¿Y si Carmen o la ‘traviata’ fueran mujeres transgénero?

Con pocos días de diferencia se estrenan en España dos ficciones que abordan la realidad de mujeres transexuales. Una es Veneno, serie televisiva de Javier Ambrossi y Javier Calvo (Paquita Salas), —cuyos tres primeros capítulos se proyectaron en cines de todo el país y ya están disponibles en la plataforma de Atresplayer—, que se inspira en la vida de Cristina La Veneno y presenta una visión emocionante, juvenil y melodramática de su turbulenta vida. La otra es As One, una ópera de cámara contemporánea que cuenta el proceso que atraviesa una joven estadounidense llamada Hannah para aceptarse a sí misma y emprender la transición que ajuste su aspecto exterior a su identidad de género. La representación se podrá ver—en inglés, con sobretítulos en castellano— en las Naves del Español en Matadero desde el 24 de septiembre al 3 de octubre, en una versión dirigida por Marta Eguilior y producida en colaboración con el Teatro Arriaga.

Veneno y As One tratan el proceso emocional y físico que conlleva esa compleja transición como pocas veces se ha hecho en la televisión y la ópera. “Desde las artes se ha vendido que los personajes LGTBI provenían principalmente de mundos marginales. Ahora estamos acabando con eso, aunque con los transexuales aún está costando”, argumenta Eguilior, bilbaína de 35 años, cuyo apellido empieza a sonar en las programaciones de los coliseos españoles —montará Il trovatore de Verdi en enero de 2021 en el teatro Villamarta de Jerez—.

As One, estrenada en 2014 en el Brooklyn Academy of Music de Nueva York, está concebida no solo como la transformación de una mujer, sino como un viaje de auto descubrimiento a partir de la experiencia de la cineasta estadounidense transexual Kimberley Reed. Ella firma el argumento junto al libretista Mark Campbell, ganador de un Pulitzer en 2012.

En la ópera Hannah recuerda su niñez, su compleja adolescencia y el momento en el que se dio cuenta de quién era realmente. Se detiene en situaciones clave, como su infancia repartiendo periódicos por el vecindario o su paso por el instituto, donde identifica un desajuste entre lo que la sociedad espera de ella y lo que siente y lo rechaza radicalmente convirtiéndose en el mejor jugador de fútbol americano del equipo. “Quiere ser el más macho, el hombre perfecto”, puntualiza Eguilior.

Un día Hannah contempla a una mujer transgénero en televisión y descubre que lo que siente tiene un nombre. Reúne entonces el coraje para convertirse en lo que de verdad siente que es. “La ópera repasa hechos esenciales de su vida para entender quién era y quién es”, detalla su directora. También se reconstruyen los instantes de terror y dudas a los que se enfrenta. En medio del proceso, se revela ante ella la fragilidad de un colectivo azotado por la violencia. “Hannah pasa terror cuando se da cuenta de que pueden hacerle daño por lo que es. Busca por Internet y ve que matan a muchísimas mujeres trans y que las violan”, agrega Marta Eguilior.

Para interpretar esta ópera hacen falta dos cantantes, un barítono para Hannah before (antes), que aquí interpreta Enrique Sánchez-Ramos, y una mezzosoprano para Hannah after (después), encarnada por Inés Olabarria-Smith. Ambos personajes comparten la escena, pero pertenecen a realidades diferentes. “Transcurre en dos planos, ellas no conversan, solo juegan”, especifica Eguilior.

Las dos voces se entremezclan con el cuarteto de cuerda que les acompaña en las 15 piezas compuestas por la neoyorquina Laura Kaminsky, bajo la dirección del maestro Carlos Calvo Tapia. “Las cuerdas te miman y tienen, además, un punto romántico que te abraza”, describe Eguilior. La música, agrega la directora, es muy cercana al musical. “Lleva el adjetivo ópera porque la interpretan cantantes líricos y contemporánea porque se ha escrito ahora”, constata.

Pese a poner el foco en los estados de ánimo que genera en Hannah el cambio, As One no intenta ser un tratado sobre el proceso. Eguilior cree, no obstante, que puede ayudar mucho al dotar de visibilidad este asunto. “Es importante que contemos historias de personas transexuales para otras generaciones y públicos que son ajenos a esa realidad”, asevera. “Creo que la gente teme lo desconocido y, por tanto, lo rechaza. La serie Veneno muestra una situación muy particular para que nadie tema la transexualidad. Yo creo que As One hace lo mismo. El público descubrirá todo lo que ha sufrido Hannah. Y esto es algo que, si se cruzan en la calle con una persona como ella, quizá no podrían contemplar”, concluye la directora.