Cultura y Carmen Cervera unen su acuerdo al centenario del barón Thyssen
Las partes se dan hasta finales de mayo para rubricar un pacto que supondrá la vuelta del ‘Mata Mua’ a las paredes del Museo Thyssen-Bornemisza. La institución celebra el nacimiento del barón con exposiciones y conferencias
El Museo Thyssen se prepara para celebrar el centenario del nacimiento del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza con un calendario de exposiciones, conferencias y conciertos que se alargará hasta el año 2022. Todo apunta a que esta celebración coincidirá con el final de la tramitación del contrato que pactaron el Ministerio de Cultura y Carmen Cervera para la cesión de la colección personal de la baronesa a la pinacoteca, donde se expone actualmente. Tal y como confirmó el ministro José Manuel Rodríguez Uribes a principios de abril, ambas partes ampliaron hasta final de mayo el plazo para redactar y firmar el acuerdo, que finalizaba el 30 de abril. Este pacto, alcanzado el 30 de enero con el tiempo a punto de expirar, va a suponer el regreso al museo del cuadro Mata Mua, de Paul Gauguin, que salió en junio junto a otras tres pinturas significativas del Thyssen-Bornemisza en medio de una enorme polémica.
El acuerdo inicial al que llegaron Cultura y Cervera supone un alquiler de las piezas por 15 años, a razón de 6,5 millones de euros anuales. El préstamo engloba 427 obras, Mata Mua incluido: está previsto que el gauguin vuelva a sus salas cuando se firme el contrato. Según el acuerdo alcanzado en enero, el Estado pagará casi 100 millones en los 15 años comprometidos. Después de ese tiempo habrá una posibilidad de compra en la que el Estado tendrá opción preferente.
La colección particular de la baronesa está depositada desde 1999 en régimen de préstamo gratuito, en virtud de un acuerdo con la Administración, que paga una cantidad en concepto de alquiler por ellas. Son piezas que complementan la oferta museográfica de los 800 cuadros que España compró al barón Thyssen y que sí son de titularidad estatal.
Tesoros de la colección
El Thyssen lleva tres años preparando los fastos de celebración del centenario del nacimiento del barón con exposiciones y conferencias. En este tiempo sus responsables se han sumergido en la colección de más de 700 piezas que el Palacio de Villahermosa de Madrid alberga desde 1992, cuando el barón trajo su colección a España, y han investigado en la documentación existente en archivos como el de Lugano, el primero que tiene información de este legado. El resultado empezó a ver la luz el pasado octubre con la exposición Expresionismo alemán en la colección del barón Thyssen-Bornemisza, una muestra a la que ha seguido Tesoros de la colección de la familia Thyssen-Bornemisza: 20 obras de orfebrería, escultura, tallas de cristal, óleos y un baúl de viaje con 66 accesorios. Todo ello, distribuido en las salas de la colección permanente, que podrá visitarse hasta el 23 de enero de 2022.
Juan Ángel López-Manzanares, comisario de la conmemoración de este centenario, explica: “Lo que caracterizó al barón como coleccionista es que empezó una colección de arte del siglo XX por el expresionismo alemán”. Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza heredó en 1947 de su padre 363 pinturas, a las que unió piezas que compró a sus hermanos, todas anteriores al siglo XVIII. “A partir de 1954 empezó a adquirir otras obras para completar la herencia de su padre y en 1961 se reafirma como coleccionista y se vuelca en el arte del siglo XX, del expresionismo alemán hasta el pop”.
De esta etapa más moderna sale la exposición Arte americano en la colección Thyssen, 170 obras de arte americano, tanto de la colección permanente como de la colección Carmen Thyssen y de la familia Thyssen, que se podrán ver entre el 13 de diciembre de 2021 y el 26 de junio de 2022. “Es la única colección que existe en Europa dedicada a la pintura de paisaje del siglo XIX”, destaca López-Manzanares. La cuarta cita será la muestra Pintura italiana de los siglos XIV al XVIII, 12 obras que primero estuvieron en el Monasterio de Pedralbes de Barcelona y que en 2004 se trasladaron al Museu Nacional d’Art de Catalunya, desde donde viajarán a Madrid.
“Las exposiciones temporales son importantes y necesarias”, afirma el comisario, “pero todo museo debe destinar buena parte de su actividad a conocer los orígenes de la colección, que es fundamentalmente su riqueza”. Un ejercicio que, dice, les ha permitido “sacar virtud del momento” de pandemia.
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