El Festival de Málaga elimina la alfombra roja y reduce su programación para ganar seguridad
El director de la cita, que se celebra entre el 21 y el 30 de agosto tras su cancelación en marzo, asegura que será "más seguro que nunca"
El Festival de Málaga cambia de formato en esta excepcional edición veraniega del año y deja atrás una de sus señas de identidad: la alfombra roja, que viaja de la entrada al Teatro Cervantes hasta el Hotel Miramar, para convertirse en un gran photocall solo abierto a los medios de comunicación. Cuando apenas faltaban 72 horas para el inicio de la 23 edición del Festival de Málaga, las máquinas se pararon. Era 10 de marzo y la preocupante situación sanitaria del país a causa del coronavirus obligó a cancelarlo. Aunque hubo algún intento para retomarlo en junio, finalmente se pasó al mes de agosto, en previsión que la situación hubiese mejorado. Lo ha hecho, pero las dudas siguen sobrevolando por el que será uno de los primeros grandes eventos culturales en celebrarse en España tras el estado de alarma. Comenzará en apenas dos semanas, el 21 de agosto. Y hasta el 30 del mismo mes servirá como escaparate para conocer qué ha pasado en el cine español en los últimos meses. También ejercerá de conejillo de indias para los próximos festivales cinematográficos. Los directores de San Sebastián, Valladolid, Sevilla o Huelva mirarán con lupa lo que ocurra en Málaga para repetir aciertos y descartar errores mientras desde el propio evento vigilan el aumento de brotes en la provincia Málaga, que actualmente cuenta con 23 focos activos de coronavirus.
Los directores de San Sebastián, Valladolid, Sevilla o Huelva mirarán con lupa lo que ocurra en Málaga para repetir aciertos y descartar errores
“Estamos muy atentos a la evolución de la situación y nos atendremos a lo que digan las autoridades sanitarias”, ha dicho Juan Antonio Vigar, su director. “Nuestro objetivo es hacer un festival amable y seguro, donde prime la exhibición sobre el evento social”. También se ha rebajado el número de películas: de las 201 programadas en marzo a 152, manteniéndose únicamente las que forman parte a secciones oficiales a concurso. Las entradas estarán a la venta desde hoy viernes a partir de las 17.00 tanto en las taquillas del Teatro Cervantes y el Cine Echegaray como a través de la web del Festival de Málaga. Su valor se ha reducido a la mitad respecto a la edición de marzo. “Queremos que el público vuelva al cine en las salas”, ha insistido Vigar.
Todas las proyecciones contarán con numerosas medidas de seguridad. La principal, la reducción del aforo hasta el 65% para ajustar las salas a la normativa de la Junta de Andalucía. “Somos conscientes de que el virus sigue activo en nuestra sociedad, pero no nos hemos quedado pasivos ante ello: queremos demostrar que la cultura es segura y nuestro festival es modélico para preservar la salud de todos. Será el festival más seguro que nunca”, ha insistido el director de la cita, que refuerza su presencia las calles con una pantalla gigante en la Plaza de la Constitución donde se retransmitirán en directo los principales eventos del festival. La mascarilla será uno de los elementos omnipresentes en todo el festival.
La Sección Oficial se reduce de 20 a 16 títulos —siete de ellos llegados desde Latinoamérica— para dar tiempo a los empleados del festival a “implementar las medidas higiénico sanitarias necesarias entre proyección y proyección”, ha subrayado Vigar. La película inaugural será La boda de Rosa, de Iciar Bollaín. Los trabajos Hasta el cielo (Daniel Calparsoro), Los Europeos (Víctor García León) y Black Beach (Esteban Crespo) se han sumado a una sección que coincide prácticamente con la programada en marzo, en la que El robo del siglo, del argentino Ariel Winograd, participa fuera de concurso. Álvaro Brechner, ejercerá de presidente del jurado.
Otra de las áreas más interesantes de esta 23 edición del festival es Málaga Premiere, conformada por una amplia mirada al cine español de estreno y sus diferentes géneros. Tienen cabida ahí desde el documental Eso que tú me das, donde Jordi Évole y Ramón Lara retratan los últimos días de vida de Pau Donés a La Mort de Guillem, película de Carlos Marques-Marcet, director que cuenta con dos Biznagas de Oro a la mejor película gracias a 10.000 KM en 2014 y Els dies que vindran en 2019.
El festival premia este año a Arturo Ripstein, Carlos Marqués-Marcet, Tatiana Hernández, Kiti Mánver, Óscar Martínez. Se posponen los galardones a Gael García Bernal para que pueda recibirlo presencialmente en la próxima edición, ya que ahora no es posible que viaje, como igual ocurre con el otorgado a Javier Fesser. La película de oro será El perro del hortelano. También habrá dos exposiciones: una en calle Larios y otra en la Sociedad Económica de Amigos del País, donde el fotógrafo Daniel Pérez muestra los entresijos de la última edición de los Goya, que se celebró el pasado febrero en Málaga. Un evento que volverá el próximo 2021 a la capital de la Costa del Sol de la mano de Antonio Banderas y María Casado. A pesar del coronavirus, Málaga y el cine mantienen su relación de amor.
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