El corto de Almodóvar y otras cinco películas de la semana

En el corto 'La voz humana', su primera producción en inglés, Almodóvar vuelve a jugar con el artificio de su propio cine, mostrando la tramoya, rompiendo la continuidad, la unidad del escenario, en un hermoso apartamento falso (ese fantástico plano casi cenital) y en la horrenda belleza de un plató vacío.

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La película de Palacios es un homenaje a la España vaciada donde los ancianos cuentan alubias y los pastores quieren ir al Titicaca. Un intento de realismo mágico-mesetario que quizá no cae en la cuenta del oxímoron. Rodada en verano en pueblos de Zamora, 'Meseta' es un viaje a una realidad solitaria y desconfiada con los extraños. Una soledad que parece inherente a los campos de trigo y cebada y que aquí se extiende a sus habitantes.

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El secreto es una nueva adaptación de un fenómeno editorial mundial ocurrido en 2006 con un libro de autoayuda que solo en España estuvo más de 150 semanas entre los libros más comprados y que a estas alturas alcanza los 30 millones de ejemplares vendidos. Un éxito comercial que convirtió a su autora, la australiana Rhonda Byrne, en una especie de gurú del pensamiento positivo. Pero el resultado de la adaptación es un drama romántico almibarado que no acierta en el tono ni en la química entre sus intérpretes.

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Una agradable película sobre el encuentro con el tesoro artístico que tiene mucho de clásica historia de piratas. 'El artista anónimo', pulcra aunque sin honduras, con el eje emocional de la humildad, su gran tema, ya ha cubierto su cuota para las (amplias) minorías con su temática alrededor de la pintura y la belleza y la calma interiores sugeridas por el arte.

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Dirigida por el humorista y cantante Michaël Youn, que también se reserva un papel secundario como uno de los viejos amigos del recién divorciado, la película es un engendro en la que Youn, que había debutado en la dirección hace unos años con 'Vive la France', se entrega a un guion plagado de chistes y situaciones trasnochadas. 'El club de los divorciados' es una comedia gamberra, de peterpanismo de brocha gorda, donde el lujo de la Costa Azul se presenta como un parque de atracciones hortera para coches de lujo y eternas resacas.

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Nada se desarrolla en esta película: acontecimientos y diálogos mínimos; nula explicación final a lo sobrenatural. Podría ser síntoma de grandeza narrativa, de valentía, de sutileza. La impresión es otra: pocos riesgos, conformismo, convencimiento de que este estilo, o su simulacro, como en el caso de la historia de Côté, cala en ciertos especialistas.

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