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Así fue el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena

Bajo la batuta exquisita del maestro letón Andris Nelsons, de 41 años, la orquesta ha ofrecido su tradicional actuación. Riccardo Muti será el director en 2021

Andris Nelsons dirige a la Filarmónica de Viena durante el Concierto de Año Nuevo.
Andris Nelsons dirige a la Filarmónica de Viena durante el Concierto de Año Nuevo. Ronald Zak (AP)

Bajo la batuta del maestro letón Andris Nelsons, de 41 años, la Orquesta Filarmónica de Viena ha ofrecido este miércoles su tradicional Concierto de Año Nuevo. Este año, además del debut de Nelsons en la dirección, por primera vez una obra de Ludwig van Beethoven ha sonado en el concierto más mediático del mundo. No ha sido esta la única novedad que se ha visto en un programa dirigido con brío y detalles exquisitos por Nelsons: la versión de la Marcha Radetzky con la que concluye cada año el recital a ritmo de palmas ha quedado libre de cualquier pasado nazi, ya que la orquesta no ha tocado la versión del compositor y miembro del partido nazi Leopold Weninger, sino un nuevo arreglo de la partitura.

Tras una primera parte llena de piezas inéditas, Nelsons ha abierto la segunda mitad haciendo gala de su talla como director operístico. Ha engarzado idealmente cada sección de la obertura de la opereta más famosa de otro de los rivales de los Strauss, Franz von Suppé, Caballería ligera. Estrenada en 1866 en el Teatro Carl de Viena. Narra una historia de amor sin importancia donde interviene una unidad de húsares, la famosa caballería ligera húngara. Y el director letón ha subrayado, desde el comienzo, la narrativa belicista de la obra que conduce al popular galop que representa a los húsares. Exquisito Matthias Schorn en su quejumbroso solo de clarinete que refleja el sabor zíngaro de esta opereta. Ya en los bises Nelsons ha seguido su fiesta con una chispeante interpretación de la polca En pleno vuelo, de Josef Strauss, que escribió para el Carnaval de 1867 tratando de emular el vuelos de las golondrinas.

También ha debutado en la Sala Dorada de la Musikverein como coreógrafo el español José Carlos Martínez en las escenas pregrabadas de ballet. El programa ha ofrecido con nueve piezas inéditas, casi todas valses, polcas, marchas y otras obras bailables de la prolífica familia Strauss. Al final del concierto se ha sabido que el italiano Riccardo Muti (79 años) será el director en 2021.

Riccardo Muti será el director del Concierto de Año Nuevo en 2021, según se acaba de anunciar. Será su sexta vez, con 79 años, que sube al atril en el Concierto de Año Nuevo y se convertirá en el director que más veces lo ha hecho desde que en 1987 se elige cada año uno diferente.
"Y el concierto ha terminado con esa fiesta que es la Marcha Radetzky", comenta Pablo L. Rodríguez, "la única obra de Johann Strauss padre en esta edición del Concierto de Año Nuevo. Este año ha sonado en una nueva versión de la orquesta vienesa para desechar la orquestación del arreglista oficial del Tercer Reich, Leopold Weninger. El resultado es prácticamente el mismo de todo los años. Nelsons ha lucido su poder de sugestión ahora dirigiendo al público de la Sala Dorada, aunque no ha renunciado a dar alguna indicación a la orquesta. Hemos visto un gran Concierto de Año Nuevo. Ha sido un placer comentarlo para ustedes. Gracias por su atención y feliz año nuevo". (Foto: AFP, HANS PUNZ)

Exquisito y equilibrado. "Tras la tradicional felicitación del nuevo año, llega el vals En el bello Danubio azul, de Johann Strauss hijo, que es una especie de himno no oficial de Austria y también una pieza obligada de todos los directores al frente del Concierto de Año Nuevo. Una composición con la que Johann hijo triunfó en París, durante el verano de 1867. Nelsons ha tratado de encontrar su visión de la obra dentro de la tradición de la orquesta. Ha repetido estos días que no tiene nada que enseñar a esta orquesta, por lo que se limita a inspirarles. La versión no ha sido superior al vals Dinamos, pero ha sido una gran interpretación, exquisita y equilibrada", nos cuenta nuestro crítico. (Foto: AFP, HANS PUNZ)

Nelsons ha seguido su fiesta con la Filarmónica con el primero de los tres bises, una chispeante interpretación de la polca En pleno vuelo, de Josef Strauss, que escribió para el Carnaval de 1867 tratando de emular el vuelos de las golondrinas.

Lo mejor del Concierto hasta ahora, según nuestro crítico Pablo L. Rodríguez, acaba de sonar. "Josef Strauss compuso el vals Dinamos (Misteriosas fuerzas de atracción) para el baile de la Sociedad Industrial de Viena de 1865, que se celebró en la Redoutensaal. Es un homenaje al ingeniero Ferdinand Redtenbacher, cuyo desarrollo de las dinamos había interesado a Josef Strauss, que también era ingeniero de formación. Nadie ha dirigido así esta maravillosa partitura, donde Josef Strauss tratar de traducir en música las fuerzas sobrenaturales que parecen esconderse detrás de ese invento científico. Ni Muti, en 1997, ni tampoco Barenboim, en 2014".

Curiosidades. La tradición del Concierto de Año Nuevo está relacionada con los integrantes de la familia Strauss, la principal dinastía de compositores de música de baile y opereta vienesa del siglo XIX. Esta y otras historias en nuestras claves http://cort.as/-UeKu (Foto: AP, Ronald Zak)

Dos clásicos de esta cita. La conmemoración del 150º aniversario del Musikverein ha continuado, ahora con el vals Disfrutad de la vida, que fue la composición que escribió Johann Strauss hijo para el referido baile inaugural del 15 de enero de 1870. No tuvo mucho éxito, pero es un vals que se ha escuchado muchas veces en el Concierto de Año Nuevo desde 1947. La realización de Michael Beyer ha hecho un resumen de la historia y estancias del edificio, que incluye una editorial del música, el taller de un luthier y el archivo de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena. Comentarios de Pablo L. Rodríguez. Johann Strauss hijo dedicó su polca rápida Tritsch-Tratsch a la prensa sensacionalista de Viena, que había comentado sus andanzas por Rusia, en 1858. Una representación alegórica del chismorreo que Nelsons ha dotado de un matiz burlesco ideal.
Homenaje a Beethoven. Se ha visto la segunda escena pregrabada de ballet, esta vez para acompañar las seis contradanzas que se han incluido como novedad este año en homenaje por el 250º aniversario de Beethoven. Se ha realizado en varias ubicaciones de la casa museo de Beethoven en las afueras de Viena con dos parejas del Ballet de la Ópera vienesa. José Carlos Martínez ha optado por innovar al tener que bailar sobre adoquines de piedra y ha diseñado una divertida coreografía al estilo americano que recuerda un poco a Fred Astaire o Gene Kelly y donde adquiere protagonismo un perro, un spinone blanco llamado Vito.

Nelsons trompetista. El Strauss danés que creó su propia orquesta en Copenhague al estilo vienés fue Hans Christian Lumbye, que destacó como compositor de galops. Sus orquestaciones tienen un sonido distintivo, más lírico y prístino, que los Strauss. Este Galop del postillón, que es también novedad en el Concierto de Año Nuevo, ha servido para mostrar las dotes de Andris Nelsons como trompetista, al igual que lo era el compositor. (Foto: AFP, HANS PUNZ)

Más novedades. La Gavota de Josef Hellmesberger hijo es un guiño al pasado, donde esa danza tuvo mucho éxito en la corte francesa de Louis XIV, pero en sus manos adquiere todo el perfume vienés. Es otra novedad este año. El presidente de la Filarmónica de Viena resaltó, en la rueda de prensa de presentación del Concierto de Año Nuevo, la genialidad de esta obra, aunque la escuchada de este sucesor de Mahler al frente de la Filarmónica de Viena, la mendelssohiana Corro de elfos, fue mucho más interesante. Nelsons ha resaltado, con fantasía y elegancia, el pegadizo encanto de esta partitura.

Melosa polca mazurca. "Y ahora le toca el turno al homenaje al 150º aniversario del Musikverein", nos cuenta nuestro crítico. "Esta melosa polca mazurca, Flor de escarcha, de Eduard Strauss, fue una de las tres composiciones que escribieron los hermanos Strauss para el baile inaugural, el 15 de enero de 1870; otra será el vals Disfrutad de la vida, de Johann hijo, que escuchamos en la primera parte. Es también novedad en el Concierto de Año Nuevo. La escuchamos en un arreglo y no tiene mayor interés, a pesar del esmero que ha exhibido la Filarmónica de Viena al hacerla sonar".  (Foto: AP, Ronald Zak)

Un español, protagonista. Hemos visto la primera escena pregrabada de ballet con coreografía del español José Carlos Martínez (primer coreógrafo español que colabora en el Concierto de Año Nuevo) y vestuario de Emma Ryott. Se trata del vals ¡Abrazaos, millones de seres!, de Johann Strauss hijo,  titulada con un verso de la oda de Schiller que Beethoven utilizó en el movimiento coral de su Novena sinfonía, pero que, en realidad, esconde una ofrenda a Brahms con una velada referencia a su Sonata para violín y piano nº 2. Brahms había influido en su editor, Simrock, para que publicase la música de Johann Strauss hijo. Se estrenó en 1892 en esta misma Sala Dorada del Musikverein. Hemos visto a cinco parejas de bailarines del Ballet de la Ópera Estatal de Viena en diferentes localizaciones del Palacio de Invierno del Príncipe Eugenio de Saboya, sede del Ministerio Federal de Finanzas. Una propuesta, elegante y refinada, muy en la línea del Concierto de Año Nuevo. Nelsons ha dirigido una versión más lineal y menos contrastada, como escuchamos a Barenboim en 2014, pero mucho más apropiada para acompañar las imágenes pregrabadas. El letón, no obstante, ha dejado detalles exquisitos de musicalidad al frente de la Filarmónica de Viena. Por Pablo L. Rodríguez.
Un mítico sello discográfico y una historia para esta segunda parte. Le ha seguido otra novedad, la polca francesa Cupido de Josef Strauss, que escribió para el Carnaval de 1860 donde se trató de compensar el desánimo reinante después de que Austria fuera expulsada de Italia en la campaña militar del año anterior. Sabemos que se estrenó en la Sofiensaal, un palacio con una famosa acústica que el sello discográfico Decca convirtió, a partir de 1955, en una de las más famosas salas de grabación del mundo. Fue destruido por un incendio en 2001 y hoy es un complejo que incluye un hotel, un gimnasio y un bloque de apartamentos. Nelsons ha seguido la misma estela", nos comenta Pablo L. Rodríguez. (Foto: AP, Ronald Zak)

El primer comentario de la segunda parte: Nelsons ha abierto la segunda parte haciendo gala de su talla como director operístico. Ha engarzado idealmente cada sección de la obertura de la opereta más famosa de otro de los rivales de los Strauss, Franz von Suppé, Caballería ligera. Estrenada en 1866 en el Teatro Carl de Viena. Narra una  historia de amor sin importancia donde interviene una unidad de húsares, la famosa caballería ligera húngara. Y el director letón ha subrayado, desde el comienzo, la narrativa belicista de la obra que conduce al popular galop que representa a los húsares. Exquisito Matthias Schorn en su quejumbroso solo de clarinete que refleja el sabor zíngaro de esta opereta.

Empieza la segunda parte del Concierto de Año Nuevo.

Andris Nelsons dirige este año a la Filarmónica de Viena en este concierto. Esta institución carece de director principal. Invita a uno de los más prestigiosos del mundo para cada concierto de abono, gira o festival. Y el Concierto de Año Nuevo es un buen ejemplo. Aunque en el pasado se contó inicialmente con un director estable para esta cita (como Clemens Krauss, Josef Krips, Willi Boskovsky y Lorin Maazel), desde 1987 se propone un director diferente para cada edición (Foto: AFP, HANS PUNZ) 

¿Qué se está viendo en el descanso? Nuestro crítico Pablo L. Rodríguez nos lo explica: "Unos apuntes para el descanso, en el que estamos viendo el documental de Georg Riha dedicado al 250º aniversario de Beethoven, para aclarar la relación del músico de Bonn con la Filarmónica de Viena. La orquesta fue fundada por Otto Nicolai, en 1842, es decir, quince años después la muerte del compositor. Fue el segundo intento de crear en Viena la primera orquesta estable y profesional con los músicos de la Ópera Imperial, tras el primero que fracasó en 1833. La sinfonías de Beethoven eran muy difíciles para las orquestas amateurs y los críticos de la ciudad presionaron para que los mejores músicos de Viena (los que trabajaban para la Ópera) se juntasen para dar conciertos de suscripción con sinfonías de Beethoven. Así surgió esta orquesta hoy tan famosa. Y, entre sus integrantes fundadores se incluyeron varios músicos que estrenaron la Novena sinfonía y que conocieron a Beethoven".
Exquisito y maravilloso. Si en algo destaca Eduard, el menor, menos prolífico y también menos agraciado musicalmente de los tres hermanos Strauss, es en la polca. La prematura muerte de su hermano Josef le hizo hacerse cargo de la orquesta familiar en 1870. Esta polca De improviso (otra novedad este año) la publicó en 1876, aunque se desconoce cuándo y dónde la estrenó. Nelsons la ha condimentado con la chispa y el picante ideal. Con esta obra se cierra la primera parte de un Concierto de Año Nuevo, hasta ahora, exquisito y maravilloso, según comenta nuestro experto.
Primer descanso y homenaje a Beethoven en Viena.  Recordamos que este año se celebra el 250º aniversario del compositor, que residió en Viena desde 1792 hasta su muerte, en 1827.
La dramaturgia de Nelsons. El vals Donde florecen los limoneros es un homenaje a Italia, donde Johann Strauss hijo lo presentó. Fue en 1874, en Turín. Aunque en el estreno lo llamó Bella Italia, al final buscó para su publicación en Viena un título más literario y evocador de ese anhelo alemán hacia Italia. Y utilizó ese famoso fragmento de la balada de Mignon del Wilhelm Meister de Goethe. Fue muy popular en Viena y se llegó a hacer una versión para soprano solista. Pero, a pesar de su evocación de la ternura italiana y el sentimiento mediterráneo, es profundamente vienesa. Y Nelsons ha sabido engarzar magistralmente todas sus partes, desde la exquisita introducción a la coda, hasta conformar una versión magníficamente refinada y evocadora. La Filarmónica de Viena ha mostrado su inconfundible forma de “decir” el vals y Nelsons aporta su propia dramaturgia de la obra. Ni Mehta, en 2007, o Welser-Möst, en 2013, dirigieron de esta forma. Por Pablo L. Rodríguez.
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