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La mochila del peregrino postcovid

El Consejo Jacobeo publica una recomendación sanitaria para realizar el Camino de Santiago

Paco Nadal, junto a otro peregrino, durante una de las muchas veces que ha realizado el Camino de Santiago.
Paco Nadal, junto a otro peregrino, durante una de las muchas veces que ha realizado el Camino de Santiago.

Hay un verbo inherente a la aventura del Camino de Santiago que acaba de ser finiquitado en la lucha contra el coronavirus: compartir ya no es posible. El Consejo Jacobeo ha aprobado una serie de recomendaciones para las mochilas de los peregrinos que crucen, a partir de julio, el norte de la península en la nueva normalidad y en ellas todo es personal e intransferible: una cantimplora propia, cubiertos no desechables, navaja y recipiente para comer, saco de dormir y, por supuesto, un kit higiénico con mascarillas, hidrogel y pulverizador desinfectante. Y un bolígrafo.

También se recomienda desinfectar el mobiliario del área de descanso antes de usarlo, lavarse las manos con gel hidroalcohólico antes y después de manipular las fuentes, beber siempre en un recipiente, evitar el contacto con el grifo, depositar las mochilas en el exterior de los recintos cerrados, no tocar nada. El nuevo Camino de Santiago no se libra ni de la distancia de seguridad ni de las mascarillas en las cuestas más difíciles, en pleno verano. En esta realidad preservativa es preferible, además, que la credencial sea sellada por el personal del local y, en caso de recorrer la ruta en bicicleta, aparcarla en un lugar que no esté en contacto con otras. Es preferible desinfectarla antes de volver a montar e iniciar la marcha. No obstante, el ministerio recuerda que las recomendaciones no son un “protocolo” como tal. Las recomendaciones que se hacen “son una síntesis” de la Guía para albergues de la Secretaría de Estado de Turismo.

En el Camino de Santiago, uno de los bienes culturales más importantes de España, que se prepara para el Año Santo Xacobeo 2021 (declarado Acontecimiento de excepcional interés público), los comedores estarán “probablemente cerrados”, como se indica en las recomendaciones publicadas. Por eso las autoridades avisan que es preferible planificar las comidas. No hay lugar para la improvisación en el Camino de Santiago anticovid. Tampoco hay una estimación de volumen de peregrinos para el verano posterior a la pandemia y el confinamiento. En 2019 batieron récord, con cerca de 350.000 llegados a la capital gallega a través de sus diferentes rutas. El 44% de ellos fueron españoles y, entre los extranjeros (con un total de 190 procedencias distintas), los italianos fueron los más numerosos en la vía que une Santiago de Compostela con el resto de Europa desde la Edad Media.

En julio se harán públicas las fechas de apertura y los nuevos aforos de 2.200 albergues y otros alojamientos que recibirán a los caminantes. Como indica la Secretaría de Estado de Turismo, la entrada y salida diaria de usuarios de los albergues “obliga a prestar una mayor atención a los procedimientos de limpieza y desinfección de habitaciones y aseos tras la salida de los peregrinos por la mañana”. Estos alojamientos deberán desinfectar “un mínimo de seis veces al día” los aseos de uso común. Por otro lado, las habitaciones con capacidad múltiple es preferible que sean ocupadas por familias o por grupos de peregrinación. Y sobre los donativos para los albergues, mejor que sean por medios electrónicos que con dinero en efectivo.

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