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El ‘hip-hop’ asciende al trono de las casas de subastas

Sotheby’s vende en Nueva York, por primera vez, reliquias de la historia del género musical como la corona que lució Biggie Smalls, por casi 600.000 dólares, o unas cartas de amor de Tupac, por 75.000

Silvia Hernando
"The Notorious B.I.G. as the K.O.N.Y', de Barron Clairborne.
"The Notorious B.I.G. as the K.O.N.Y', de Barron Clairborne.sotheby's

En los noventa, el reino del hip-hop se repartía entre dos sucursales: California y Nueva York. Los dos extremos del mapa estadounidense. Como continuación de la llamada Época Dorada iniciada a mediados de la década anterior, Tupac Shakur y Biggie Smalls (también conocido como The Notorious B.I.G) se disputaban el cetro en una corte poblada por nombres aún tremendamente relevantes como los de Dr. Dre, Snoop Doggy Dogg o Jay-Z.

A pesar de su fama y su dinero, ambos acabarían cosidos a balazos (en 1996 y 1997, respectivamente) sin que sus crímenes hayan sido todavía esclarecidos. La famosa rivalidad entre la Costa Este y la Oeste se exacerbó por los cinco tiros que Tupac encajó dos años antes de su muerte en Las Vegas a las puertas del estudio donde Biggie grababa en Nueva York, un incidente también irresoluto del que Shakur siempre culpabilizó al que hasta entonces consideraba su amigo.

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Como ellos mismos, el género al que se dedicaban surcó la marginalidad de los barrios negros y la cultura del “hazlo tú mismo” para encumbrarse hasta lo más alto del mainstream. Tanto es así que ambos raperos han protagonizado este 15 de septiembre una gran subasta en Sotheby’s de Nueva York, la primera que una casa de primer nivel dedica al hip-hop: 120 lotes con obras de arte, prendas de ropa, joyas y objetos de lujo que entronizan en el mercado, como ya ocurriera hace décadas con géneros como el rock n’ roll, a un estilo nacido a finales de los setenta en las calles del Bronx, que deja atrás su proverbial halo de violencia para auparse al universo refinado del capitalismo moderno.

Las cartas de amor de un Tupac Shakur adolescente.
Las cartas de amor de un Tupac Shakur adolescente.sotheby's

Hablando de tronos y de reyes, uno de los objetos más valiosos que se han subastado ha sido la corona de plástico que Biggie lució y autografió en una sesión titulada K.O.N.Y (King of New York), fotografiada por Barron Clairborne, que partía de un precio estimado de venta de entre 200 y 300.000 dólares y ha acabado consiguiendo casi el doble, 594.750. Aquel posado sería el último despliegue público del neoyorquino, que tres días después caería asesinado en la tierra rival de California. Como apuntan desde Sotheby’s, desde entonces la corona se ha convertido en uno de los objetos más icónicos de la historia visual del hip-hop.

Otras de las reliquias que se han entregado al mejor postor son unas cartas de amor que Tupac escribió en su época de instituto (el precio estimado era de 60-80.000 dólares y se han despachado por 75.600), textos íntimos y privados que ponen en evidencia la capacidad lírica del rapero desde su juventud. Se trata de 24 folios a dos caras en los que el músico muestra su faceta más tierna a quien sería su novia durante dos meses con dedicatorias como “Con amor, Tupac”, “Para la eternidad, Tupac”, “Con pasión, Tupac”, “Por siempre tuyo, Tupac” y “Con todo mi corazón, Tupac”; y donde también deja clara la gran amistad que le unía a la hoy actriz Jada Pinkett Smith.

El traje que Dr. Dre lució en la portada de 'World Class Wreckin Cru'.
El traje que Dr. Dre lució en la portada de 'World Class Wreckin Cru'.sotheby's

No son las primeras misivas de Shakur que se ponen a disposición de aquel que las pueda pagar: en 2019, y a pesar de los esfuerzos de la aludida por evitarlo, se vendió por 100.000 dólares el manuscrito que el rapero le envió a Madonna disculpándose por haber roto su relación, por razones raciales, en 1995.

“Creo que los objetos que han salido a subasta muestran el enorme impacto del hip-hop en el arte y la cultura modernos, no solo en la música. Nos hemos centrado en comisariar una selección de lotes que presentan una imagen del hip-hop que comprende las bellas artes, la moda, la joyería, la fotografía, el lujo, los medios de comunicación y mucho más”, explica Cassandra Hatton, especialista de Sotheby’s que ha organizado la subasta en colaboración con Monica Lynch, la antigua presidenta de Tommy Boy Records. “Tuve la idea de organizar esta venta hace siete años”, agrega Hatton, “pero hace dos años, cuando conocí a Lynch, que ha ejercido de consultora, fue cuando la cosa empezó realmente a tomar forma”.

Entre otros objetos históricos que se liquidaron ayer en Nueva York se encuentran un cofre de edición limitada de Louis Vuitton para Supreme (que alcanzó 88.200 dólares); una instalación de 32 radiocassettes de entre los ochenta y los noventa, unidos por DJ Ross One para funcionar como un sistema de sonido único (113.400 dólares); una batería usada en el estudio por el frontman de The Roots, Ahmir Questlove Thompson (30.240); el traje rojo brillante que Dr. Dre lleva en la portada de World Class Wreckin Cru (32.760) o un parche para el ojo cubierto de diamantes que perteneció a Slick Rick (25.200).

'The Wall of Boom', instalación de 32 radiocassettes de DJ Ross One.
'The Wall of Boom', instalación de 32 radiocassettes de DJ Ross One.sotheby's

“El hip-hop significa muchas cosas para un montón de gente distinta, así que creo que la subasta adquiere un significado diferente con esto en mente”, añade Hatton. “Una subasta para celebrar el hip-hop es una deuda pendiente desde hace tiempo, pero en este momento particular lo veo como algo que refuerza al movimiento Black Lives Matter”. En ese sentido, unas Nike Air Force One diseñadas por el artista Niko Brim para conmemorar el día de Juneteenth (una festividad en honor a los esclavos liberados que tiene lugar el 19 de junio en EE UU), alcanzaron un precio de venta de 6.048 dólares.

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Sobre la firma

Silvia Hernando
Redactora en BABELIA, especializada en temas culturales. Antes de llegar al suplemento pasó por la sección de Cultura y El País Semanal. Previamente trabajó en InfoLibre. Estudió Historia del Arte y Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca y tiene dos másteres: uno en Mercado del Arte y el otro en Periodismo (UAM/EL PAÍS).

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