París
Desde la habitación de mi hotel veía un Boulevard Saint-Germain vacío. Ahora comprendemos que el tan denostado turismo también era una manifestación de confianza en la vida
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Llegué procedente de París pocas horas antes de que el temporal de nieve obligara a cerrar Barajas, así que por los pelos no tuve que quedarme en Orly. He vivido un París con toque de queda, que comenzaba a las ocho de la tarde y terminaba a las seis de la mañana. Desde la habitación de mi hotel veía un Boulevard Saint-Germain sin transeuntes. Tuve un acto en un teatro parisino y me dieron un salvoconducto, así que una noche paseé por París a las diez de la noche. Me impresionó ver el Pont Neuf vacío y Nôtre Dame parecía distinta, exhibiendo dos cicatrices recientes: la visible del incendio de...
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