“Donald Trump es el ejemplo perfecto hoy de la autodestrucción por el poder de Macbeth”
Alfredo Sanzol viaja a los infiernos del universo de Shakespeare con el espíritu que impregnó Gerardo Vera a la obra antes de su fallecimiento
Muchos Macbeth ha habido a lo largo de la historia. El personaje creado hace 400 años por Shakespeare, ese hombre despiadado y ambicioso hasta la autodestrucción, ejemplo de vacío existencial y degeneración moral que cae en el fondo más oscuro del ser humano por el poder, es más contemporáneo que nunca, asegura Alfredo Sanzol, que ha viajado al universo de Shakespeare y de Gerardo Vera con la obra que preparaba el director antes de su fallecimiento por covid el pasado mes de septiembre, a los 73 años. “Donald Trump es el ejemplo perfecto hoy de la autodestrucción por el poder que representa Macbeth, y no es el único”, asegura el director del Centro Dramático Nacional (CDN), tras un ensayo del montaje. “Ahora tenemos a un Macbeth atrincherado en la Casa Blanca, su castillo, negando que el bosque de Birnan llega hacia él”, abunda también el autor de la versión, José Luis Collado.
La función, en una atmósfera tenebrosa y oscura que transcurre en noches de insomnio y sufrimientos, con una escenografía visual muy poderosa marcada por el rojo sangre, es todo un homenaje a Gerardo Vera, que fue director del CDN de 2004 a 2011. En ella se ha respetado la versión, el elenco, las luces y la escenografía ideadas por el dramaturgo fallecido. “Este Macbeth tiene mucho del impulso y el estilo de Gerardo. Seguro que yo hubiera hecho uno diferente, pero me encanta que sea así. Meterme en su universo me ha hecho feliz. Es un homenaje que le hacemos todo el equipo”, añade Sanzol, para quien este montaje, el primero que dirige como responsable del CDN, es una “especie de fundido entre las ideas de Gerardo y mi puesta en escena”. El Teatro María Guerrero, de Madrid, acoge este viernes el estreno de esta función, con 12 actores sobre el escenario y con Carlos Hipólito y Marta Poveda, en los papeles de Macbeth y Lady Macbeth.
Alfredo Sanzol (Madrid, 1972), que fue ayudante de dirección de Vera en tres de sus montajes (La voz humana, Divinas palabras y Un enemigo del pueblo), estuvo muy al tanto del proyecto desde sus inicios. “De hecho, la decisión de dirigirlo yo surge por la proximidad que tenía con el espectáculo”, explica el dramaturgo para quien esta obra de Shakespeare ha sido muy inspiradora a lo largo de su carrera. “En los ensayos ha aparecido algo muy cristalino que me ha ayudado mucho para la puesta en escena. Es el vacío existencial que sufren Macbeth y Lady Macbeth que buscan llenarlo a través de la codicia, del poder por el poder y que una vez que se meten en ese río de sangre ya no pueden salir de él”, dice Sanzol, que ha contado como ayudantes de dirección con dos grandes amigos y colaboradores de Vera, José Luis Collado y José Luis Arellano. “Todos se han apuntado con entusiasmo”. El mismo que desprenden Carlos Hipólito y Marta Poveda, abducidos por el viaje a los infiernos de esa pareja, dos voces de una misma conciencia, que va desde el amor más profundo y puro hasta la oscuridad más tenebrosa.
“Es una función que incomoda mucho por esos contrastes entre el amor y la oscuridad. Es una pareja que hacen un equipo muy engranado y fusionado. Ella no es nadie sin él y él no es nadie sin ella”, dice en su camerino del teatro, Marta Poveda (Madrid, 1980), que rechaza ese mito de Lady Macbeth como la mujer que lleva al hombre a la ruina. La misma visión que tiene Sanzol cuando asegura que la lectura patriarcal sobre este personaje femenino es un “prejuicio absolutamente machista”.
“Estoy tan metido en este río de sangre que me resulta más difícil volver que terminar de cruzarlo”. La frase de Macbeth en la obra lleva directamente al viaje emocional del personaje que Gerardo Vera hizo a medida de Carlos Hipólito (Madrid, 1956), cuando el actor, un hombre delgado de aspecto más bien frágil, le confesó que él de entrada no se veía mucho como ese guerrero grandote y robusto que, ya casi a modo de cliché, representa el personaje de Shakespeare. El miedo inicial lo ha dejado a un lado y ahora confiesa orgulloso y fascinado que esta revisita a un clásico, tras mucho tiempo de personajes contemporáneos, le ha hecho conectar con lo mejor y más valioso de su profesión: el de colocarse en un lugar de amplitud y pensamiento de muy largo alcance.
“Este Macbeth es un espectáculo muy oscuro, que habla de una sociedad enferma de ambición, enferma de tristeza. Gerardo siempre decía que si nos fiamos del original de Shakespeare, Macbeth es un tipo tremendamente sensible e inteligente que reflexiona con asiduidad. Para mí lo más interesante es contar la trayectoria de este hombre que va desde su nobleza del principio hasta la maldad y perversión más absoluta del final”, asegura el intérprete, convencido de que Vera estaría “muy orgulloso de este montaje, muy lejos de ser una pieza de museo”.
Lenguaje desnudo y directo
La versión que ha realizado José Luis Collado (Valencia, 1973) de 'Macbeth' se ha alejado del artificio que, en su opinión, adolecen muchas de las traducciones de esta obra cumbre de Shakespeare. “He buscado el lenguaje más desnudo y directo, sin olvidar la esencia y poética del lenguaje”, asegura Collado que se ha enfrentado por primera vez a un montaje del autor inglés. “Da un poco de miedo porque te enfrentas a uno de los grandes títulos de la historia del teatro y siempre me da mucho respeto meterme en el texto de un genio”, dice el autor, que ya ha firmado versiones de Dostoiewski o Quevedo, entre otros. “El texto de 'Macbeth' es uno delos viajes literarios y dramatúrgicos más contundentes y que más pueden remover a un lector o un espectador”.
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