Paranoia de hielo y metal
Ambientada en una burbuja social donde todo está estudiado, su protagonista sueña cada día con hacer algo inesperado
Entre el convencionalismo adivinable habitual, las películas inesperadas e incatalogables son las mejores. ¿Qué es Swallow? ¿Un drama social sobre la conciencia de clase? ¿Una película de activismo feminista? ¿Un enigmático thriller psicológico sobre la maternidad? ¿Un filme de terror de autor que se adentra en las perversiones del cuerpo y de la mente? ¿Una tragedia sobre el legado, sobre el contagio de la locura? ¿Una parábola moral acerca de la tiranía del patriarcado?
Segundo largometraje de Carlo Mirabella-Davis, Swallow es todo ello junto, quizá un tanto revuelto en algún trecho del relato, pero finalmente coherente con un modo de hacer cine alejado de cualquier formulismo. “Solo quiero estar segura de que no hago nada mal”, dice su protagonista, la joven esposa de un hombre de familia millonaria, que acoge, acogota, vigila y humilla a una nuera débil e indefensa, posteriormente embarazada, a veces con la sutileza de la enferma perfección, y casi siempre con la violencia del desprecio: “Estarías tan guapa con el pelo largo…”. Ambientada en una burbuja social donde todo está estudiado, expuesta con situaciones e incluso interpretaciones poco naturalistas, la chica sueña cada día con hacer algo inesperado, en una línea de terrorífica crítica social que en algún momento parece hermanarla con Las esposas de Stepford (Bryan Forbes, 1975) y su alegoría de la maternidad impecable, forzada y rancia.
A la inquietud y a la perturbación, la película añade la depravación y, en la persona de la esposa, los macabros ecos del pasado, expulsados en forma de perversión masoquista: se come cosas raras; tierra, canicas, chinchetas, tornillos. Mirabella-Davis, director del estupendo documental The Swell Season —crónica de la caída y separación en la vida real de la triunfadora pareja del musical Once—, filma con un gélido sentido de lo visual, colores pastel, ritmo pausado, conformando conversaciones que solo por la puesta en escena ya trastornan, como esos planos-contraplanos con los personajes en las esquinas del encuadre.
La parte final deriva hacia el subtexto del legado de la locura, aunque sin dejar de lado su manifiesto feminista, sobre todo en el epílogo junto a los créditos. Y aunque a veces dé la impresión de cierta indefinición, o incluso dispersión, culmina con una formidable conversación en primer plano que clarifica su mensaje, y en la que se goza una vez más con la inquietante y humanísima presencia de ese portento de secundario que es Denis O’Hare.
SWALLOW
Dirección: Carlo Mirabella-Davis.
Intérpretes: Haley Bennett, Austin Stowell, Elizabeth Marvel, David Rasche.
Plataforma: Movistar.
Género: drama. EE UU, 2019.
Duración: 94 minutos.
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