Los números de una adelantada
La Biblioteca Nacional estrena un documental sobre María Andresa Casamayor, autora del primer libro científico de una mujer en España
En los archivos de la Biblioteca Nacional de España (BNE) reposa el único ejemplar del libro Tyrocinio Arithmetico, de 1738, firmado por Casandro Mamés de la Marca y Araioa. El texto explica operaciones matemáticas básicas y está dedicado a la Escuela Pía del Colegio de Santo Tomás de Zaragoza. Pero Casandro Mamés de la Marca y Araioa no existió en realidad. Solo es el nombre (y el anagrama) bajo el que se ocultó la verdadera autora del libro: María Andresa Casamayor y de la Coma, nacida hace 300 años y considerada la primera autora española de un texto científico. Además de explicar operaciones básicas de aritmética a sus coetáneos con ejemplos cotidianos, dedica unos capítulos a las monedas, los pesos y las medidas lineales y de sólidos.
Su historia se recoge en el documental La mujer que soñaba con números, estrenado este jueves en la Biblioteca Nacional con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y que este viernes podrá verse en Zaragoza. La producción, dirigida por Mirella R. Abrisqueta, mezcla ficción y realidad para narrar la vida y el entorno de la matemática, nacida el 30 de noviembre de 1720 en Zaragoza. El trabajo del documental comenzó hace dos años, cuando se desconocían la mayoría de los datos de Casamayor. Abrisqueta se alió con un equipo del Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones (IUMA), de la Universidad de Zaragoza, que halló la partida de nacimiento y algunos datos biográficos. Aún así perduran grandes lagunas, que la directora ha suplido en su documental con secuencias ficticias. “Lo más difícil es hacer un documental sobre un personaje del que no tienes casi ningún dato. Por eso la parte de ficción tiene tanto peso”, señala la directora, que aboga por rescatar la labor de “Tiene que haber una intención de recuperar la vida de todas estas mujeres, aunque muchas de ellas hayan permanecido en el anonimato, y querer reivindicar su labor. Es una intención y unas ganas de querer investigar sobre ellas”.
Hallar la partida de nacimiento permitió descubrir, además, la precocidad de la autora del texto, publicado cuando ella tenía tan solo 17 años. Lo que también revela la determinación de carácter de la joven matemática, que renunció a su identidad a cambio de ver publicada su obra. “El público al que ella se dirigía eran hombres, que en esa época no hubieran leído un libro escrito por una mujer. Ella prefirió quedar en anonimato, pero que su libro cumpliera su finalidad”, opina Abrisqueta.
El volumen del Tyrocinio Arithmetico se conserva en el depósito de la BNE. Su consulta física está restringida para evitar su deterioro, aunque se puede ver digitalizada en la página de Internet de la institución. Sin embargo, hay brumas en torno al libro. Según María José Rucio, jefa del Servicio de Manuscritos e Incunables de la BNE, no hay certeza de que el texto de Casamayor esté completo: “La frase con la que termina no permite determinar si realmente era el final de la obra. No se sabe si llevaría un índice o un elemento adicional”. Tampoco se tiene claro cuándo llegó a la biblioteca, aunque se cree que “desde fechas muy tempranas”.
De lo que no hay duda es de que detrás de Casandro Mamés de la Marca y Araioa está María Andresa Casamayor y de la Coma. Lo confirmó el bibliógrafo Félix de Latassa en su libro Biblioteca nueva de los escritores aragoneses (1802), que describe a la autora como una mujer “de particular ingenio y sabiduría en la aritmética”. En aquel volumen también explicaba que existía otra obra de Casamayor, El Parasi solo, que no llegó a publicarse porque la autora murió en 1780. De este manuscrito de 109 páginas no se conserva nada.
Babelia
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