Muntadas vacía el nuevo Bilbao
El artista reflexiona sobre la ciudad y los claroscuros de su transformación en una pieza encargada por el Museo Bellas Artes marcada por el confinamiento
Antoni Muntadas (Barcelona, 79 años), andaba dedicado hace un año a lo que los artistas de su talla internacional: viajar por el mundo. De Madrid, donde participó a finales de febrero en Arco como invitado en el estand de EL PAÍS, a São Paulo; y de allí, a Nueva York, donde reside desde hace medio siglo. Y en estas llegó el bicho y mandó parar. Hombre de natural inquieto, aprovechó el colapso para repensar un proyecto en marcha desde hacía dos años en Bilbao. Se puso en contacto con un joven cámara local y le pidió que inmortalizara por él la ciudad detenida. El resultado puede verse desde hoy (hasta el 5 de septiembre) en el Museo Bellas Artes de Bilbao como parte de la videocreación La ciudad vacía. Ha sido su manera de “conocer mejor la ciudad”, dice Muntadas, premio Velázquez 2009 y uno de los artistas conceptuales que más agudamente ha reflexionado sobre el poder de los medios y la comunicación política.
El producto de sus investigaciones consta de tres partes, distribuidas sendas salas, cuyas paredes adornan textos del pensador Walter Benjamin. En Vacuum/Plenum dos pantallas se dan la espalda con, por un lado, imágenes de aquel Bilbao confinado, en blanco y negro y sin sonido, y, por otro, tomas en color de la ciudad mientras se iba llenando, entre junio y octubre de 2020. Después sigue On Translation: La Ría, una instalación con un cuadro fluvial del impresionista Darío de Regoyos, de la colección del museo, una proyección de Google Earth y una maqueta del cauce del Nervión, flanqueada por dos grabaciones: una de un guía turístico, que cuenta la versión oficial, triunfante, del “Nuevo Bilbao”, y otra del arquitecto Iñaki Uriarte, que opone un contrapunto más crítico.
Ambas se escuchan como derivas sonoras por la ría, eje de la reflexión sobre el urbanismo de Muntadas, que “es local”, aclara, “pero admite una lectura universal”. “La ría, como en el caso de Chicago o Budapest, es el mejor modo de adentrarse en Bilbao, permite un trávelin por su historia y sus estratos sociales”, explica el artista. “También por la nueva arquitectura, en un paseo que también lo es por el palmarés del premio Pritzker: Gehry, Isozaki, Moneo, Siza…”. Tres piezas previas acompañan el proyecto, comisariado por Guadalupe Echevarría y encargado por el Bellas Artes, con la colaboración de la Fundación de BBVA. Se concibieron en Venecia, Finisterre y el Guadalquivir y certifican que su interés por esas derivas fluviales viene de antes, dando por buena una de las máximas de Walter Benjamin que adornan las paredes: “El sentimiento máximo de libertad humana consiste en seguir a pie el curso de un río”.
“La ría es el mejor modo de adentrarse en Bilbao”Antoni Muntadas
En la última sala aguarda Suntsiketa / Eraikuntza (destrucción/construcción, en euskera), un vídeo que alterna fotografías de saturado color de los nuevos iconos de la ciudad con otras históricas, viradas en negativo, que dan testimonio de sus grandes traumas: la Guerra Civil, las inundaciones del verano del 83 y, también, la pandemia. Sobre ellas, los bertsolaris Oihanna Bartra y Arkaitz Estiballes improvisan en euskera sobre ese caudal de imágenes. El conjunto lo completa un catálogo que abre un texto del antropólogo Joseba Zulaika, cronista de una generación que fue testigo de otro Bilbao, e incluye un combativo texto (Ciudad y políticas urbanísticas den la urbanización neoliberal), de la arquitecta Arantxa Rodríguez, un cuestionamiento de la “fábula” de la regeneración urbana a golpe de grandes proyectos arquitectónicos.
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