El cómic contará con un centro para su conservación y estudio en Valencia

El cómic ha entrado en los museos, pero en España no cuenta con una institución pública que vele específicamente por la conservación, divulgación e investigación de su patrimonio. Este es el propósito del futuro centro que abrirá sus puertas a principios del próximo año en un antiguo edificio del barrio del Carmen de Valencia. El casón ya está siendo habilitado para acoger donaciones y préstamos (la primera es una colección privada de 3.000 ejemplares), así como la celebración de actividades en torno al tebeo, la historieta, el cómic o la novela gráfica, última etiqueta que se ha generalizado para prestigiar definitivamente un género de gran predicamento popular.

Álvaro Pons tiene claro que se trata de un arte. Y a él ha consagrado buena parte de su vida. El experto y director de la primera cátedra de estudios del Cómic en España, impartida en la Universitat de València, se ha implicado de lleno en el nuevo proyecto, promovido por el Ayuntamiento en colaboración con la citada institución académica.

Sostiene que la apertura del futuro Centre Valencià d’Estudis i Conservació del Patrimoni del Cómic en la ciudad “que proveía de tebeos a toda España en los años cuarenta desde las editoriales Valenciana y Maga” es coherente tanto por su pasado como por su notable presente. Señala la concesión del Premio Nacional del Cómic, instaurado en 2007, a autores como Paco Roca (por Arrugas), Pablo Auladell (El paraíso perdido), Cristina Durán, Miguel Ángel Giner, Laura Ballester (El día 3) y Ana Penyas (Estamos todas bien). Y recuerda la generación que rompió moldes en los años setenta y ochenta, integrada por dibujantes de la llamada nueva escuela valenciana, como Micharmut, Daniel Torres, Miguel Calatayud, Mique Beltrán y Sento, entre otros.

Vocación internacional

Un especial caldo de cultivo que bulle sobre el fondo de la arraigada tradición por la pintura mural y la ilustración en Valencia, una ciudad en la que artistas plásticos consolidados, como el Equipo Crónica o el Equipo Realidad, se dedicaron también a dibujar cómics durante el franquismo, si bien no llegaron a ver la luz al ser censurados por la dictadura.

El nuevo centro, no obstante, tiene una vocación nacional e internacional. Contará con una línea de atención a la producción autóctona, pero la pretensión es no limitar su proyección ni objeto de estudio. En este sentido, se pretende establecer una colaboración con el museo del cómic de la población francesa de Angulema, capital europea del género, uno de los modelos a seguir, apunta Pons, colaborador de EL PAÍS.

A diferencia de los museos, el centro valenciano no albergará exposiciones. La intención es organizarlas en colaboración con otros espacios museísticos de la ciudad, como la Nau, el Museu Valencià de la Il.lustració i de la Modernitat (Muvim) o el IVAM. “La idea es conectar el centro con Angulema y la red de universidades europeas e internacionales que investigan el cómic”, añade.

“Si todo va bien, en 2022 ya estará en marcha. Se están haciendo obras de acondicionamiento, pero el edificio está en buen estado y cuenta con diversas salas y un salón de actos par las actividades”, explica Maite Ibáñez, concejal de Acción Cultural. El edificio, de tres plantas, fue anteriormente la sede del Centre Excursionista de Valencia. En su planta baja, se abrirá una biblioteca municipal el próximo mes.

Ibáñez anuncia además la próxima firma de un convenio de colaboración con la Universitat para implementar el centro, que se diferenciará del museo privado del cómic en Badalona por su carácter público y su vocación investigadora, entre otras características. “El centro dará una especial visibilidad a las autoras de cómic, que es también una herramienta muy importante para el fomento de la lectura”.