Embolado adolescente

En una secuencia de La inocencia, Lis, la adolescente protagonista, y sus amigas acuden al espectáculo del toro embolado en las fiestas de su pueblo, Traiguera, localidad de Castellón, donde creció Lucía Alemany, directora de esta ópera prima de fondo autobiográfico. Ante la barbarie del espectáculo del toro con los cuernos en llamas, la adolescente responde con una mueca entre la indiferencia y el disgusto. Traiguera no es muy distinto a muchos otros lugares de la España actual, con un pie en un mundo vernáculo que siempre está ahí y un futuro que nunca acaba de arraigar. Las fiestas populares, las procesiones y las vecinas mayores pasando la canícula con sus batas frescas frente a las adolescentes que beben, se cuelan en discotecas y se pasean felices vestidas con lo mínimo.

La inocencia, que parte del corto de 2015 Catorce años y un día, habla del embarazo no deseado de una adolescente (interpretada por la debutante Carmen Arrufat, candidata por este trabajo al Goya a la mejor actriz revelación) pero sobre todo lo hace del choque entre dos mundos unidos por el cordón umbilical de la familia y las tradiciones. Lis quiere irse a vivir a Barcelona para entrar en una escuela de circo y ser artista, un deseo que sus padres no ven con buenos ojos. Laia Marull interpreta a una madre atenta pero perdida y Sergi López, a un padre con patillas y cerveza en la mano que se expresa mejor con un golpe en la mesa. Frente al pueblo y sus costumbres, en el horizonte de libertad que promete Barcelona está lo mejor de una película que ofrece algunas claves interesantes sobre la vida de las adolescentes de hoy pero que resulta demasiado simple en el retrato de su entorno, ya sea al dibujar al novio de la muchacha, a los padres o el ambiente opresor de un pueblo encerrado en sí mismo.