Los arcos centrales del acueducto de Segovia se levantaron con piedra de canteras de Ortigosa del Monte y La Granja
Un equipo de geólogos rastrea la procedencia de los materiales de un monumento levantando en el siglo II después de Cristo
Las partes más altas del acueducto de Segovia se construyeron con el material de los afloramientos graníticos de El Berrocal, en Ortigosa del Monte, y La Granja-Valsaín, en un radio de unos 20 kilómetros de la capital. Se trata de los arcos centrales, la zona que menos reconstrucciones han experimentado a lo largo de los años. Es uno de los diagnósticos del informe de los geólogos que están estudiando un monumento levantado a principios del siglo II después de Cristo y declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
En el seminario Lápides Et Marmora: Primera construcción de un imperio, promovido por el Museo de Segovia, el geólogo Javier Martínez Martínez, científico titular del grupo de piedra natural y patrimonio monumental del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y miembro de un equipo de profesionales que ha participado en la investigación, aclaró que " también es altamente probable” que se utilizara piedra de los afloramientos del barrio de San Lorenzo – Arroyo del Ciguiñuela – Arroyo del Juncal, en las inmediaciones de Segovia capital. No obstante, los de Ortigosa y La Granja se consideran como los que tienen mayores garantías de constituir las áreas de procedencia principales de los materiales de construcción de la emblemática obra.
La línea de investigación, en la que colabora el IGME, los ayuntamientos de Segovia y Ortigosa del Monte y la Junta de Castilla y León, se encontró con un problema: la imposibilidad de obtener muestras de las piedras del monumento ya que se consideró una técnica destructiva que podría dañarlo. Por este motivo, los indicadores mineralógicos se han determinado mediante difracción y fluorescencia de rayos x, realizada desde una grúa. Al tener composiciones minerales muy similares, no son demasiado discriminatorios para diferenciar los que provienen de Ortigosa y de La Granja. Martínez sostiene que los indicadores texturales centrados en el tamaño del cristal y su distribución tienen patrones muy similares en ambos casos. Quienes darán la respuesta definitiva serán los indicadores basados a partir de la composición geoquímica, en los que se trabaja actualmente, que se obtienen mediante un equipo portátil de fluorescencia de rayos x.
El geólogo sostiene que cuentan con “datos esperanzadores” para obtener indicadores geoquímicos que les permitan discriminar la procedencia aquellos sillares que provienen cada cantera, “aportando cierta garantía o fiabilidad sobre su procedencia “. Los expertos han comprobado que el conjunto de las canteras ofrece un muestrario que puede determinar los métodos de explotación de los granitos. En todos, las técnicas de individualización de bloques son comunes con la utilización de cuñas, rozas, barras y palancas.
La cantera de El Berrocal, donde se llevan a cabo trabajos arqueológicos desde 2016, apoyados por el Ayuntamiento de Ortigosa del Monte y el Gobierno regional, es una de las mejor conservadas de la provincia de Segovia, con una extensión de más de 250 hectáreas, con bolos de granito y lanchares. El arqueólogo José Miguel Labrador ve claras vinculaciones con el acueducto, teniendo en cuenta que, a tres kilómetros tiene ubicada otra explotación de época romana, Los Almadenes, para la extracción de cobre; además, ambas están muy próximas a la carretera N-110 (Soria-Plasencia), posiblemente la calzada que unía Segovia con Ávila.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.