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La eterna lucha entre castristas y anticastristas resucita en Netflix

El estreno de ‘La red avispa’, sobre los agentes que se infiltraron en las organizaciones del exilio en EE UU en los noventa, desata la polémica y las amenazas

Fotograma de 'La red avispa', donde aparecen, de izquierda a derecha los actores: Leonardo Sbaraglia, como José Basulto; Edgar Ramírez, como René González; Wagner Moura, como Juan Pablo Roque; y Ana de Armas, como Ana Magarita Martínez. En vídeo, el tráiler de la serie.Vídeo: NETFLIX / EFE

La vieja confrontación entre castrismo y anticastrismo ha irrumpido con fuerza en Netflix. El estreno este mes en la plataforma de La red avispa, película del francés Olivier Assayas que cuenta la historia de la infiltración de un grupo de agentes cubanos en las organizaciones del exilio de Miami en los noventa, ha desatado polémicas y reacciones de todo tipo.

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“La comunidad cubana del exilio le exige a Netflix que la retire de su cartelera porque defiende a los espías castristas asesinos sentenciados en EE UU”, pide una carta en change.org, que hasta ayer habían firmado 18.000 personas. En La Habana se considera el filme “imperfecto, incompleto” y un tanto “superficial”, pero es respaldado por considerar que su principal valor es “haber colocado el tema del terrorismo contra Cuba en Hollywood”.

Desde su estreno el pasado año en los festivales de Venecia y La Habana, se sabía que la historia basada en hechos reales que cuenta La red avispa iba a traer cola. Nada más conocerse su resultado, en Miami le hicieron la cruz por “sesgada” y representantes de organizaciones del exilio amenazaron con boicotearla si se proyectaba en Florida. No hizo gracia tampoco el cartel de reconocidos intérpretes que encarnan y hacen creíbles a los principales personajes de esta intriga, cuyo guion se basa en el libro del brasileño Fernando Morais Los últimos soldados de la Guerra Fría.

La red avispa

Ni acción, ni pasión

Crítica de 'La Red Avispa' por Elsa Fernández-Santos

“El director disfrutó de elogios de sus proyectos anteriores que le permitieron reunir un elenco respetable. La productora consultó con los espías cubanos y con el Gobierno, pero no habló con ninguno de los cubano-americanos u otros en Miami que están representados en la obra”, dijo Ana Margarita Martínez, quien se casó engañada con Juan Pablo Roque, uno de los agentes infiltrados, y que es representada en la ficción por la actriz Ana de Armas. Martínez consideró el filme propaganda contra el exilio de “tono socialista/comunista”, y pidió no ver la película para “mostrarle a ese canal de streaming que este tipo de contenido es una mala inversión”.

Penélope Cruz, Gael García Bernal, Edgar Ramírez, Wagner Moura y Leonardo Sbaraglia son algunos de los actores que dan vida a los espías cubanos y sus familiares y a los líderes del exilio, en una trama de más de dos horas que recrea uno de los episodios más ríspidos del largo desencuentro entre Cuba y EE UU.

A comienzos de los noventa, tras la desaparición de la Unión Soviética, sobreviene en Cuba una crisis descomunal. Se produce el éxodo de los balseros, en Miami se cuentan los días para que caiga Castro y algunos grupos violentos del exilio promueven ataques contra hoteles de La Habana para dañar el turismo, tabla salvadora del régimen en aquel momento. Un equipo de agentes infiltrados por la seguridad cubana en las organizaciones anticastristas, conocido como la Red Avispa, actúa en Miami hasta que es desarticulado en 1998, con cinco de sus miembros condenados a largas penas de prisión —su liberación, en 2014, tras un canje por espías encarcelados en Cuba, permitió el restablecimiento de relaciones diplomáticas con EE UU bajo la Administración de Obama—.

En la ficción se recrean capítulos clave, como el derribo de dos avionetas de la organización anticastrista Hermanos al Rescate por cazas de combate cubanos, en 1996; el ametrallamiento de un hotel en Varadero por un comando de exiliados, los atentados con bombas contra varios hoteles de La Habana (1997), o la mediación de Gabriel García Márquez, por encargo de Castro, ante la Administración de Clinton. En el filme aparecen fragmentos reales de intervenciones del líder cubano y se reproducen imágenes de archivo de episodios como la Revuelta del Malecón o la Crisis de los Balseros (1994), y la detención del grupo disidente Concilio Cubano.

Desfilan por la pantalla connotados personajes del exilio, como el controvertido presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana, Jorge Mas Canosa; el líder de Hermanos al Rescate, José Basulto; o el terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles —condenado por el derribo de un avión comercial de Cubana de Aviación en 1976, en el que perdieron la vida 73 personas—.

El collage de La red avispa tiene una factura artística cuestionable, pero ese no es el tema de la disputa. El conflicto está en lo que cuenta y en la verdad que da por sentada. La confrontación entre detractores y partidarios del castrismo hace que la película nazca con pecado original y muchas papeletas para no gustar, pues el dilema no es racional sino visceral, en contra o a favor de Castro. No hay término medio, o todo o nada.

Criminalizar

Según varios grupos anticastristas, La red avispa los criminaliza. Dicen que la imagen que se da del exilio es lamentable, asociada al terrorismo y al narcotráfico, por lo cual estudian interponer una demanda contra los productores y Netflix. Para el oficialismo de la isla, expresiones como “Gobierno totalitario” o “represión brutal de la disidencia”, que se vierten en el filme, son inadmisibles, pero suponen un mal menor, porque el mensaje que trasciende es que hubo actos terroristas contra Cuba organizados desde Miami mientras Washington miraba para otro lado —o era cómplice— y que a La Habana le asistía el derecho a infiltrar a sus agentes para defenderse. “No le temen tanto a la película como a la historia, porque está de nuestro lado”, declaró Gerardo Hernández, jefe real de la red de espionaje.

Con este mar de fondo, la apuesta de Netflix por La red avispa era arriesgada. La película sin duda ha tenido la publicidad gratis gracias a la polémica y a las redes, y desde su estreno, el pasado 19 de junio, ha estado entre las más vistas en la plataforma.

Protagonistas en la vida real

José Basulto y la organización anticastrista Movimiento Democracia amenazan con acciones legales contra 'La red avispa'. Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, dijo que se trata de una obra “mediocre” que busca mostrarle como alguien asociado al “terrorismo, las drogas y otras situaciones falsas”. Y Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, al que el filme vincula con el tráfico de inmigrantes, indicó que sus abogados estaban estudiando “las muchísimas falacias y tergiversaciones, para una acción legal contra los productores, actores y Netflix”.

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