Espejo de miserias
Los textos de Amélie Nothomb, en uno de cuyos libros se basa la trama, tienen un problema enorme en su visualización: estamos ante una película fundamentalmente contada, donde no ocurren cosas sino que se relatan
La fórmula argumental y estructural del desconocido que se acerca sibilinamente a una persona displicente y serena para, en principio, acompañarle, después hartarle, más tarde perturbarle y finalmente convertirse en su espejo moral, en pesadilla de su pasado y de sus miserias, es clásica en el cine y en la literatura. La huella, obra teatral de Anthony Shaffer, película de Joseph L. Mankiewicz, en una línea más cotidiana y palpable pese a su evidente artificio, y El club de la lucha, novela de Chuck Palahniuk, película de David Fincher, más psicológica y fantasmal, podrían estar cada una en un extremo de la metodología, con frutos tan distintos en cuanto al género utilizado como Oleanna, Moon o La venus de las pieles.
Cosmética del enemigo, novela de Amélie Nothomb, adaptada por el español Kike Maíllo en una película rodada en inglés y con reparto internacional, se situaría cerca de la vertiente del tándem Palahniuk / Fincher. Sin llegarle a la suela del zapato.
Maíllo, con el acompañamiento en el guion de Fernando Navarro y Cristina Clemente, ha cambiado algunos aspectos de la novela de Nothomb, entre ellos el oficio del personaje principal, el que sufre el acoso, y sobre todo el género y la edad del hostigador, pasando de un hombre adulto a una joven casi adolescente. Aspectos, en todo caso, menores pues la esencia de la escritora belga sigue ahí. Sin embargo, los textos de Nothomb tienen un problema enorme en su visualización y narración: estamos ante una película fundamentalmente contada, donde no ocurren cosas sino que se relatan, con el hartazgo que ello supone; donde cada una de las historias y moralejas impulsadas por el inquietante personaje de la chica se exponen en forma de flashbacks que interrumpen continuamente la ya de por sí cojitranca acción principal, sin aportar suficientes interés, congoja o fascinación.
Formalmente la película es tan perfecta como los anteriores trabajos de Maíllo, Eva y Toro, pero quizá también tan gélida como la primera, lo que añade un plus de distancia entre el relato y el espectador, en una obra en la que cada frase parece querer demostrar lo inteligente que es, aunque en verdad huela más a vacua pretenciosidad que a atractiva brillantez.
COSMÉTICA DEL ENEMIGO
Dirección: Kike Maíllo.
Intérpretes: Tomasz Kot, Athena Strates, Marta Nieto, Doninique Pinon.
Plataforma: Filmin.
Género: intriga. España, 2020.
Duración: 88 minutos.
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