Amber Cortés (Nueva York, 44 años), con el guion, y Carl Nelson (Utah, 36 años), con el dibujo, describen la perspectiva de las personas sin hogar. La pareja descubrió que en Seattle, donde viven, la gente llamaba a la policía para que desmantelara los campamentos que organizaban estos afectados, que se quedaban desamparados. “En cambio, en Portland había una especie de acuerdo entre la ciudad y algunas organizaciones de defensa de los sin techo para hacer estos asentamientos. Específicamente para las personas que eran de color, queer o discapacitados. Y tuvo éxito. Descubrimos que eran capaces de cuidar de sí mismos”, cuenta la periodista en una videollamada. Nelson añade que en Estados Unidos hay una “enorme crisis” dentro del sector: “Durante al menos 30 años no hemos tenido un compromiso nacional con la vivienda pública”. Cortés encontró en la comunidad la fuerza para superar la pandemia. “Y me encantaría ver más casos como este por el mundo, de gente que se ayuda mutuamente y que es positiva”, apunta.
En Flow Press, que ha publicado la antología en español, planean aportar nuevos autores españoles o hispanoamericanos, según el editor Diego Rosembuj, (Buenos Aires, 46 años), y traducir dos publicaciones de The Nib al año, una que salga en primavera y otra en otoño. “Seguimos la línea de libros visuales que explican el mundo y nos gustó la idea de tener títulos que estuvieran conectados a la actualidad”, dice desde Barcelona. Llegaron a un acuerdo en 2019 y buscaron el número con el que empezar, ya que todos ellos son monografías ―sobre la muerte, la familia, el dinero―; pero decidieron esperar a Pandemia.
“Hay varias historias que me han impactado”, señala el editor en español. “Me encanta el archivo de imágenes históricas que aparece en cada número y es de hace décadas o del siglo XX. También me ha sorprendido el diseño del cómic del Líbano, que es muy diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver en temas de no ficción”. El artista Omar Khouri pinta el silencio de la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en Beirut que el pasado agosto dejó 205 muertos, más de 6.500 heridos, otros 350.000 vecinos desplazados, y que incendió las protestas en la capital del país que desencadenaron el adelanto de las elecciones y la renuncia del primer ministro, Hassan Diab. El periodista Yazan Al-Saadi (Kuwait, 37 años) es incapaz de poner en palabras las emociones cuando ve la imagen trazada por su compañero. “Simplemente duele”, admite.
Al-Saadi reconoce la complejidad a la hora de resumir la situación del país ―”vibrante, llena de matices”― en unas páginas: “Hay tantas dinámicas en juego, la economía, la política, el género, el colonialismo, tantas cosas...”. Él eligió un enfoque y una parábola: “Imaginé una lanza, como símbolo de protesta y la lucha humana, enfrentada contra el escudo, que son los regímenes. Pensé que sería una metáfora que cualquiera podría entender. El hecho de que sea una enseñanza china demuestra que hay universalidad. No necesito añadir una leyenda árabe muy estereotipada o folclore tradicional para hacer esta conexión. Se reduce a lo más básico de los humanos: las lanzas y los escudos chocando”.
El mayor reto al que se enfrenta The Nib es la continuidad de la publicación y su financiación, según Bors. “Hemos pasado por varios medios de comunicación que nos han apoyado a lo largo de los años. Después de que nuestro último editor nos abandonara, me quedé con la empresa y la hice totalmente independiente. Ahora estamos subvencionados al 100% por los lectores a través de nuestro programa de socios”, afirma. El estadounidense aspira a convertirse en el principal referente mundial de cómic de no ficción y en la carta del editor resume su objetivo: “El trabajo que llevamos a cabo aportando una mirada satírica y crítica a los temas políticos acostumbra a alcanzar su cima cuando el mundo toca fondo. Esperamos que el mundo mejore muchísimo en 2021, pero sabemos que seguirá habiendo muchas cosas sobre las que dibujar cómics durante mucho tiempo”.
Babelia
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