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Arturo Echavarría Ferrari, escritor y autoridad en lenguas románicas

El puertorriqueño, que ha muerto a los 81 años, era uno de los grandes expertos en la obra de Borges

El escritor Arturo Echavarría Ferrari.
El escritor Arturo Echavarría Ferrari.

El puertorriqueño Arturo Echavarría Ferrari (1938-2020) visitó España por última vez en junio de 2019, cuando presentó en Casa de América de Madrid la edición definitiva de Como el aire de abril (1994 / 2019), una maravillosa novela que minió y maestreó durante un cuarto de siglo como un relojero, un orfebre o un maestro de bonsái. En realidad, Arturo Echavarría se convirtió en el jardinero chino de su propia novela, creando nuevos espacios textuales o sembrando flores y árboles, cuidadosamente elegidos, en un libro de relatos -La isla en el horizonte (2015)- destinado a dialogar con la versión final de Como el aire de abril. Si Coetzee construyó tres niveles narrativos en una sola novela -Diario de un mal año-, Arturo Echavarría diseminó esos mismos niveles a través de la primera edición de su novela en 1994, los relatos de La isla en el horizonte y la edición definitiva de Como el aire de abril. Hasta aquí la magia, porque ahora me propongo hablar del mago.

Después de doctorarse en Harvard en Lenguas y Literatura Románicas, Arturo Echavarría fue catedrático del Departamento de Literatura Comparada de la Facultad de Humanidades del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, donde destacó por sus estudios y publicaciones sobre Rubén Darío, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, pero sobre todo acerca de la obra de Jorge Luis Borges, campo en el que Echavarría fue una autoridad mundial, gracias a monografías como Lengua y literatura de Borges (2006) y El arte de la jardinería china en Borges y otros estudios (2006), estudios que le abrieron las puertas para ser uno de los autores invitados en The Cambridge Companion to Borges (2013), la gran monumenta borgeana.

Sin embargo, Arturo Echavarría fue además profesor visitante en grandes universidades como Yale, Brown y Oxford, amén de haber dirigido la prestigiosa revista puertorriqueña La Torre de 1986 a 1995. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España le concedió la cátedra Dámaso Alonso (2002), la Universidad de Guadalajara de México la cátedra Julio Cortázar (2010) y la Universidad Veracruzana de México la cátedra Carlos Fuentes (2012). Fue miembro numerario de la Academia Puertorriqueña de la Lengua y uno de los grandes animadores de todos los Congresos Internacionales de la Lengua Española celebrados hasta la fecha.

Académico, crítico, narrador, maestro e investigador, enamorado de la lectura, las bibliotecas, la música y especialmente de Luce López-Baralt, su esposa, cómplice y compañera en todo lo que hacía, Arturo Echavarría Ferrari falleció en El Viejo San Juan el 8 de diciembre de 2020, el mismo día que John Lennon, coincidencia que no es azarosa porque en la dedicatoria de La isla en el horizonte Arturo escribió: “Para Luce, siempre. Let me count the ways”, primer verso de un soneto de Elizabeth Barrett Browning -How do I love thee? Let me count the ways-, pero también el título de una canción que John Lennon dedicó a Yoko Ono.

Por eso, en la intimidad de este último párrafo quiero celebrar el amor de Arturo por Luce: un amor que aprende, un amor que enseña y un amor que escribe. Jamás en pasado, Luce. Y para los restos, presente siempre, Arturo.

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